Atalayar.- Las actuales relaciones entre Estados Unidos e Irán y su reciente resultado armado están perjudicando la actividad de las compañías aéreas que transitan el Golfo Pérsico. Varias aerolíneas están cancelando o redireccionando sus vuelos en Oriente Medio como consecuencia de los ataques cruzados entre Estados Unidos e Irán que han tenido lugar recientemente en Irak.
Compañías como Air France, Lufthansa o Malaysia Airlines han declarado su intención de evitar el espacio aéreo iraní e iraquí. Por su parte, Singapore Airlines ha confirmado que, de momento, no va a volar sobre territorio de Irán. British Airways se mantiene en alerta hasta poder evaluar con certeza el riesgo de operar en la zona.
Mientras tanto, la Agencia Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) ha restringido los vuelos comerciales norteamericanos en su curso por los mencionados países. En paralelo, las autoridades de aviación civil rusas sólo han expedido una recomendación de evitar el sobrevuelo de dichas áreas inestables.
Tras el lanzamiento de misiles balísticos dirigidos contra dos bases estadounidenses —en respuesta a la muerte del general Soleimani—, Fly Emirates decidió cancelar los vuelos de su conexión entre Dubai y la capital iraquí. Otras compañías con importante presencia en la zona, como Qatar Airlines o Turkish Airlines continúan su actividad con normalidad. Los vuelos de transporte de mercancías optaron por desviar sus rutas, implicando trayectos más largos que, generalmente, conllevan más costes.
Los espacios aéreos de Irán e Irak son zonas habituales de tránsito para numerosas rutas que parten de los principales aeropuertos europeos, especialmente en dirección a regiones como el sudeste asiático. A la espera de que la tensión disminuya, de momento, las multinacionales de aviación civil prefieren mantener una postura de prevención ante una escalada repentina que derive en un conflicto de consecuencias más graves.