Después de haberse convertido para miles de norteamericanos en un héroe por su espectacular forma de autodespedirse, lanzándose por el tobogán hinchable de la salida de emergencia del avión mientras apuraba una cerveza, Steven Slater quiere recuperar su empleo. O al menos, eso dice su abogado.
"Así es la vida. Su padre era un piloto; su madre era una azafata. Lo lleva en la sangre. Esto es lo que le gusta hacer", declaró a la prensa Howard Turman, el abogado del 'azafato impaciente', a la salida de su casa de su cliente en el barrio de Queens:
"Su esperanza es volver al negocio de la aviación".
Cuenta Ricard González en El Mundo que, en cuestión de horas y tras pasar por comisaría, Slater ha cambiado de opinión, y ya no ve los 20 años de servicio como asistente de vuelo, ni tampoco a su compañía, JetBlue, bajo la misma luz.
"JetBlue es una magnífica aerolínea, y para la que él [Slater] estaba encantado de trabajar, y espera poder continuar trabajando para ella. Él entiende los problemas, pero ha sido una compañía justa y comprensiva".
Sin embargo, no parece que la compañía vaya a ser esta vez tan "comprensiva".
Según un informe interno al que ha tenido acceso 'The Wall Street Journal', Rob Maruster, uno de los responsables de JetBlue califica el incidente de "inaceptable".
Además, asegura que la versión de Slater sobre las razones que le llevaron al borde de un ataque de nervios "no se han corroborado".
De todas formas, aún cuando fuera cierta, y "hubiera un suceso que precipitara su comportamiento, eso no es una excusa".
LOS MEDIOS NO TIENEN PIEDAD
Más allá de las investigaciones internas que pueda hacer la compañía, los medios de comunicación ya han empezado a cuestionar la versión del 'azafato impaciente' a través de las declaraciones de los pasajeros presentes en el avión antes de la 'salida olímpica' del empleado.
Ninguno de los testigos entrevistados por los medios y por la autoridad portuaria del aeropuerto JFK recuerda que Slater resultara herido recibir el golpe de una maleta cuando dos pasajeros se peleaban por encajar sus pertenencias en un compartimento casi lleno.
Además, varios aseguran que Slater tuvo un comportamiento extraño durante todo el vuelo, e incluso se ha especulado que estuviera ebrio antes del vuelo, lo que ha sido negado de forma categórica por su abogado.
Lauren Dominijanni, de 25 años, ha asegurado que Slater se negó a ayudarle cuando le pidió asistencia tras haberse derramado su café.
"No! Quizás cuando estemos en el aire! Primero tengo que cuidar de mí cariño!", gruñó el 'azafato impaciente' mientras se señalaba un corte en la frente.
En los 90 minutos que duró el vuelo, no acudió a proporcionar a Dominijanni las servilletas que había solicitado.
De acuerdo con la versión de Slater, tuvo una acalorada discusión con una pasajera maleducada justo antes de saltar al tobogán.
Sin embargo, Majorie Briskin, una profesora de 53 años, cree que fue Slater el maleducado.
Una joven pasajera le preguntó si sabía donde estaba su maleta colocada.
El diálogo era cordial hasta que al empleado le entró un ataque de ira y empezó a insultar a la mujer.