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marzo, martes 19, 2024

Sin vuelos en el aeropuerto de Ben Gurion y Haifa tras la masiva huelga por la reforma judicial

Más de 200 reservistas pilotos de las Fuerzas Aéreas han anunciado que no acudirán a sus sesiones de entrenamiento semanales como protesta al plan de reforma judicial

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Alba Sanz/Aviación Digital, Sp.- Las masivas manifestaciones que se están librando en Tel Aviv para protestar contra la destitución del ministro de Defensa, Yoav Gallant – después de que este defendiera la suspensión de la tramitación de la reforma judicial que limita el poder de la Corte Suprema para cedérselo al Parlamento – han afectado al normal funcionamiento del aeropuerto de Ben Gurión, el más importante del país.

Así lo ha anunciado el presidente del Comité de la Autoridad Aeroportuaria de Israel, Pinhas Idan, tras declarar la suspensión de los vuelos como consecuencia de una jornada de protestas histórica contra el radical gobierno del actual primer ministro, Benjamin Netanyahu.

Esta huelga, protagonizada por la Histradut (la organización de sindicatos de Israel) y en la que ya participan más de 700.000 manifestantes, ha conseguido paralizar a gran parte de la economía del país, incluyendo al sector de la aviación. En este contexto, el aeropuerto de Ben Gurion y el aeropuerto de Haifa se han declarado en huelga, cancelando el despegue de todos los vuelos de ambos aeropuertos, aunque los aterrizajes continúan como estaba previsto.

La interrupción de la actividad normal en los aeropuerto han afectado a miles de viajeros que han tenido que quedarse en tierra como consecuencia de estas protestas masivas. Tal y como ha declarado el portavoz del aeropuerto de Haifa, Zohar Arnon, los trabajadores «han parado» y se encuentran a la espera de los acontecimientos.

Una reforma judicial que divide al país

El plan de reforma judicial que promueve el gobierno de coalición encabezado por Benjamin Netanyahu y conformado por ultraortodoxos y ultraconservadores, es, de acuerdo con los miles de manifestantes que han salido en Tel Aviv, un ataque directo contra la democracia. Y es que, con esta reforma, Netanyahu pretende limitar el poder de la Corte Suprema y del resto de tribunales con el objetivo de que la Knéset (el Parlamento israelí) consiga un poder casi ilimitado.

Todo esto sucede en un momento en el que Netanyahu está acusado por fraude, soborno y abuso de confianza. De hecho, el juicio contra el primer ministro está en curso en el Tribunal de Jerusalen desde el año 2020 por lo que esta reforma podría beneficiarle ya que el plan defiende prohibir la «inhabilitación de los cargos públicos por delitos».

Además de esta medida, el plan propone modificar el comité de selección de jueces, reducir las capacidades de la Corte Suprema e implementar una «cláusula de anulación» que permite al Parlamento promulgar las leyes impugnadas por la Corte, entre otras medidas.

Además, este nuevo plan pueden permitir al gobierno de turno aprobar disposiciones contra la propia población como aprobar la construcción de más asentamientos ilegales en los territorios palestinos o limitar los derechos de la comunidad LGTBIQ+.

La reforma ha supuesto en sí misma la rotura de la política israelí cuando «Bibi» ni siquiera ha cumplido un año como primer ministro desde su nueva legislatura. Tanto es así que el propio presidente de Israel, Isaac Herzog, ha pedido a Netanyahu que pare la reforma judicial «por la unidad del país» y ha propuesto un nuevo plan en sustitución a las propuestas del «Likud», el ala más conservadora de la knéset.

De hecho se espera que Netanyahu paralice el nuevo plan judicial ante las protestas históricas que ya están afectando de forma negativa a la economía del país.

Los pilotos reservistas se suman al rechazo

Varios puntos de estas manifestaciones están siendo encabezadas por un grupo de reservistas del Ejército que constituyen en sí mismos figuras claves en las filas del Ejército israelí. En el caso de los pilotos, ya son 200 los pilotos de reserva que vuelan en misiones de combate, helicópteros y aviones de transporte los que han anunciado que no acudirán a los entrenamientos de esta semana a modo de protesta.

En esta línea casi 1.000 pilotos retirados de la Fuerza Aérea del país han mostrado su apoyo a sus compañeros a través de una carta abierta en la que se dirigen al gobierno para avisarles de que «el proceso de voluntariado solo ocurre en un país democrático. Los valores sobre los que se criaron los pilotos a lo largo de las generaciones no les permiten seguir sirviendo al país que está cambiando su rostro de democracia a dictadura».

De acuerdo con el del medio israelí Haaretz, Amos Harel, no presentarse a estas sesiones de entrenamiento, que se llevan a cabo de forma semanal, tiene «serias implicaciones» ya que los pilotos pueden perder la certificación para volar en misiones operativas, lo que además puede interrumpir el correcto funcionamiento de algunas unidades.

Sin embargo, como respuesta a la misiva, Netanyahu ha señalado que su Gobierno no tiene intención de «ceder ante las presiones de los reservistas. Exijo que el establishment de Defensa mantenga una postura firme contra las negativas porque este país no puede existir sin el Ejército israelí», ha defendido.

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