Aviación Digital, Sp.– Los dos pilotos del Boeing 737-300 de Coulson Aviation, que lograron escapar cuando el avión cisterna se estrelló ayer lunes 6 de febrero en el Parque Nacional Río Fitzgerald, mientras realizaban una misión de extinción de incendios en Australia Occidental, ha sido trasladados al hospital, donde afortunadamente, su vida no corre peligro.
El Boeing 737 Fireliner despegó del aeropuerto Busselton-Margaret River alrededor de las 3:25 p. m. para combatir dos incendios forestales declarados en la zona. Por su parte Wayne Coulson, Ceo de la compañía, declaró «estar ofreciendo todo el apoyo que podemos a nuestras tripulaciones locales e internacionales. También estamos agradecidos por el apoyo brindado por nuestros colegas de la industria de aviación y extinción de incendios en Australia Occidental”.
La Oficina de Seguridad del Transporte de Australia (ATSB) y el Departamento de Bomberos y Servicios de Emergencia de Australia Occidental (DFES) han iniciado investigaciones separadas sobre el accidente. La ATSB ha reunido un equipo de investigadores de sus oficinas de Perth y Canberra, que tienen experiencia en operaciones de aeronaves, mantenimiento, factores humanos y recuperación de datos.
En principio, los investigadores buscarán entrevistar a los pilotos y testigos para comprender las circunstancias del accidente y determinar la accesibilidad del lugar del accidente con el objetivo de realizar un examen in situ de los restos de la aeronave, han informado desde la ATSB. La investigación tiene como objetivo comprender la causa del accidente y las circunstancias que lo rodearon.
No es la primera vez que sucede un incidente de este tipo. En 2020, un avión de extinción de incendios de Coulson Aviation, modelo Lockheed C-130, se estrelló cobrándose la vida de tres miembros de la tripulación, cuando luchaban contra incendios forestales en Nueva Gales del Sur, Australia.