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octubre, miércoles 23, 2024

Tom Dieusaert: «Los pilotos del AF447 son los chivos expiatorios por fallas del avión y aerolínea»

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Buenos Aires, ARG.- A propósito del fallo de la Corte Penal francesa sobre el caso Air France 447, Tom Dieusaert, periodista belga de investigación expresa…

   “Los pilotos del Air France 447 son los chivos expiatorios por fallas del avión y de la aerolínea”, dice el Periodista de investigación belga, Tom Dieusaert, quien acaba de publicar en Argentina el libro «System Error», accidentes aéreos modernos sobre el accidente del Rio-Paris en 2009, y los accidentes más recientes con el Boeing 737-MAX.

Dieusaert es un periodista que hizo una larga investigación sobre varios accidentes aeronáuticos dónde la automatización estaba comprometida. Por eso habla de «accidentes modernos» porque aunque la aviación civil se ha vuelto muy segura gracias a las computadoras, no obstante, estas, pueden crear sus propios problemas como pasó con los vuelos fatídicos de Lion Air en octubre de 2018 y Ethiopian Airlines en marzo de este año cuando un software  desconocido (el MCAS), actuó sobre el trim del avión y lo mandó para abajo, sin que los pilotos lo pudieran contrarrestar.

 Dieusaert también insiste que los pilotos de Air France estaban confundidos por los instrumentos que mostraban lecturas erróneas y una serie de fallas de los sistemas. 

Tom Dieusaert ahora reaccionó ante el fallo de la Corte francesa que anteayer absolvió a la aerolínea Air France y al constructor de aviones Airbus en el caso por homicidio involuntario que había iniciado los familiares de las víctimas en París. «Es una aberración que en este caso solo culpan a los pilotos por el accidente, y que el juez francés haya dejado de lado una serie de fallas en el avión y desaciertos de la aerolínea.

La peor falla en el Airbus 330 que se accidentó era un sistema deficiente de calefacción de los medidores de velocidad – o tubos Pitot – con lo cual cuando el avión se encontró con partículas de hielo en altura, estas sondas se atascaron, y los pilotos se quedaron sin poder medir la velocidad, que es un componente básico para poder volar, porque en velocidades demasiado bajas (o altas) la aeronave puede experimentar una pérdida de sustentación y literalmente caer del cielo. El congelamiento de las sondas Pitot es exactamente lo mismo que experimentó el avión de Austral que se accidentó por la localidad de Fray Bentos en el 1997, con la diferencia que el avión de Austral entró en sobre velocidad.

Lo grave del caso de Air France 447, según Dieusaert, es que el 1 de junio 2009 no era la primera vez que el sistema de calentamiento de las sondas Pitot dejó de funcionar en un Airbus 330 de esa compañía. Desde 2008 en adelante, se habían multiplicado los incidentes con las sondas AA de la marca Thales, pero por suerte no llevó a un desastre como el del vuelo AF447.

En vez de poner la flota en tierra y cambiar las sondas, la aerolínea dejó pasar por lo menos seis meses entre la decisión de cambiar las sondas y llevarlo a cabo. De hecho la aeronave del vuelo 447 estaba programada para este servicio después de aterrizar en Charles de Gaulle en París. Desafortunadamente nunca llegó.

Dieusaert describe en su libro otras fallas que afectaron al Airbus como el Director de Vuelo, la pantalla de diagnóstico ECAM y una alarma de pérdida disfuncional. Otra falla importante era la del entrenamiento de los pilotos en estos casos de velocidad no confiable (Unreliable Speed en inglés) y una pérdida a gran altura.  De hecho, la compañía Airbus había declarado que este avión sofisticado: «no podía entrar en pérdida» y Air France reconoció que, el entrenamiento de los pilotos era deficiente en esos casos y en sus prácticas en el simulador, y cambió la forma de reaccionar a una entrada de pérdida, después del accidente del 2009. 

Con tantas pruebas en contra, es llamativo que ambos Airbus y Air France quedan liberados de culpa y que sólo los pilotos carguen con la responsabilidad del accidente, según el juez. «Eso es un ejemplo clásico de como terminan los casos criminales en la aviación», según Dieusaert. «Hay intereses multimillonarios y en este caso tanto Airbus como Air France son empresas con capital francés entonces hay mucha presión en Francia, para que no pase lo mismo como lo que pasó con la Boeing: pérdidas millonarias por la falla del MCAS en el nuevo Boeing 737 MAX que ahora está en tierra. 

En cambio, los pilotos están muertos y ya no pueden opinar. Si el juez admitiera que hubo errores de Air France y fallas en el avión, eso abre la puerta a demandas millonarias contra esas compañías. No deja de ser escandaloso ni obstante y una bofetada para los familiares que estuvieron diez años esperando un fallo de la corte criminal, con tantas pruebas en la mesa.

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