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abril, domingo 28, 2024

«Las Sillas Voladoras» luchan por el deporte inclusivo en Ocaña

La importancia de esta iniciativa radica en la defensa y promoción de la integración de personas con capacidades diferentes en el deporte aéreo

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Aviación Digital, Sp.- La Asociación «Las Sillas Voladoras» convocó ayer una concentración de protesta para exigir la reapertura del aeródromo de Ocaña al deporte inclusivo. Esta medida se produce después de que el Servicio y Estudios para la Navegación Aérea y la Seguridad Aeronáutica (SENASA) suspendiera todas las actividades en el aeródromo el pasado 27 de octubre, privando a personas con discapacidad de la oportunidad de disfrutar del vuelo deportivo.

Rechazo generalizado a la decisión de SENASA y búsqueda de alternativas

La suspensión de actividades en el aeródromo de Ocaña ha generado un rechazo generalizado por parte de otras asociaciones, empresas y usuarios afectados. El objetivo común es que la gestión del aeródromo sea transferida a la Junta de Comunidades, evitando así el cierre definitivo de esta actividad inclusiva.

La importancia de esta iniciativa radica en la defensa y promoción de la integración de personas con capacidades diferentes en el deporte aéreo, así como en los beneficios terapéuticos que estas actividades ofrecen. Desde «Las Sillas Voladoras» se ha explicado que el aeródromo fue subastado por razones económicas en 2022, y tras el cierre de la actividad pública, SENASA continuó alquilando las instalaciones a diversas organizaciones, incluyendo a la propia asociación. Sin embargo, en una segunda subasta, el Gobierno rescindió los alquileres, dejando a «Las Sillas Voladoras» en una situación comprometida.

La protesta llevada a cabo por «Las Sillas Voladoras» ha sido intensa, con manifestaciones dentro del aeródromo y la expresión de su indignación por la decisión de SENASA. Además, han denunciado que mientras se les impide volar, se ha permitido a un nuevo posible dueño traer un avión reactor desmontado y ocupar el hangar que anteriormente utilizaban.

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La incertidumbre sobre el futuro del aeródromo persiste, ya que las prórrogas para el pago de la venta están pendientes y no se sabe qué sucederá si finalmente no se vende. Mientras tanto, «Las Sillas Voladoras» y otras organizaciones afectadas continúan luchando por mantener viva la actividad inclusiva en el aeródromo de Ocaña, mientras esperan una solución que les permita seguir volando y promoviendo la integración de personas con capacidades diferentes en el deporte aéreo.

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