Guadalajara, SP, 12 de enero de 2014.– Mientras en las aguas del Mar de Java se siguen buscando restos del accidente del vuelo QZ8501, en algunos lugares del mundo se están comenzado a hacer reflexiones entorno a la presión de la demanda de vuelos en la zona, y por lo tanto la oportunidad de negocio para las compañías que operan allí, frente a las condiciones de seguridad con las que se opera. Hay una presión internacional en estos momentos para que los controles sean más estrictos en la región, a medida que la demanda de vuelos de bajo coste se dispara. El abogado especializado en casos de accidentes aéreos, James Healy-Pratt, por ejemplo, indica que el crecimiento en la región en un 81% en el período 2006-2013, ha supuesto que tambien haya aumentado el número de compañías de bajo coste en la región. «El récord que ostenta Indonesia es pobre», en el sentido de la ratio de accidentalidad. «Adam Air, Garuda y Lion Air, han tenido graves accidentes en la última década, e incluso la Comisión Europea colocó a las aerolíneas de todo el país en su lista negra» dijo Healy. «Las cosas iban mejorando, sin embargo, hasta el accidente de AirAsia 8501″, y añadió, «el aumento de la flota y su rápida expansión, sin una adecuada supervisión reguladora del Estado, puede dar lugar a unos cielos menos seguros», sentenció. Pero es que además las compañías de bajo coste se enfrentan en esa rápida carrera por la expansión a distintos retos.
Por ejemplo, señala Healy-Pratt, «temo que la demanda de pilotos para cumplir con la demanda de vuelos pueda estar teniendo impacto en la calidad y cantidad de formación que éstos reciben». Tambien señala que «las compañías aéreas de bajo coste se enfrentan a diversos retos relacionados con la safety», y pone varios ejemplos, uno de ellos es todo un debate en la actual aviación comercial. «El reto más notable quizás es el de una formación suficiente y relevante para que los pilotos puedan tener una buena comprensión de los riesgos que entraña una excesiva dependencia de la automatización en las cabinas de los aviones modernos». «Este es un factor destacado por los responsables británicos de seguridad en relación con los ciudadanos de esta nacionalidad que fallecieron en el accidente del AF447, que se estrelló en el Atlántico en julio de 2009».
En un contexto de críticas al historial indonesio como regulador, el ministro de Transporte de Indonesia, tomó duras medidas contra AirAsia, como fue la suspensión de sus vuelos entre Surabaya y Singapur, es decir la ruta del QZ8501. Esto sucedió tras detectarse que los permisos para operar esa ruta en domingo no existían. Tambien está indicando la desbordante demanda que existe en esa región, que hace posible que se opere sin estar autorizado. Pero esa violación era de un acuerdo comercial bilateral entre Singapur e Indonesia, y no de regulaciones de seguridad operativa. Otro dato que refuerza la tésis de la presión de la demanda sobre la seguridad.
Actualmente se están investigando todas las rutas por partes de la autoridades de Indonesia.