La industria aeronáutica y espacial francesa detenta una posición privilegiada entre los países europeos, debido a su volumen de negocios de cerca de 37.000 millones de euros (2008), 134.000 empleados y 2.400 millones de euros destinados a I+D. Además, cuenta con un tejido de empresas especializadas en equipamientos aeronáuticos de primer orden, gracias, en gran parte, a la presencia histórica de Airbus.
En dicho sector, tradicionalmente muy vinculado al contexto internacional (el 40% de los componentes de un Airbus A380 se fabrican en Estados Unidos), existen múltiples ejemplos de cooperación. Entre otros, podemos citar a CFM Internacional, cuyo logro industrial franco-americano en la producción de los motores CFM56 es altamente apreciado por las compañías aéreas.
En cuanto al segmento de la subcontratación aeronáutica francesa se refiere, éste realiza un volumen de negocios superior a los 10.000 millones de euros, emplea a unas 80.000 personas y engloba un amplio abanico de equipamientos especializados: motores (Safran), electrónica de a bordo (Thalès Avionics), radionavegación (Safran y Thalès), acondicionamiento interior de los aviones civiles (C&D Europe, Camel Diam), sistemas armamentísticos y misiles de aeronaves militares (EADS, Thalès), trenes de aterrizaje (Messier-Dowty, Hispano-Suiza).
Efectivamente, una dinámica de reagrupamiento y diferentes colaboraciones cruzadas entre PYMES están siendo llevadas a cabo en el campo de la subcontratación aeronáutica. En el último salón Internacional de la Aeronáutica y del Espacio de Paris-Le Bourget, varias PYMES, como Meca'Com, AeroTeam, Induxial y Ingéliance, expusieron en el mismo pabellón. Esta capacidad para compartir sus diferentes competencias representa un factor clave para los inversores extranjeros.
Así, la subcontratación aeronáutica está muy comprometida con las tecnologías del futuro. El uso en la aviación de materiales compuestos, en particular de los polímeros, no deja de aumentar, con el fin de desarrollar nuevas tecnologías para las alas de las futuras generaciones de aviones.
En este sentido, la entidad japonesa Toray ha abierto una unidad de producción, Toray Films Europe, dedicada a la fabricación de películas de polipropileno biestirado, fabricadas anteriormente en Estados Unidos. Además, el subcontratista aeronáutico Spirit AeroSystems, cuya sede se encuentra en Estados Unidos, inició a finales de 2009 la construcción de una planta de ensamblaje de piezas compuestas en Montoir-de-Bretagne, en la región francesa del Loira Atlántico, realizando con ello una inversión de varias decenas de millones de euros.
Los objetivos de desarrollo sostenible del sector aéreo de aquí al año 2020 contemplados por la ley del 3 de agosto de 2009 de programación relativa al desarrollo del Grenelle de l'environnement, conocido como «Grenelle I», son la reducción por pasajero-km del 50% del consumo de carburante, del 80% de las emisiones de óxido de carbono y del 50% de ruido. La presión medioambiental impone a esta industria nuevos desafíos tecnológicos que estimularán la I+D.
Los Clústeres representan una verdadera ventaja para el sector, ya que contribuyen de forma importante a la actividad de I+D de la aeronáutica francesa. Algunos de ellos son:
Aerospace Valley (región Aquitania y Midi-Pirineos), con 94.000 empleos, de los cuales 8.500 son investigadores, alberga un número considerable de grupos internacionales, entre ellos EADS, Freescale Semiconductors, Goodrich, Honeywell, Rockwell Collins o Siemens.
ASTech Paris Région (región Ile-de-France) agrupa a unas 100.000 personas, así como a la mayor parte de empleos de I+D del sector en Francia, y empresas tan importantes como Dassault Aviation, Safran o Astrium.
Pégase (región Provenza-Alpes-Costa Azul), que emplea a unas 35.000 personas, el 30% se dedica a la investigación. Su especialidad es la industria espacial, y acoge a más de 250 empresas.
«Francia dispone de un tejido de empresas especializadas en equipamientos aeronáuticos de primer orden en Europa, gracias a la presencia histórica de Airbus y a la reciente creación de estructuras cooperativas (clústeres y reagrupamiento de empresas). Esta capacidad para compartir sus competencias es un factor clave para los inversores extranjeros», sostiene David Appia, Presidente de la AFII.
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AFII, la Agencia francesa para las inversiones internacionales se ocupa tanto de la promoción, la prospección, como la canalización de inversiones internacionales. Asimismo fomenta la realización de proyectos y facilita la inversión en Francia. AFII es el organismo económico de referencia para la captación de clientes potenciales y promoción de la imagen de Francia. Estructurada en una red que opera a nivel internacional, nacional y territorial, colabora estrechamente con las agencias regionales francesas de desarrollo económico con el fin de proporcionar un servicio personalizado a los inversores internacionales.