Colonia, GER.- EASA publicaba un hoy Boletín de Información de Seguridad (SIB) para recordar a los pilotos y controladores de tránsito aéreo sobre los riesgos asociados a los encuentros con estelas turbulentas a gran altitud y las medidas de precaución para mitigarlas.
Este SIB se emitió a raíz de un accidente ocurrido el pasado enero de este año 2017. Un Challenger 604, un pequeño jet de aviación ejecutiva, tuvo que «pelear»duramente para conseguir el control de la aeronave tras atravesar la estela de un A380 que había pasado por su vertical con una separación de 1.000 pies. La aeronave sufrió una pérdida significativa de altitud tras completar varias rotaciones sobre su eje longitudinal. Las fuerzas excedieron los límites de carga de la certificación de su fuselaje para las que fueron diseñadas. Finalmente se consiguió un aterrizaje seguro.
EASA observa que la estela turbulenta puede persistir durante varios minutos tras el avión generador, descendiendo de forma natural. El movimiento real de la estela depende del viento predominante y de las condiciones atmosféricas. La probabilidad de que un avión experimente una estela turbulenta severa generada por otro avión, es muy baja, pero no puede ser excluida. Los aviones «Heavy» o «Super Heavy» son más propensos a generar vórtices más «fuertes», aunque también existe ese potencial para otros tipos de aviones grandes.
EASA supervisa continuamente los riesgos asociados a los encuentros con estelas en ruta y publica el SIB para informar a la comunidad aeronáutica sobre esas medidas de mitigación posibles.
Por ejemplo, se advierte a los pilotos que no utilicen grandes desviaciones del timón cuando traten de responder al encuentro con una de esas estelas. La recuperación del control de la aeronave, además, se puede complicar si desconectan el piloto automático.