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marzo, jueves 30, 2023

Isaías Táboas quiere «arreglar» en el descuento lo que no hizo durante el partido

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Isaías Táboas, Secretario De Estado De TransportesCuando ya está la liga terminada, y sólo quedan los puestos de ascenso en una liguilla, el Secretario de Estado de Transportes, intenta mediar entre los pilotos y AESA, para analizar la situación de los trabajos aéreos y ver que se puede mejorar. La reunión, claro está no ha de durar mucho tiempo, y se ahorraría paciencia por parte del colectivo. Además, AESA !ahora! dice que ya trabaja en un borrador para una nueva operativa en este sector. El descaro, de este organismo ya no tiene límites. Que se lo digan a las viudas, a los hijos, y a los compañeros de los que ya no están.

El personal que trabaja en AESA, ya lleva muchos años tambien en la DGAC. El director general, Sr.Ameijeiras, se dedicaba anteriormente a sus labores en AENA o en delegaciones del Gobierno en Galicia. De ahí a ser el máximo responsable de la normativa sobre la que se asienta un sistema que evidentemente falla por las cuatro esquinas, debería haber alguna pequeña cualificación para el ejercicio de semejante tarea. Los méritos deben ser de tipo técnico, para una actividad evidentemente técnica como es la aviación.

¿Imaginan de director de la FAA a un señor que en la entrega de una obra aeroportuaria, no se la recepcionan los responsables que deben hacerlo por discrepancias graves, y lo tiene que hacer el director del propio aeropuerto?. Ese es el caso en el que Ameijeiras participó como responsable de obras en AENA, en el aeropuerto de Asturias. Miren la hemeroteca, y la pregunta lógica ¿qué responsabilidad asumió tras semejante fiasco?. En aquella ocasión eran unos cablecillos de varios miles de voltios, pasando con el único aislante de un taco de madera, sobre otros cablecillos de mucho menos voltaje. Este es el esquema técnico de la actuación del hoy máximo responsable de la DGAC en España. Y de él depende directamente lo que se hace dependiendo de su Direccion General. El ha mantenido el status quo en su Dirección General y organismos aledaños.

El caso de la AESA es increiblemente más evidente. En esa organización hay personas con nombres, apellidos y un curriculum que cualquiera que quiera investigarlo medianamente verá que siempre conduce a los mismos lugares y a los mismos nombres. Aunque en las actuales oficinas del organismo hoy los cristales permiten ver al vecino de la mesa de al lado, la realidad es que no hay transparencia en su gestión, ni en sus contínuas omisiones. Y firman, y firman, y firman. Mientras los regulados, los inspeccionados, los profesionales se dejan la vida.

Mirar para otro lado, no exigir a los subordinados la responsabilidad por sus actos, omisiones, u otras cosas que se dicen, se rumorean, se presuponen continuamente cuando se habla con los profesionales, le convierten a uno en cómplice de la situación.
En responsable último de la situación, por inacción, dejadez, o cobardía. Por no hacer lo que se tiene que hacer.

Fallan todas y cada una de estas instituciones (DGAC, AESA) por las cuatro esquinas pues lo que necesita es una limpieza absoluta en el sentido literal y físico que ya no admite dilación. Las estadísticas del fracaso de su gestión ya cuentan con demasiados mártires. Y como diría Pilar Vera de la AVJK5022, no nos vale con lo que se está haciendo. No nos vale con un Informe como el de la CIAIAC referido a Spanair.

Pasa como con los técnicos muncipales que se dedican a medrar en cuestiones municipales urbanísticas. Los resultados ahora los estamos padeciendo los ciudadanos. Estos señores, en numerosos casos, estampan su firma en documentos oficiales, oficializando desmanes de todo tipo que afean el entorno de una manera pavorosa. En pocas ocasiones, al ser funcionarios de carrera nadie mete mano a esos desmanes, y la situación se perpetúa. Y los cargos políticos, como son Táboas o Ameijeiras, o Maestre, simplemente en el caso que ejemplifica esto dicen "cualquiera se mete con estos funcionarios". Hay que meterse, meterse hasta el fondo y hasta el final.

El secretario de Estado de Transportes, Isaías Táboas, se reunirá en los próximos días con representantes del Colegio Oficial de Pilotos, Copac, para analizar la situación del sector de los trabajos aéreos y ver en qué se puede mejorar ante el número de accidentes de helicópteros registrados declaraba a Europa Press.

Y añadía que "durante los últimos meses la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) ha estado en contacto con representantes de los pilotos para analizar la situación de este ámbito". Desde el día de la última reunión no se ha avanzado en la práctica absolutamente nada. Por ejemplo, y es bien sencillo desde la última convocatoria de prensa del COPAC para denunciar, una vez más esa situación. En los últimos seis meses se han producido 18 muertos y cinco heridos en España como consecuencia de accidentes en el sector de los trabajos aéreos –que comprenden labores de extinción de incendios y salvamento marítimo, entre otros–, el último el pasado domingo.

Las mismas fuentes indicaron que, tras una serie de reuniones "muy avanzadas", se trabaja ya sobre un borrador para establecer una nueva operativa para el sector aéreo de helicópteros, conocido como ligero.

El Copac pidió este lunes una "reunión urgente" con el ministro de Fomento, José Blanco, para solicitarle que exija responsabilidades "al más alto nivel" e hizo hincapié en la necesidad de remodelar la AESA y la Dirección General de la Aviación Civil (DGAC) para "frenar el retroceso en materia de seguridad aérea y mejorar las operaciones en este sector". Hace tan sólo 3 meses, el propio Decano del COPAC convocaba a los medios para llamar la atención sobre lo mismo que ahora hacen ante la Autoridad-dejaré pronto de escribirlo como mayúsculas-. En estos 4 meses el resultado es objetivamente 0. Los responsables de la gestión de la seguridad aérea en España son exactamente los mismos, pero con unos cuantos caídos más encima de la mesa.

Leía esta mañana una información sobre el accidente del pasado domingo. Hablaba del posible fallo en la descarga del avión siniestrado. Eso se entrena. Y habría que preguntarse cuáles son los métodos de formación, de supervisión de esa formación, de refresco, que en un trabajo tan técnico, delicado y específico como es pilotar en trabajos aéreos se está siguiendo en España. Quizás tambien se podría hacer algo al respecto. Quizás si en el vértice superior de esa autoridad se situara alguien con conocimientos o experiencia demostrada al respecto se podría regular, supervisar, inspeccionar adecuada y efectivamente toda la actividad aérea, y especificamente las operaciones más críticas como son estas. Por no preguntarse las condiciones meteo en el momento, la información de la que disponía ese malogrado piloto en ese momento, etc…, etc…

Este análisis es competencia ahora de la CIAIAC. Otro de los eslabones de la burocracia que de sus conclusiones se deberían extraer lecciones que eviten otros accidentes. La independencia se cuestiona. El perfil de sus miembros practicamente corre en una sóla dirección. Nadie cuestiona de esa manera tan evidente en el ámbito profesional los resultados de una investigación de la NTSB por ejemplo. ¿Por qué?. Simplemente por que en esos países de amplia tradición en aviación, son profesionales, quizás incluso los más reputados, los que se ponen a hacer ese tipo de tareas. Y, además, cuando hacen una recomendación no sólo se la considera sagrada, sino que además se obliga a su cumplimiento con todo el peso que da ser realmente una Autoridad…

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