De unos meses a esta parte, a nuestros gestores y responsables políticos les ha entrado la fiebre por la búsqueda de la eficiencia. Se les llena la boca con la productividad, los costes, las tasas… Podrían, digo yo, haberlo pensado antes de dilapidar miles de millones de Euros en infraestructuras de dudosa utilidad y funcionalidad para el sector aeronáutico y para la sociedad, que han puesto a AENA, una empresa que aportaba buenos beneficios en 2006, al borde de la quiebra técnica y en situación de tener que vender las infraestructuras a sus deudores. (Las rentables claro, las otras las pagaran entre todos los españoles que estarán muy contentos porque se ha terminado de una vez por todas con una casta de privilegiados, los malditos controladores, que al parecer, según revelan por fin los gestores de AENA, eran los que de verdad gestionaban la empresa y decidieron acometer la construcción de dichas infraestructuras).
No hace mucho, en el transcurso de una reunión con el gerente de una de las asociaciones más importantes de aerolíneas de este país, me decía mirando lacónicamente a las bóvedas de la terminal cuatro de Barajas que no entendía por qué sus compañías asociadas habían pagado con sus tasas la construcción de dicha obra arquitectónica que no aportaba nada a la operación. – !Que lo pague el ministerio de cultura! – decía. Sobre la gestión de los equipajes y el tiempo de rodaje desde la terminal 1 a las cabeceras de las pistas 36 preferimos no hablar, bastó con un cruce de miradas.
Los controladores aéreos no nos oponemos a los cambios necesarios que el sistema requiere para adaptarse al nuevo entorno. Lo que desde APROCTA, (Asociación Profesional de Controladores de Tránsito Aéreo) sugerimos, tal y como recomiendan todos los organismos internacionales expertos en el sector, es que tales cambios se hagan de forma gradual, con minuciosos estudios de seguridad, valorando los riesgos potenciales de cada uno de ellos y teniendo en cuenta a las personas implicadas.
Como economista, la búsqueda de la eficiencia en cualquier organización me parece un fin loable. No obstante cuando lo que está en juego es la seguridad de las personas el objetivo fundamental es sin duda alguna la eficacia.
Siento mucha rabia cuando escucho al presidente de Aena, el Sr. Juan Ignacio Lema o al ministro de fomento Don José Blanco, manifestar enfáticamente en los medios de comunicación que la seguridad está garantizada. Dicho sea con el mayor de los respetos, son ustedes unos ignorantes o unos mentirosos o tal vez ambas cosas.
La seguridad en nuestro mundo y en particular en la aviación, no está garantizada nunca. De hecho el cometido fundamental de los gestores, organismos reguladores, organismos supervisores y legisladores, por encima de la ansiada eficiencia, es establecer todos los mecanismos posibles que supongan barreras de seguridad que impidan o dificulten que se produzca un accidente. Eliminar cualquier falla latente en el sistema. No quisiera extenderme en la explicación de los modelos de seguridad basados en las tesis del Profesor Reason, pero insto a aquellos que lo desconozcan a que se informen acerca del mismo. Mi compañero Emilio Villegas lo explica magistralmente en este enlace: http://www.controladoresaereos.org/?p=1106 .
Por la actividad que vengo desarrollando en la asociación profesional, cada día contemplo con desesperación como uno de los sistemas de navegación aérea más avanzado del mundo en tecnología y capital humano se degrada sistemáticamente.
Sr. Blanco y Sr Lema si ustedes en pro de la eficiencia:
– Suspenden el servicio HF y CPDLC de Canarias dejando sin posibilidad de comunicación durante 20 minutos a los aviones que proceden del océano, para ahorrar personal.
– Juntan sectores radar con sectores no radar sin estudios de seguridad/capacidad. Para ahorrar personal.
– Juntan en la región balear sectores de aproximación con sectores de ruta, teniendo que trabajar los controladores con tres pantallas para adecuar la escala, con las frecuencias de radio degradadas y sin tener en cuenta en el cálculo de capacidades la gran cantidad de tráfico VFR. Para ahorrar personal.
– Suprimen el servicio de noche de la torre de Ibiza por un servicio de guardia localizada, que inicia el vigilante jurado del aeropuerto, haciendo esperar más de media hora a un avión de evacuación médica en su primer día de aplicación. Para ahorrar personal.
– Interfieren en las decisiones técnicas ordenando cambios de pistas para poder calibrar las radio-ayudas en los momentos más inoportunos y sin la menor noción de la situación del tráfico, generando demoras y desvíos de los tráficos a sus aeropuertos alternativos.
– No hacen caso de las sugerencias de los controladores más experimentados a la hora de regular el tráfico en condiciones meteorológicas adversas provocando situaciones de inmenso estrés en los sectores de aproximación de Barajas, grandes demoras y desvíos a aeropuertos alternativos.
– Impiden o no fomentan la independencia y el normal funcionamiento del órgano supervisor, la Agencia Estatal de seguridad Aérea, para que investigue de respuesta y proponga soluciones a las denuncias, notificaciones e informes de seguridad remitidos por controladores y pilotos, teniendo que llegar a presentar demandas penales para que se nos escuche. Caso de Gibraltar o las operaciones de Torrejón y Barajas.
– Suprimen el controlador planificador en contra del criterio de los jefes de supervisión en las aproximaciones de Tenerife y amenazan con expedientar a los mismos si no firman el manual de operaciones que permite tal supresión.
– Suprimen toda actividad de formación continuada en emergencias, planes de contingencia, sectores de alta complejidad, vuelos de familiarización, etc.
– Notifican cambios fundamentales en los procedimientos con una simple circular buzoneada dando por sentado que el controlador va a leer y asimilar su contenido antes de sentarse en la zona afectada.
– Someten a los controladores a una campaña de desprestigio y acoso mediático y social (no entro a valorar si justificada o no, aunque tengo mi opinión claro está), sólo comparable a la llevada a cabo contra los pilotos, poniendo al colectivo en un estado psicológico muy perjudicial para el desempeño de sus funciones.
– Modifican unilateralmente todo el sistema de turnos de trabajo sin tener en cuenta que en nuestra profesión la capacidad de cada persona juega un papel fundamental en el desempeño de la misma. Sometiendo a turnos de cincuenta y tantos días seguidos con tan sólo uno o dos días de descanso a personas que jamás hicieron una hora extra, reduciendo además los descansos en cada turno, realizando traslados forzosos, negando reducciones de jornada por paternidad, suprimiendo vacaciones con tan sólo diez días de antelación, en un acoso laboral sin precedentes dando lugar a que hasta la fecha llevemos cuatro evacuaciones en ambulancia de controladores en su puesto de trabajo con ataques de ansiedad agudos y elevando el índice de bajas del 5% al 15% (según sus datos, ya que consideran la reducción de jornada o los permisos de paternidad/maternidad como baja o incluso absentismo).
– Pretenden suprimir el controlador planificador o ayudante en multitud de sectores radar contra del criterio general seguido en nuestros países vecinos, más aún después del trágico accidente del Lago Constanza.
– Aumentan las capacidades de los sectores unilateralmente sin estudios serios, regulando los mismos además un 10% por encima de dichas capacidades, lo cual provoca con demasiada frecuencia sobrecargas de hasta un 20 % y sin contar para nada con los responsables últimos de asumir tales cargas de trabajo y el riesgo que conllevan, es decir los controladores.
– Instauran el servicio AFIS en aeropuertos con vuelos comerciales y VFR.
– Reducen el número de supervisores en las salas de control. Para ahorrar personal.
– Pasan a no operativos de un día para otro a controladores de 57 años en plenas facultades psicofísicas dejando el TMA de Madrid sin su capital humano más experto y teniendo el resto de controladores que hacer turnos desproporcionados para suplirlos.
Si ustedes hacen todo esto Sr. Lema y Sr. Blanco no están optimizando el sistema. Lo están degradando. Y están poniendo en riesgo nuestra salud, la seguridad de las personas, la viabilidad económica de las compañías aéreas y la puerta de entrada del 12% de nuestro PIB.
El RD 1/2010 y la posterior Ley 9/2010 así como el RD de tiempos de actividad y descanso han permitido que todo lo descrito anteriormente esté ocurriendo a día de hoy. Es sin duda marco legal muy malo para los controladores aéreos. Pero también lo es a mi juicio para los pilotos, las compañías aéreas y la sociedad en general.
Supongo que los que estarán encantados con este marco legal serán los nuevos proveedores de servicios de navegación aérea, que podrán alcanzar la máxima eficiencia y maximizar sus beneficios gracias a la productividad de sus trabajadores. La sociedad Española estará además encantada, pues por fin se habrá terminado con esa casta privilegiada, los malditos controladores. Por no hablar de la sustanciosa bajada del precio de los billetes que sin duda ya se debe estar notando en el bolsillo de todos los usuarios del transporte aéreo.