Baler, FIL.- Como todos los años desde 2007 el Ejército de Filipinas rinde un homenaje, junto a civiles de aquel país hermano, a los españoles que entre 1898 y 1899, lucharon en el asedio de la Iglesia de San Luís. Eran los denominados «Los últimos de Filipinas». Se trataba de un puñado de españoles que desconociendo la pérdida de Filipinas defendieron la plaza, cumpliendo con su obligación, en el denominado Sitio de Baler.
Pero es que hace 120 años, cuando salieron del último bastión que defendían, la Iglesia de SanLuís de Tolosa, los filipinos permitieron a los supervivientes de la exigua guarnición española abandonarla armados y en formación, rindiéndoles honores en reconocimiento al valor demostrado en su gesta heróica. Los españoles fueron conducidos a Marikit y Pantagabán, siendo perfectamente tratados y sin recibir el tratamiento de prisioneros de guerra. Una vez en el hospital de Cabanatuán, donde los heridos fueron atendidos, recibieron la visita de Rosario Aguinaldo, esposa de Emilio Aguinaldo, primer Presidente de Filipinas.
Un decreto del primer Presidente filipino ensalzó el «heroismo» de los soldados españoles. Decía así:
“Habiéndose hecho acreedoras a la admiración del mundo las fuerzas españolas que guarnecían el destacamento de Baler, por el valor, constancia y heroísmo con que aquel puñado de hombres aislados y sin esperanzas de auxilio alguno, ha defendido su bandera por espacio de un año, realizando una epopeya tan gloriosa y tan propia del legendario valor de los hijos del Cid y de Pelayo; rindiendo culto a las virtudes militares e interpretando los sentimientos del ejército de esta República que bizarramente les ha combatido, a propuesta de mi Secretario de Guerra y de acuerdo con mi Consejo de Gobierno, vengo a disponer lo siguiente:
Artículo Único.
Los individuos de que se componen las expresadas fuerzas no serán considerados como prisioneros, sino, por el contrario, como amigos, y en consecuencia se les proveerá por la Capitanía General de los pases necesarios para que puedan regresar a su país”.
El presidente Aguinaldo se arrepentía de haberse levantado contra España.
“Sí. Estoy arrepentido en buena parte por haberme levantado contra España y, es por eso, que cuando se celebraron los funerales en Manila del Rey Alfonso de España, yo me presenté en la catedral para sorpresa de los españoles. Y me preguntaron por qué había venido a los funerales del Rey de España en contra del cual me alcé en rebelión… Y, les dije que sigue siendo mi Rey porque bajo España siempre fuimos súbditos, o ciudadanos, españoles pero que ahora, bajo los Estados Unidos, somos tan solo un Mercado de consumidores de sus exportaciones, cuando no parias, porque nunca nos han hecho ciudadanos de ningún estado de Estados Unidos… Y los españoles me abrieron paso y me trataron como su hermano en aquel día tan significativo…”
En 2003 el Gobierno filipino declaró el 30 de junio como Día de la Amistad Hispanofilipina, coincidiendo con la firma de aquel decreto de Aguinaldo en homenaje a los héroes de Baler, “para recordar el acto de benevolencia que ha allanado el camino para tender una mejor relación entre Filipinas y España” y también “para conmemorar los lazos culturales e históricos, la amistad y la cooperación entre Filipinas y España”. Desde 2007, cada 30 de junio el Ejército filipino rinde honores a los héroes de Baler en aquella localidad que hace años fue parte de España. Sirva esta entrada como homenaje a aquellos héroes y como gesto de agradecimiento a nuestros hermanos de Filipinas por honrar la memoria de aquellos españoles.
La moraleja en estos tiempos que corren, cada lector la podrá extraer…