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junio, lunes 17, 2024

Pepe Ordoñez: Una vida dedicada al rescate de montaña

El piloto con más de 5,000 rescates en su carrera comparte sus experiencias y reflexiones con Aviación Digital

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Aviación Digital, Sp.- Con más de 5,000 rescates en su haber, el piloto de helicóptero Pepe Ordoñez se ha convertido en una leyenda viva del rescate de montaña. Recientemente jubilado, Ordoñez compartió sus experiencias y reflexiones sobre una carrera profesional que abarca más de cuatro décadas en una entrevista exclusiva con Aviación Digital.

Los comienzos de una vocación

Pepe Ordoñez, quien comenzó a volar helicópteros en 1981, describe su amor por la aviación y la montaña como una combinación natural. «Empecé a hacer montaña con 14 años y me enamoré de los aviones cuando vi un DC-3 por primera vez. Sabía que quería ser piloto«, comenta Ordoñez. Este amor temprano por la aviación se combinó con su creciente pasión por la montaña, creando una vocación que definiría su vida profesional.

Tras una primera etapa en los helicópteros de la policía, en 1990 decidió dedicarse al rescate de montaña, un ámbito que le permitiría unir sus dos grandes pasiones. Desde entonces, ha realizado operaciones en las condiciones más extremas y ha sido testigo de la evolución tecnológica y normativa en este campo.

La evolución del rescate de montaña

A lo largo de su carrera, Ordoñez ha visto una transformación significativa en las técnicas y tecnologías utilizadas en los rescates. «Empezamos con helicópteros BO-105, que tenían turbinas con muy mal rendimiento. Ahora, las mejoras en las turbinas y la incorporación de GPS han revolucionado nuestras operaciones», explica.

Uno de los avances más importantes, según Ordoñez, ha sido la navegación satelital y las emisoras tipo tetra, que han mejorado la comunicación y la seguridad en operaciones que antes eran extremadamente peligrosas. «Ahora, es muy difícil perderse o desorientarse en una misión de rescate«, añade. Esta mejora ha sido crucial en la reducción de la siniestralidad y en la eficiencia de las operaciones de rescate.

La evolución de la normativa y las innovaciones tecnológicas han jugado un papel fundamental en el desarrollo del rescate de montaña. Ordoñez recuerda los días en que los helicópteros carecían de los sofisticados sistemas de navegación y comunicación actuales. «Navegábamos con referencias visuales y de vez en cuando con radioayudas, que no siempre funcionaban en las montañas«, rememora.

Además, la mejora en las turbinas ha permitido a los helicópteros alcanzar mayores altitudes y operar en condiciones más extremas.

La experiencia acumulada en más de 5,000 rescates

A lo largo de los años, Ordoñez ha acumulado innumerables anécdotas, muchas de las cuales destacan por su nivel de riesgo y la recompensa de salvar vidas. «Recuerdo un rescate en alta mar, donde logramos salvar a un náufrago en condiciones extremas. Otro rescate memorable fue el de una chica irlandesa que estuvo en paro cardíaco durante seis horas y logró sobrevivir gracias a una cadena de esfuerzos coordinados«, relata.

Estas experiencias no solo subrayan el riesgo inherente a las operaciones de rescate, sino también la satisfacción y el valor de salvar vidas. «Los rescates se miden por el riesgo asumido y el beneficio obtenido. Cuando logras salvar una vida, el esfuerzo y el riesgo valen la pena«, dice Ordoñez.

La gestión del factor emocional

La gestión emocional es crucial en el trabajo de rescate. Ordoñez subraya la necesidad de desvincularse del drama que se desarrolla frente a los rescatadores. «Si nos implicamos demasiado sentimentalmente, no podemos ser eficaces. La experiencia y el uso del servicio nos enseñan a manejar esta presión«, explica.

Sin embargo, admite que ciertos rescates, especialmente cuando involucran a niños o seres queridos, pueden afectar profundamente. «Hay algunos elementos de presión añadidos que sí nos pueden afectar, como cuando la víctima es un niño o un ser querido«, comenta. La capacidad de mantenerse alerta y tomar decisiones rápidas y precisas es vital en estas situaciones.

La evolución de la normativa de seguridad

Ordoñez también reflexiona sobre la evolución de la normativa del sector. «Hasta que se implementaron las nuevas normativas regulatorias y otras normas de seguridad, hacíamos verdaderas barbaridades. Ahora, la normativa es imprescindible y ha reducido significativamente la siniestralidad«, afirma.

Sin embargo, señala que la normativa también puede introducir nuevas presiones. «La presión para cumplir con los horarios de ocaso y las limitaciones operativas puede llevar a situaciones de riesgo. Es importante encontrar un equilibrio entre la normativa y la flexibilidad operativa«, advierte.

Desafíos y perspectivas futuras

La falta de formación y experiencia en los nuevos pilotos es uno de los desafíos más significativos que Ordoñez ve en la actualidad. «Algunas compañías no quieren asumir los costos de entrenamiento y formación de copilotos. Esto crea un vacío generacional que debe ser abordado«, enfatiza.

Además, Ordoñez ve potencial en el uso de tecnologías como las gafas de visión nocturna para el futuro del rescate de montaña. «Estas herramientas pueden representar una evolución significativa, pero deben ser usadas con prudencia y bajo un riguroso entrenamiento«, concluye.

La jubilación y la vida después del rescate

Ahora jubilado, Ordoñez reflexiona sobre su transición a la vida cotidiana y sus sueños recurrentes de volar. «Sigo volando en sueños, pero con parámetros. No he dejado de ser piloto«, comenta con una sonrisa. Sin embargo, admite que no planea regresar al rescate de montaña, ni siquiera en roles de formación. «La experiencia en montaña no se enseña, se vive. Cada piloto debe crear sus propios archivos neuronales a través de sus propias experiencias«, afirma.

Ordoñez se ha adaptado a una vida más tranquila, aunque el vértigo de sus recuerdos le recuerda la intensidad de cada misión. «Ahora que estoy jubilado, la tranquilidad me ha traído una nueva perspectiva. Cuando me acuerdo de lo que he hecho por allí arriba, me entra vértigo. No lo repetiría«, confiesa.

La trayectoria de Pepe Ordoñez es un testimonio de dedicación, valentía y profesionalismo en el ámbito del rescate de montaña. Su experiencia y sus reflexiones ofrecen valiosas lecciones para futuras generaciones de pilotos y rescatadores. Como él mismo dice, «Para estar en rescate, tienes que estar con los sentidos alertas todo el día. Ahora que estoy aquí en tierra, lo que se me ha metido en las venas es el espíritu de la jubilación y la tranquilidad«.


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