Atalayar, Juan Pons.- Es una burda patraña para hacer creer a los catalanes y al mundo entero que el Gobierno de Cataluña ha puesto en órbita su primer satélite. Nada más lejos de la realidad.
Ni el satélite bautizado como “Enxaneta” es propiedad del Gobierno de Cataluña ni tampoco ha sido fabricado en tierras catalanas.
Lo que se ha puesto en órbita en la mañana del 22 de marzo es un minúsculo satélite llamado 3B5GSat, cuya vinculación con el Gobierno de la Comunidad Autónoma de Cataluña queda establecida mediante un contrato suscrito el 27 de enero del presente año.
Según el expediente número IEEC/04/2020 del Instituto de Estudios del Espacio de Cataluña (IEEC), la finalidad del nano satélite de 30x10x10 centímetros es “prestar servicios de datos satelitales” para “proporcionar servicio de Internet de la cosas (IoT) mediante comunicación inalámbrica con dispositivos terrestres para ofrecer conectividad en partes del territorio de difícil acceso o sin cobertura de redes terrestres convencionales”.
En otras palabras, durante dos años y por 605.000 euros, el 3B5GSat se limita a proporcionar al IEEC cuando sobrevuela territorio de Cataluña ‒dos veces al día‒ datos que ha recogido de sensores en tierra y que descarga sobre el Observatorio Astronómico del Montsec ‒a unos 70 kilómetros al norte de Lérida‒, donde se ha instalado la estación de control y seguimiento.
Engañar a los catalanes
Sin embargo, los medios de comunicación de radio y televisión capitaneados por la cadena de televisión TV3 han aireado y retransmitido durante horas los momentos previos a la puesta en órbita del minúsculo satélite, ocurrida en el 22 de marzo, a primera hora de la mañana.
El despegue estaba en principio previsto para el sábado, 20 de marzo, pero se vio retrasado por causas técnicas. Finalmente lo ha hecho este lunes desde el cosmódromo de Baikonur ‒república de Kazajistán, en Asía central‒ a bordo de un cohete Soyuz 2, tal y como estaba programado.
La operación de propaganda ha estado dirigida por el consejero de Políticas Digitales y Administración Pública, Jordi Puigneró, un político de JuntsXCat, el partido independentista creado en junio de 2020 por el huido de la Justicia expresidente Carles Puigdemont. Puigneró reitera en su cuenta oficial de Twitter que “Enxaneta es un nano satélite de la Generalidad”
Para hacer más creíble que la paternidad del satélite es del Gobierno de Cataluña, se han urdido dos maniobras paralelas. Por un lado, rebautizar al satélite. Por otro, enviar hasta Baikonur a un miembro del Gobierno, el secretario de Políticas Digitales, David Ferrer.
Desde unos 5.000 kilómetros de distancia, David Ferrer ha estado relatando a su jefe directo vía teléfono móvil la marcha de las operaciones de integración del satélite en el lanzador Soyuz 2, a la vez que participaba en programas de radio y televisión y enviaba imágenes de su presencia en el cosmódromo.
Ocultando la nacionalidad del satélite
En una fotografía remitida vía Twitter el 22 de marzo, se observa cómo David Ferrer se encuentra junto al enorme cartel donde se refleja el nombre del satélite principal del cohete Soyuz 2 ‒el coreano CAS-500-1, de 500 kilos‒, rodeado de las banderas de los países que también envían satélites al espacio.
Lo que no se aprecia es que, con su cuerpo, el secretario de Políticas Digitales del Gobierno de la Generalidad oculta el lugar donde se encuentra la bandera española. El 3B5GSat es un ingenio espacial que, a efectos oficiales, es español, y como tal está considerado por las instituciones espaciales rusas y todos los foros mundiales relacionados con el espacio.
Lo mismo ocurre en una segunda fotografía enviada por Ferrer al consejero catalán, en la que David Ferrer cambia de posición, pero dos mujeres jóvenes ocupan su lugar y continúan ocultando el lugar donde se encuentra la bandera española.
¿Y qué decir de Enxaneta, el nombre con el que ha sido rebautizado el satélite propiedad de Sateliot? Supuestamente tal nombre ha sido el resultado de un concurso entre escolares catalanes organizado por el informativo infantil InfoK del Canal Super3 de TV3, la cadena de televisión oficial del Gobierno de Cataluña.
Desde Sateliot señalan que fue “una propuesta” que les hicieron desde el IEEC y la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales, en la que no vieron motivo para negarse. Sea como sea, lo acontecido forma parte de la metodología que una vez tras otra siguen las autoridades independentistas del Gobierno de Cataluña, que consiste en utilizar organizaciones no oficiales para sus fines y así evitar actuaciones de la Justicia. Y les funciona.
Espero que el autor, Juan Pons Atalayar, esté expresando sólo su propia visión de este asunto.
Porque lo que dice es panfletario y sólo sirve para justificar la escisión de Cataluña del país que habiten personajes como Juan Pons.
El lanzamiento del nanosatélite está financiado con fondos de la Generalitat de Catalunya.
Su uso está definido por la Generalitat.
Por tanto, el satélite debe ser considerado Catalán.
Si el autor se compra un coche y lo paga con su dinero, a quién pertenece este sino a Juan Pons?
En vez de reaccionar malitencionadamente, el autor debería reflexionar con sinceridad y objetivamente sobre:
– si los usos propuestos justifican el coste
– comparar con otros satélites similares lanzados por otros estados. Encuentran otros estados u organizaciones un valor en tales satélites?
– Si la respuesta es positiva, preguntarse cómo unirse a este tipo de iniciativas
La verborrea negativa del autor sólo lleva a una pérdida de oportunidades
Es mejor concentrar la energía en actos constructivos