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marzo, jueves 28, 2024

El aeropuerto fantasma de Huesca

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Aena tiene veinticinco trabajadores en el aeródromo oscense, en el que desde ayer ni aterrizan ni despegan aviones. Costó 40 millones de euros y se inauguró hace cuatro años. (ABC)

El personal de Aena sigue en sus puestos en el aeropuerto de Huesca. Son veinticinco trabajadores, a los que se añaden una docena más de la empresa subcontratada para seguridad y limpieza. Continúan en las distintas dependencias en las que tienen sus puestos, pero ni hay aviones ni pasajeros ni mercancías que administrar. No hay trabajo.

El de Huesca se ha convertido en un aeropuerto fantasma. Se sabía hace semanas, desde que la compañía Pyrenair decidió dejar de operar. Desde ese momento, desde febrero, solo quedaba un vuelo semanal, el que ha venido programando la sociedad Aramón para acercar esquiadores hasta Huesca y, desde allí, a las estaciones que dependen de esta empresa. Pero el último de estos vuelos despegó el pasado fin de semana, el que tenía como destino Londres, para trasladar hasta la capital británica a un grupo de esquiadores procedentes de allí.

Pyrenair dice que en la próxima temporada de invierno volverá a tener vuelos en el aeropuerto de Huesca. Pero mantener un aeropuerto que solo tenga actividad en invierno es complicado. Y, de momento, no hay más operadores. Así que, si las cosas no cambian, lo que se avecina son unos cuantos meses por delante con un aeropuerto sin aviones, pero con una plantilla de trabajadores que sigue en activo.

Hace semanas, la Administración central y la autonómica anunciaron un plan para reflotar este aeródromo, para diseñar una estrategia de futuro. Se trabajará a través de una sociedad de promoción y se constituirá un «comité de rutas» que se espera que eche a andar a lo largo de este mes. Otra cosa es cuándo se conseguirán realidades, garantizar vuelos que garanticen el futuro de este aeropuerto en cuya construcción y puesta en marcha se gastaron más de 40 millones de euros. Entró en servicio hace cuatro años. Desde entonces, el Gobierno aragonés ha dedicado también cantidades millonarias para sostener la actividad en el aeropuerto, tanto con el apoyo a Pyrenair como con el dinero que gasta la sociedad Aramón -el 50 por ciento es del Ejecutivo autónomo- para el vuelo semanal que ha estado contratando en la ruta Londres-Huesca.

Ahora se tienen que buscar soluciones a través de una sociedad promotora y de ese «comité de rutas», de nuevo con la participación activa del Gobierno aragonés. Y esto supondrá también un coste añadido. A finales de febrero el Ejecutivo autónomo anunció la contratación de un técnico para captar actividad para este aeródromo.

Otro problema añadido es que hay elecciones en mayo, el actual Gobierno de Aragón PSOE-PAR está en tiempo de descuento y, además, entre los dos partidos no hay demasiada coincidencia sobre cómo afrontar la búsqueda de soluciones para el aeropuerto oscense.

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