Eduardo Gavilán, Aviaciondigital.- El plan «Humo» 2050 esta lleno de múltiples objetivos a extra largo plazo, para cuando estemos gran parte de nosotros «en el patio de los callados«. Nuevamente se pone en la picota la falsedad de que el transporte aéreo es responsable de gran parte de las emisiones de CO2.
Una de las medidas que propone el Plan «Humo» 2050 para disminuir el impacto medioambiental del transporte aéreo, es la introducción de la tasa de viajero frecuente o el establecimiento de impuestos sobre los billetes de avión según la cercanía del destino y de paso recomendar prohibir los vuelos en aquellos trayectos que puedan realizarse en tren en menos de 2,5 horas.
Su plan alternativo: mejorar la red ferroviaria para transporte de mercancías y de personas.
Tal y como hemos afirmado en varios de nuestros artículos, el transporte aéreo solo es el responsable de un 2-3% de las emisiones de CO2 a nivel mundial, y nuestra industria ha reducido los consumos de combustible de manera drástica gracias a la utilización de nuevos materiales, los nuevos motores y el avanzado diseño aerodinámico de los aviones que son un 80% mas eficientes que los de hace 30 años.
No se crean que esta reducción ha sido por motivos de conciencia ecológica de las compañías aéreas, esto tambien es falso. Lo hemos hecho porque el combustible forma parte de uno de los principales costes de la operación, con un precio altamente volátil, que distorsiona los costes operativos y de paso la cuenta de resultados.
Mucho mito hay sobre el asunto de la sostenibilidad, a la que todas las compañías se esta apuntando; a lo mejor, y ya que existe tanta preocupación por el asunto, alguien debería de preocuparse de hacer un estudio sobre el impacto medioambiental del tren, igual se llevarían una sorpresa.
Ya no solo por toda la infraestructura que necesita una red ferroviaria (imposible de amortizar), o el daño irreparable al ecosistema que supone la tala de miles de hectáreas de arboles, o el destrozo de la orografía y su impacto en la fauna, si no también, por toda la energía (emisiones de CO2) que se necesita para fundir el acero de los miles de kilómetros de vías, del tendido eléctrico, los millones de toneladas de piedras para asentar las vías, el cemento, etc…
A esto hay que sumarle que la electricidad que se necesita para mover sus grandes máquinas y electrificar los miles de kilómetros de sus vías se supone que sale de algún sitio. Mucha de esta energía proviene de fuentes altamente contaminantes, que no son precisamente ni placas solares, ni los aerogeneradores que están tan de moda.
Hasta hace muy poco esta energía provenía de las centrales térmicas, que le echaban una materia prima llamada carbón que como todo el mundo sabe es muy poco contaminante (irónico) y ahora gran parte de esa energía la producimos gracias a las Centrales Nucleares, nuestras y de Francia (por nuestro deficit energético), eso sí, aquí somos tan ecológicos que nos dedicamos a guardar los residuos nucleares de unos y otros, residuos que se necesitaría al menos un Plan 2100 para que dejaran de ser contaminantes y peligrosos para nuestra vida.
Por todo ello afirmo, que el tren es más contaminante que el avión y si quieren rebatirlo (lo dudo), que hagan algún estudio serio sobre el impacto medioambiental del transporte ferroviario, tal y como hacemos recurrentemente en el sector aéreo.
Este artículo se basa en qué exactamente? No aporta ninguna referencia, sino meras opiniones sobre el transporte ferroviario. Los trenes funcionan en buena medida con fuentes de energía renovables. Los vuelos que se pueden realizar en tren en menos de dos horas y media pueden y deben ser realizados en tren, potenciando la infraestructura ferroviaria y, en especial, los corredores mediterráneo y atlántico. La industria aeronáutica saldrá más reforzada a la larga.
Hola David, muchas gracias por tu comentario. Al tratarse de una editorial, que expresa una opinión basada en varios informes (como suele ser habitual en nuestro medio), no he creído necesario poner las referencias. No obstante no me cuesta nada facilitárselas y es lo justo al interesarse por el tema.
La fuente es el «INFORME DE AUDITORÍA DE CUENTAS ANUALES EMITIDO POR LA INTERVENCIÓN GENERAL DE LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO (IGAE)» a ADIF,que son los responsables de la construcción, gestión y explotación de las líneas de ferrocarril de nuestro País. Le adjunto el enlace por si fuera de su interés http://www.adif.es/es_ES/compromisos/doc/CCAA-ADIF-2019-inf-auditoria-gestion.pdf (A partir de la página 85 del informe de Gestión 2019, tiene dos partes)
Los trenes no funcionan en gran medida con fuentes renovables, su dato es erróneo. Exactamente en el 2019 utilizaron un total de 753,22 TJ/año de Recursos Fósiles ¡¡¡ En contraposición, solo utilizaron 159,59 TJ/año de Recursos Renovables. También le recomiendo que eche un vistazo a la página 97, el apartado «Protección de la Biodiversidad», creo que se va a quedar sorprendido. Si necesita cualquier documentación más y siempre que este a nuestro alcance, no dude en ponerse en contacto con nosotros.
Un saludo,
Eduardo Gavilán