La inaplicación de los cambios propuestos por la CIAIAC permite que sigan volando aviones MD 80 como el estrellado en Barajas sin ningún tipo de cambio en el sistema TOWS. La alarma redundante, que habría avisado de que el TOWS estaba inoperativo en el momento del despegue, se ha implementado sólo en los MD fabricados a partir de los años 90, fecha en la que se cambió la normativa al respecto. Sin embargo, los aviones fabricados con anterioridad a esa fecha no han sufrido ningún cambio, por lo que las condiciones en las que se produjo el accidente de Spanair hace seis años siguen a día de hoy vigentes en muchas flotas del mundo.
SEPLA recuerda que el fin último de las comisiones de investigación de accidentes es mejorar la seguridad aérea, para lo que hace falta una independencia orgánica total con respecto al Ejecutivo del país. En España, la CIAIAC depende del Ministerio de Fomento. Asimismo, es imprescindible que las investigaciones se lleven a cabo con más celeridad de la que se da en España, donde el año recomendado por OACI como límite para publicar informes se sobrepasa con creces de forma habitual. De igual forma, las investigaciones carecen de sentido cuando sus recomendaciones de seguridad no son escuchadas por las autoridades, por lo que se hace imprescindible un mayor compromiso por su parte para implementarlas.
Apoyo a las víctimas
En el sexto aniversario del accidente, SEPLA no podía faltar al homenaje anual que realiza la Asociación de Afectados por el Vuelo JK5022 en las inmediaciones del aeropuerto de Barajas. El presidente de SEPLA, Javier Martínez de Velasco y el vicepresidente, Javier Gómez Barrero, están mostrando su solidaridad y apoyando a los familiares de las víctimas.
Especial recuerdo merece para SEPLA la memoria de los tres pilotos fallecidos en el accidente: Antonio García Luna, Francisco Javier Mulet y José Fernández, en quienes se ha depositado, de manera injusta y simplista, la responsabilidad del accidente. En este sentido, SEPLA recuerda que el error humano nunca puede ser causa única de un accidente aéreo, y sólo corrigiendo los fallos sistémicos presentes en la cabina del avión se podrán evitar accidentes similares en el futuro.