Hace días, Willie Walsh, consejero delegado de International Airlines Group (IAG), conocido por haber liderado el reciente mayor y más costoso conflicto laboral en British Airways, y Sánchez Lozano, consejero delegado de Iberia, que después de fracasar en su etapa de gestor en Caja Madrid consiguió que IAG le firmara un contrato millonario, más bonos y planes de pensiones también millonarios, anunciaban la creación de una nueva empresa para realizar gran parte de los vuelos que hasta ahora realizaba Iberia. (Ricardo Alvarez/LA VOZ DE GALICIA)
Con la creación de Iberia Express, además de traicionar y enfrentarse a los trabajadores de la compañía, Walsh, ayudado por Sánchez Lozano, empieza a culminar su proyecto de trocear la línea obligándola a decrecer para convertir lo que era en inicio una fusión entre iguales en la fagocitación por parte de British Airways de los activos de Iberia, su caja y el aeropuerto de Barajas, en el que los españoles han invertido más de 7.000 millones de euros.
Al mismo tiempo, presentan un plan de crecimiento importantísimo para British Airways, más de 50 aviones de última generación y la contratación de más de 800 pilotos, financiándose con la caja de Iberia. Antes de la fusión, British Airways estaba prácticamente en quiebra debido al agujero de más de 4.500 millones de euros en sus obligaciones con el fondo de pensiones de sus empleados, mientras Iberia disponía de una caja de más de 2.500 millones. La unión marca que durante los cinco primeros años el poder en IAG se reparte al 50 % entre los directivos nombrados por Iberia y los nombrados por British Airways, y después de ese período, en función del tamaño de cada una de las compañías.
El consejero delegado de Iberia ha rechazado un acuerdo con sus pilotos que ofrecían rebajas salariales y aumentos de productividad que disminuían los costes de operación de sus tripulaciones en más de un 50 %, igualándolos con los de las low cost más eficientes de Europa: Easyjet y Ryanair.
La oferta de Sepla, valorada por la tercera empresa auditora a nivel mundial Grant Thornton, supone más de 300 millones de ahorros frente a los cien millones que estiman obtener con la nueva Iberia Express, que además es ilegal por incumplir el convenio colectivo de los pilotos.
El objetivo de Walsh y Sánchez Lozano no es rebajar los costes en Iberia y que esta crezca y consolide su influencia en IAG, sino eliminar las restricciones y protecciones que contiene el convenio de pilotos recientemente firmado, para que Iberia crezca en proporción a lo que lo haga British Airways. Este convenio fue firmado por parte del anterior responsable de la compañía, que dimitió cuando vio que British pretendía quedarse con Iberia y sus activos sin soltar un euro, como está ocurriendo.