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abril, jueves 18, 2024

Accidente sin víctimas de un helicóptero del 112

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La pericia del comandante del Augusta Bell 412, Gustavo Esponeras, con 6.600 horas de vuelo, salvó la vida de toda la tripulación del aparato EC-GSK, en el que viajaban cuatro personas más y que a media mañana de ayer sobrevolaba la zona de Los Dares, en la Isla de El Hierro, tras sufrir un accidente cuando realizaba trabajos para el Cabildo de aquella isla, relacionados con el último temporal de viento que sufrió el Archipiélago.

El accidente, según contó el comandante a La Opinión de Tenerife, "consistió en una pérdida total de la tracción del rotor de cola del aparato, que absorbió una bolsa de plástico, lo que le provocó la rotura por fractura total de dicho eje, lo que hizo que el helicóptero comenzase a dar vueltas cayendo desde unos tres o cuatro metros de altura".

Esponeras agregó que, "en este caso, la noticia es que no hay noticia luctuosa. La verdad es que tuvimos todo a nuestro favor".

Pericia profesional. Profesionales del mundo de la aviación consultados por este diario señalaron que "el accidente en sí consistió en una pérdida total de tracción del rotor de cola, después de que en la maniobra de aproximación final para la toma en un área confinada de vegetación próxima a un barranco profundo, en el momento final después del punto de decisión de toma (LDP), una bolsa se enrollara, lo que le causó la rotura por fractura total del eje de transmisión, que es el que proporciona tracción y efecto anti-par al mismo, por lo que al carecer de este elemento, el aparato comenzó a guiñar lateralmente ante lo que el piloto solo pudo reaccionar como mandan los manuales para estos casos, eliminando toda la potencia del rotor principal y forzando la toma en el lugar donde aseguró la aeronave gracias a su pericia, sufriendo en lo que en el argot aeronáutico se llama una toma dura, lo que causó una apertura total de los travesaños y patines del helicóptero. Gracias a los reflejos y a la experiencia del piloto, las otras cuatro personas que estaban a bordo y él mismo, no sufrieron daños personales, más allá del susto propio de este episodio accidental y poco frecuente pero altamente posible en este tipo de tomas fuera de campo".

La Comisión de Accidentes de la Dirección General de Aviación Civil elaborará un informe sobre el particular.

En el lugar hizo acto de presencia la Guardia Civil de Valverde.

Otro incidente ocurrido en El Hierro relacionado con un helicóptero tuvo lugar el 11 de septiembre de 2006, después del aterrizaje, con mucho peso de un helicóptero Super-Puma, adscrito a la Brifor de La Palma, que acudió en labores de extinción de un incendio forestal y que tocó con el rotor de cola en el suelo y arrancó el patín protector. La tripulación lo dejó a la espera de ser izado por otro helicóptero Kamov, pero el fuego que afectaba a la Isla acabó por calcinarlo.

Un aparato con 28 años de servicio

El helicóptero accidentado ayer en la Isla del Meridiano fue construido en 1983 con el número de serie 33092 y obtuvo el certificado de aeronavegabilidad en España al ser importado el 29 de enero de 1998. Este aparato monta dos turbinas Pratt and Whitney. Tiene un peso máximo autorizado de 5.262 kilos y su autonomía de vuelo es de tres horas treinta minutos.

En origen esta aeronave ya estuvo en servicio en Santiago de Compostela en 1999, como helicóptero Pesca 1, dedicado al control de pesca furtiva. Posteriormente, la empresa Helicsa lo destinó a Canarias, donde formó parte de la dotación del entonces GIE y ahora perteneciente a la empresa Inaer, se dedicaba a las labores de emergencia.

Los daños estructurales del aparato alcanzan a la parte inferior de los travesaños y patines, así como a la transmisión del rotor de cola, cuya reparación se puede realizar in situ y el valor económico alcanzaría los 60.000 euros.

Lo que está claro es que la pericia y la dilatada experiencia de este piloto, actualmente jefe de las tripulaciones de Inaer en Canarias, ha contado a favor de la resolución de este incidente.

Recordar que este empresa perdió el 8 de julio de 2006, a una tripulación a bordo de un Sikorsky S-61, EC-FJJ, dedicado al medio ambiente, que partió de La Palma con destino Gran Canaria cuando se dirigían a reparar una supuesta avería en la indicación de presión del sistema de palas del rotor principal. El aparato cayó al mar a unas pocas millas de la costa de norte de Anaga, en Tenerife pereciendo los seis ocupantes.

Fuente: laopinion.es

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