Mutxamel, SP, 6 de agosto de 2015.- Saben Vds. la repugnancia que a este medio le produce hablar de los emolumentos de los trabajadores. Por una cuestión tan sencilla como que para hablar de ello habría que trasladar a la opinión pública previamente en qué consiste el trabajo desempeñado, el grado de responsabilidad que implica y finalmente la correspondiente contraprestación económica que liquida el empleador en función de el trabajo y el grado de responsabilidad. Teoricamente por eso, algunos directivos tienen millonarios sueldos. Pues teoricamente tienen una gran responsabilidad con la empresa, pero tambien, no hay que olvidarlo, con sus trabajadores. Teoricamente por eso no cuestionamos la nómina de un neurocirujano en cuyas manos ponemos la vida de un ser querido. Pero en la aviación y en España, se ha llegado al punto quizás de no retorno, de la precarización laboral, en el mayor operador de helicópteros de la nación, INAER, en cuyas manos de forma helipolística el Estado, y las CCAA, han depositado tareas esenciales para la seguridad de los ciudadanos: HEMS, SASEMAR, Incendios, Vigilancia, etc… De esas labores depende la vida y la salvaguarda de los bienes de la ciudadanía. Pero he aquí que lo que tantas veces hemos señalado como amenaza, es decir poner mayoritariamente en manos de un sólo operador, la seguridad de los ciudadanos en situaciones siempre críticas, tiene una contraprestación evidente si el operador comienza a fallar por ejemplo a la hora de liquidar las nóminas de sus trabajadores. Y si por ejemplo, no lo afirmamos, se tratara de un problema financiero derivado de la inestabilidad bursátil internacional o de índole financiera simplemente, que estuviera afectando a la liquidez de la matriz Babacock. Imaginamos que si eso fuera así, a la primera de cambio, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, (como hizo con el caso de AirMadrid) por aquello de la solvencia económica del operador hubiera actuado de oficio, y salvaguardado la seguridad en caso de verse afectada por esa falta de solvencia teórica. En ese TEORICO caso, la cuestión es si el Estado o las CCAA tienen repuesto posible en otros operadores como para cubrir todos esos servicios ESENCIALES. En ese TEORICO caso, la respuesta es NO. Ergo, están (ESTAMOS) en manos del mayor operador en España, y eso, quizás explique en buena parte la cierta permisividad histórica de nuestra autoridades, opino. Aparentemente, tras la reunión con su Junta de Accionistas de finales de julio de Babcock, aunque desde 2014 haya pasado de máximos, hasta números rojos en el cierre del viernes, su cuenta de resultados no es alarmante desde el punto de vista estrictamente contable. Luego ¿cómo ha sido posible que se produjera un error masivo en la liquidación de las nóminas de cientos de trabajadores de este operador?. Benevolamente podríamos concluir que la implementación de lo firmado por SEPLA,CCOO,UGT,ASETMA y CGT (es decir el Comité de Empresa), el I Convenio Colectivo del Grupo INAER, BOE 19 de agosto de 2015, podría explicar este factor desencadenante del error «administrativo-contable» masivo. Si es que ha existido dicho error realmente. Desde 200 a 1000EUR podría oscilar el «recorte» en la nómina del mes de septiembre en este operador con el que los trabajadores se han visto sorprendidos. La alarma saltaba el pasado jueves. Afectados, pilotos, TMAs, etc…
Este mes de septiembre va a suponer el que muchas familias de los 1500 trabajadores de INAER en España, las pasen canutas. La empresa ha dado la callada por respuesta, y en algunos casos nos consta que han remitido a los trabajadores al Comité de Empresa para que reciban las explicaciones oportunas. Aunque sea inexplicable, ese Comité, recientemente elegido, y firmante del Convenio, tiene la responsabilidad de facilitar explicaciones a todos los trabajadores a los que representa. Es decir a todos los trabajadores del Grupo INAER. Independientemente de adscripciones sindicales, o de cualquier índole. El Comité les representa a todos, y a todos debe pues esas explicaciones.
Los errores han ido desde el pago de dietas sujetas a retención del mes de julio, olvidando incluirlas en la nómina de septiembre, días trabajados en el mes anterior de algunos TMAs, pluses no abonados o mal contabilizados, no se han liquidado horas extras, categorías modificadas erroneamente, directamente no cobrado lo acordado este mismo año, como «compensación de cambio de jornada», dietas cuyo cobro se retrasará a finales de septiembre, atrasos de 2014 sin liquidar, cambios de horarios sin preaviso, etc, etc… Todo ello directamente en nómina sin preaviso alguno a los trabajadores.
Oficialmente se trata de errores, según algunas fuentes nos señalan que la empresa ha indicado. Pero mientras tanto las máquinas vuelan, las máquinas se reparan, y los trabajadores siguen prestando el servicio. Pero, aquí un serio inciso. ¿Son estas las condiciones idóneas para que la operación se realice con todas las garantías necesarias?… O ¿son los trabajadores máquinas que no piensan ni padecen, y el que a la incertidumbre natural del hombre o mujer, suman ahora la de aquello de verse empobrecidos depronto y por «decreto error» o «Convenio error» en un importante porcentaje de su salario en un mes especialmente crítico.
AESA, y no resulta exagerado, imaginamos que estará ya tomando cartas en el asunto, analizándolo y tomando decisiones al respecto. La simpleza de una contestación del tipo «es una empresa privada donde no nos podemos inmiscuir…» no es válida cuando lo que trasciente es que el FFHH que mueve la empresa o son de hierro o se pueden estar viendo afectados por esta situación de incertidumbre. Si la operación se ve afectada o no por esa incertidumbre es precisamente una competencia de AESA velar por el directo conocimiento de los hechos, y tomar las medidas que crea oportunas, razonables o adecuadas tomar. El problema ya lo señalábamos al principio, todos los garbanzos en el mismo puchero, tiene poca solución…