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octubre, lunes 14, 2024

Los controladores no ceden y se cerró durante la noche el espacio aéreo de Galicia

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Aunque AENA consiguió cambiar los turnos de los controladores de forma que a primera hora de ayer hubiese tres de servicio en la torre de control de Lavacolla, eso no evitó un largo rosario de desvíos que dejaron a la terminal compostelana prácticamente a cero durante toda la mañana. El organismo no culpa, sin embargo, a los técnicos del desvío sistemático de vuelos -a Oporto los de Ryanair, con destino a Málaga, Madrid y Valencia, y a Vigo el resto de los programados durante la mañana, a Madrid y Gran Canaria-, sino a las condiciones meteorológicas, aduciendo que la niebla dificultaba la visibilidad hasta el extremo de hacer imposibles las operaciones. (El CORREO GALLEGO)

De hecho, el primer vuelo que pudo tomar tierra en la terminal compostelana lo hizo, con una hora de retraso sobre el horario previsto, pasadas las 12.25 horas. Se trataba de un avión de Air Berlín procedente de Palma de Mallorca que gracias a la demora no se vio obligado a desviarse. El vuelo de Air Europa procedente de Gran Canaria que debía haber tomado tierra poco antes, a las doce menos diez, sí acabó en la terminal de Peinador, de donde volvió a salir hacia Fuerteventura con los pasajeros transportados en autobús desde Lavacolla. En la pista de la terminal compostelana los primeros despegues se demoraban hasta la una, con destino a Palma de Mallorca y Lanzarote. A partir de mediodía el aeropuerto fue, poco a poco, recuperando la normalidad.

Fuentes del sindicato de controladores explicaban ayer que, si bien se había logrado superar las dificultades previstas para la jornada en la torre mediante la sustitución del personal que ha superado el límite de horas por otros compañeros, esos turnos extras suponen que "estén agotando las horas los que aún tenían", circunstancia que complicará el funcionamiento del aeropuerto a lo largo del mes de diciembre, una época con una gran actividad en los aeropuertos desde el punto de vista turístico.

AENA está tratando de reforzar con la incorporación de siete nuevos controladores la plantilla de Lavacolla, compuesta por veintiocho técnicos, para evitar los problemas con los que amenaza el sindicato USCA. Estos nuevos controladores estarían completando su período de habilitación, en el que precisan recibir formación a cargo de los trabajadores de plantilla, un proceso que, según AENA, estarían siendo boicoteado por estos últimos.

También han denunciado "presiones" a controladores mayores de 57 años a los que se les ha ofrecido la posibilidad de reincorporarse al servicio.

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