Aviación Digital, Sp.- Carlos de Albert y Elisabeth Heilmeyer, miembros de la Asociación «Las Sillas Voladoras», han denunciado públicamente que han sido expulsados del Aeródromo de Ocaña, el único gestionado por SENASA y adaptado para personas con discapacidad. Este aeródromo ha sido un espacio esencial para la aviación deportiva adaptada durante casi dos décadas.
SENASA, entidad pública estatal dedicada a la promoción aeronáutica, ha decidido cerrar el aeródromo y venderlo, a pesar de ser uno de los pocos espacios en España que permite volar a personas con movilidad reducida y que está realmente adaptado para las necesidades de este colectivo. Esta decisión ha dejado a la Asociación «Las Sillas Voladoras» sin un lugar para operar sus aeronaves.
El Aeródromo de Ocaña se destacó por ser accesible y estar equipado con infraestructuras necesarias para personas con discapacidad. SENASA contribuyó en el proyecto de adaptar la primera aeronave y fue allí donde nació y creció «Las Sillas Voladoras».
Carlos de Albert en la entrevista que le hemos realizado con motivo de la Gala de los Premios de Periodismo de CLABE, que han intentado buscar soluciones, como alquilar las instalaciones para mantener la actividad aeronáutica. Sin embargo, no han recibido respuesta ni apoyo. Además, la asociación denuncia que la venta del aeródromo ha sido opaca y llena de irregularidades, con avales económicos que desaparecen y empresas que, a pesar de no haber completado la compra, parecen ya estar operando en las instalaciones.
Elisabeth Heilmeyer calificó la situación como una «pequeña gran tragedia«, y exige transparencia y soluciones para permitir que las personas con discapacidad puedan seguir persiguiendo su sueño de volar.
La Asociación «Las Sillas Voladoras» y la comunidad aeronáutica adaptada en general esperan respuestas de SENASA y soluciones que les permitan continuar con su actividad.