En AD, siempre nos hemos resistido a contribuir de alguna manera a saltar el límite de lo estrictamente técnico, y sumergirnos en la parte humana que existe detrás del accidente aéreo. Simplemente lo hemos hecho así, por considerar que por mucho que intentemos describir el dolor, la empatía con los que lo sufren, y el respeto a su intimidad, es la única forma de que realmente sientan que no están sólos. La lección de humana sensatez de la rueda de prensa del pasado viernes, en el 2º Aniversario del accidente del vuelo JK5022 de Spanair, ha hecho que hayamos necesitado del fin de semana completo para poder reaccionar ante la magistral lección de reclamación de derechos y actitudes públicas de esta Asociación de Afectados, ante un sistema que no sólo se presenta frío e insensible ante la desgracia, sino de todo punto ineficaz en la protección y salvaguarda de los mínimos requerimientos y derechos para con todos los afectados. La frase fué de Pilar Vera (Presidenta): "Una semana más tarde de ese desfile de autoridades tras el accidente, ya no había nadie, estábamos sólos, se nos metió el frío en el alma…, y ese frío no nos abandona"
El peso que tienen que soportar los miembros de la Junta Directiva es terrible. Técnicos, médicos, biólogos, ingenieros, pequeños empresarios, y Pilar, Licenciada en Derecho. Desde este punto de vista, lo que el viernes pudimos oir de labios de los propios afectados, debería retumbar en los oidos de todo este costoso sistema que nos rodea. Tan costoso como ineficaz. Tan sobredimensionado como pobre en su eficacia. La ineficacia de la Fiscalía, la singularidad de este caso, y el objetivo final, el que no se repita la situación de los que se ven sumergidos en una vivencia como esta, es lo que al final quieren los familiares y amigos de los que ya no están.
Lo más impresionante, lo más sobrecogedor sin duda alguna es la sensación de absoluta soledad que transmitió Pilar con sus palabras. Esto fué algo increíble, que si pudiera ser escrito y descrito, haría que todo cambiara por sí solo.
Por otro lado, las preguntas de la prensa, en general, fueron tópicas, y faltas de un rigor técnico mínimo. Incluso desde el punto de vista de lo técnico-jurídico. Un reportero del diario El País, preguntó precisamente e indicaba a la propia Pilar, que el Sumario era de dominio público. La barbaridad reflejaba como son las cosas, y Pilar intentó negar semejante aberración reiteradamente con firmeza. La indignación se palpó en el ambiente, y esas palabras del reportero, fueron una metáfora de lo débil de todo el sistema judicial español, ante casos como el que nos ocupa.
Baste recordar la serie de filtraciones, esto es de delitos constatados por ese hecho delictivo de la difusión de lo decretado como secreto sumarial, desde que se produjo el propio accidente. La difusión oficial de las imágenes, desde la propia presidencia del gobierno -con esto empezó todo-, no tiene calificativo posible. Posteriormente conversaciones de la torre, conversaciones de los pilotos. ¿Cúal ha sido el objetivo?. Pero volvamos a Pilar…
"Es un procedimiento judicial muy complejo, no hay antecedentes. El Fiscal lo que tiene que hacer es dedicarse en cuerpo y alma a este caso. En Francia se produce un suceso como éste, y es el propio Estado ampara a las víctimas, las informa, las proteje, les dice cúales son sus derechos, pone a su disposición dos despachos civilistas y penalistas a defender sus intereses, y no pasan por el calvario nuestro. Porque a nosotros tras producirse la tragedia, aterrizan en paracaídas despachos americanos, a decirnos en un idioma que no entendemos, que vienen a buscar clientes. Y si esta es la concepción de una tragedia que hay en este país, yo no sé que están haciendo los colegios profesionales que dos años después no han puesto coto a ese desmán. En EE.UU. hasta 45 días después de producido el suceso, no se le permite a un abogado acercarse a una vícitima…"
Pero la sensatez constructiva de los planteamientos de la AAJK5022 fué más allá con las palabras de Pilar, indicando que: "Las personas que fallecieron van a ser héroes, pues tras el accidente todo esto tiene que cambiar. Si mañana cae otro avión, no puede ocurrir lo que nos ha pasado, de ninguna manera."
Los afectados además, como colofón a esa magistral lección de civismo que nos dieron a todos los allí presentes, dieron una lección impresionante de intento de comprensión de lo complejo de un accidente aéreo. Alguien dijo algo así como que "el accidente no empezó y terminó unicamente en los pilotos". La sensatez estriba en intentar comprender por encima del dolor la complejidad que hace que todos los elementos se conjuren en un instante para llegar al fatídico accidente. La cadena de fallos, la difícil comprensión de lo complejo de los fallos latentes o no de la cadena de seguridad que sucumbieron en ese instante. Todo lo contrario a lo que mediaticamente en nuestro país se intenta con un simple titular y un artículo facilón. No se puede explicar en dos palabras, un informe técnico de cientos de folios, ni un sumario de miles de ellos. La sensatez de estas personas, pese al dolor, es no dejarse cegar por el coraje, la indignación y la insensiblidad de autoridades y medios.
Buscar una verdad lo más objetiva posible, ante un dolor difícil o imposiblemente imaginable. Y confiar en que la justicia reparta responsabilidades con asepsia y buen juicio. Nada más, y nada menos.