Florencia Amat / Aviación Digital, Sp. – Activistas de Futuro Vegetal, una organización con fines medioambientales, han irrumpido en la pista de aterrizaje de Madrid-Barajas y han causado perturbaciones en el tráfico aéreo regular. Para ello, las dos integrantes han pegado sus manos al asfalto.
Entre sus reivindicaciones, se encuentra una llamada a la acción de la población para «actuar contra la crisis climática». El sector de la aviación, desde luego, tiene que poner su granito de arena para contribuir en lo que pueda a mitigar el impacto de las emisiones contaminantes. Esto es algo que ya hace a través de numerosas iniciativas, lo que demuestra un compromiso real y un adelanto frente a otros sectores.
Sin embargo, siguiendo la lógica de los gases contaminantes emitidos por las aeronaves y demás acciones relacionadas, tendría sentido para los activistas realizar sus protestas en un aeropuerto. Lo que no parece tener mucho sentido es ver cómo se han adentrado en una pista de aterrizaje sin ningún tipo de problema.
No es la primera vez: la semana pasada, integrantes de Futuro Vegetal realizaron una sentada similar en el aeropuerto de Ibiza, donde cuatro personas entraron sobre las seis de la mañana a la pista de aterrizaje y pegaron sus manos – además de pintar – en un jet privado.
¿Por qué la seguridad en los aeropuertos no les echó nada más verles? Fuentes del aeropuerto confirman a Aviación Digital que las activistas rajaron la valla por el control J. Cabía la teoría de que estas activistas hayan comprado un billete para algún vuelo de una aerolínea que no utilice finger y que por eso hayan podido acceder a la pista; pero aún así, ¿cómo de fácil es romper las normas de seguridad y adentrarse en las pistas?
No son acciones que pasen desapercibidas para el tráfico aéreo. De hecho, los controladores aéreos ya advirtieron del cierre de esta pista, la cual no se ha abierto hasta las 9:00 de la mañana, dejándola inoperativa durante unas tres horas.
Estas protestas ponen de relieve el hecho de que, a lo mejor, hace falta darle una vuelta al sistema de seguridad de los aeropuertos. Ya sea reforzándola con personal, maquinaria o diferentes regulaciones, está claro que hay algo que no está funcionando. Sobre todo si es algo que ha ocurrido en diferentes aeropuertos españoles y en donde los activistas tienen el mismo modus operandi. A la seguridad aérea se llega primero por la tierra.