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Guadalajara: Origen de las comunicaciones aeronáuticas en España

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Guadalajara, SP, 27 de diciembre de 2014.- Desde los orígenes de la ciencia aeronáutica en el mundo, y concretamente de las operaciones aéreas, una preocupación clave, para la mejora de la seguridad aérea, fue la necesidad de enviar información aire-tierra y tierra-aire en el menor tiempo posible, y con la mayor profusión de datos que mejoraran las condiciones en las que aerostatos, aviones u otros ingenios operaran, con información sobre despegues, arribadas y aproximaciones, tráfico aéreo en ruta, o información meteorológica. Esta última absolutamente imprescindible para operar con seguridad hasta nuestros días. De hecho el primer globo sonda para la obtención de datos meteorológicos de las distintas capas de la atmósfera, se lanzó el 3 de marzo de 1904, desde el Parque de Aerostación de Guadalajara. Cargado con 30 metros cúbicos de hidrógeno, recogió durante nueve horas alcanzando más de 13.000 metros de altura, y unos registros de -44ºC a los 8.832 metros y de -33ºC a los 13.224, quedando demostrada la inversión térmica entre las dos capas de la atmósfera. El desarrollo de la tecnología aérea, viajó pues, desde un principio paralelo a la información necesaria para la operación aérea, ligándose, desde un principio también a la tecnología de las comunicaciones.

En la Academia de Ingenieros que se estableció a partir de 1833 en la ciudad de Guadalajara, los alumnos-cadetes que durante cuatro años recibían los conocimientos necesarios para obtener título de ingenieros, debían superar una serie de asignaturas que cubrían todo un abanico relacionado con las técnicas más avanzadas de la época. La formación era teórica y práctica, como corresponde a la disciplina ingenieril. Se puede concluir que la Academia era en realidad una universidad politécnica en todo el amplio sentido que hoy le podemos dar. De ella salían ya formados ingenieros que hoy en día-por el desarrollo increíble de todas las especialidades- podríamos calificar de «ilustrados tecnológicos», por la amplitud de conocimientos que allí se adquirían desde la construcción, hasta las telecomunicaciones. Para ello habían tenido previamente que superar una durísima prueba de ingreso, que a modo de criba, garantizaba el nivel de conocimientos de los futuros ingenieros militares.

Entre las asignaturas que se impartían, había una serie de ellas relacionadas con el mundo de las telecomunicaciones, como la telegrafía óptica, con hilos, sin hilos, e incluso la radiotelefonía.

No fue una casualidad por tanto, que paralelamente al desarrollo de la ciencia aérea, aerostación, aviación, etc…, de la que fue protagonista indiscutible la ciudad de Guadalajara, y su Academia de Ingenieros, se desarrollase una disciplina esencial para las comunicaciones aeronáuticas, como es la de las telecomunicaciones (comunicaciones a distancia).

Servicio de palomas mensajeras del Ejército(1879-2010)

En 1879, se intentó por primera vez en España la creación de un servicio de palomas mensajeras para transmisiones militares, adscrito al 2º Regimiento de zapadores-minadores. Esta unidad comenzaría a partir de 1884 a especializarse en comunicaciones, pasando a denominarse Batallón de Telégrafos. Este batallón tambien sería el germen de las primeras unidades aéreas de nuestro Ejército, al adscribírsele en 1.896 el Servicio de Aerostación.

La Colombofilia, era utilizada, e incluso denominada «Telegrafía alada», según indicaba allá por 1923 Joaquín de la Llave, vicepresidente del Real Aeroclub de España y secretario de la Asociación Colombófila Española. A partir del año 1914 se unificaría a un solo Palomar Central, el de Guadalajara, todo el servicio de palomas mensajeras del Ejército, disperso en numerosos palomares por toda la geografía española, quedando a disposición y requisa todos los palomares de los particulares aficionados, declarándolos de utilidad pública. El propio Vives sería destinado a este batallón poco después, como capitán, y primer jefe de Aerostación, al fundarse dicho Servicio.

Vives que desempeñó en aquellos años el mando en las guarniciones de Cartagena y Madrid, tomará contacto y se interesará por el empleo de las palomas mensajeras, según concluye Julián Oller, en su reciente biografía sobre Vives Vich.

Frente al Palomar Central y al Cuartel de San Carlos, aún hoy en día podemos disfrutar de la Iglesia de los Remedios, en la antigua carretera de Madrid. Esta iglesia, hoy Aula Magna de la Universidad de Alcalá de Henares, cuya escalinata de acceso servía de improvisado «punto de observación» para la entrada al palomar de estas aves portando noticias de los intrépidos aerosteros. Estos, reportaban su llegada o cualquier otra incidencia, o novedad del vuelo realizado a la jefatura del Batallón de Telégrafos, al que en principio se encontraba adscrito el Cuerpo de Aerostación. Allí las esposas y familiares, la mozas de la ciudad en general, esperaban ansiosas la entrada de una paloma con noticias de la llegada sin novedad de la tripulación de los globos aerostáticos a un destino, la mayor parte, por no decir todas las veces, totalmente incierto, pues dependían exclusivamente de la dirección del viento dominante en un determinado momento para determinar la ruta que seguiría el globo aerostático y el lugar de aterrizaje. Logicamente la incertidumbre era superada en el momento que la paloma entraba en el palomar del Cuartel de San Carlos. En cierta ocasión incluso soltando precipitadamente la paloma, reportando el lugar de aterrizaje, y un brusco cambio de la dirección del viento, haciendo que el aterrizaje fuese en otro lugar. Un episodio de las «Cumbres» de Emilio Herrera, describe como aterrizando prácticamente en la frontera portuguesa, y reportando la posición mediante el envío de una paloma, causó gran revuelo el hecho de que tras un brusco cambio en la dirección del viento, terminara una de sus travesías aerostáticas en el extremo opuesto de España, con lo que la información enviada en su primer aterrizaje, no ilustraba realmente su verdadera posición.

El propio jefe del Servicio de Aerostación Pedro Vives Vich, viviría bajo el palomar construido a tal efecto en uno de los extremos del Cuartel de San Carlos unos cuantos años. Ya en el año 1888, una vez tomado el mando en la comandancia de ingenieros de Málaga, donde ascendería en 1892 al grado de comandante, también debería intervenir ante una huelga de telegrafistas, asumiendo la dirección del centro telegráfico de la ciudad, siendo los ingenieros militares los que se hiciesen cargo de la situación. Es precisamente en este período, donde Vives se convirtió en jefe del Palomar Militar de Málaga. En 1891 había escrito «Instalación y régimen de los palomares de mensajeras», que se convirtió en todo un manual para los colombófilos españoles y europeos, según indica Julián Oller en la biografía que le ha dedicado recientemente.

El Palomar Central situado en Guadalajara, era uno de los servicios anejos al Servicio de Aerostación, junto con el Observatorio Meteorológico y el de Fotografía Militar. El servicio fundamental prestado por las palomas entre los aerosteros y el Parque de Aerostación, continúo su labor hasta el año 1927 en que sería transferido a una Brigada de Pontoneros.

El Palomar Central del Ejército en Guadalajara, comenzó a operar en 1879 con palomas mensajeras traídas desde Bélgica. Normalmente se enviaban por este medio mensajes escritos, cifrados. Las primeras utilizaciones de este sistema, habían sido probadas en el paso del Estrecho. El gran sentido de la orientación de estos animales, les hacían cubrir distancias enormes, de hasta 1.200 kilómetros, a una velocidad media de entre 60/70 km por hora, y contaban con una vida útil de unos 10 años. El Regimiento de Transmisiones de El Pardo ha sido su último destino.

Un apéndice curioso a esta breve reseña sobre el servicio de palomas mensajeras del Ejército, lo encontramos en el hecho de que uno de estos animales utilizados en la transmisión de mensajes fue condecorado por literalmente dar la vida en el cumplimiento de su deber, durante la Guerra Civil española, falleciendo en «acto de servicio», tras entregar un mensaje a su destinatario, tras haber resultado herida.

En el año de 2010 se suprimió el servicio de palomas mensajeras del Ejército. 300 ejemplares todavía prestaban en España servicio de comunicación. El último mensaje enviado por este medio se realizó en el año 2006. El último palomar se encontraba en el Monte de El Pardo (Madrid).

Antecedentes del desarrollo de las telecomunicaciones en España

Orígenes de la telegrafía óptica y eléctrica en España

El desarrollo de las telecomunicaciones en España, según L.Arroyo, se remonta al telégrafo óptico inventado por C.Chappe. Este posteriormente sería perfeccionado por el científico e ingeniero español Agustín de Betancourt (considerado como padre de la ingeniería de caminos en España). En la publicación de la compañía Telefónica, «Un mundo sin distancias», podemos hacernos una clara idea de los inicios de la transmisión a distancia en España.

El tinerfeño, Agustín de Betancourt (1758-1824), viajó a Francia para el perfeccionamiento junto a Breguet, discípulo de Chappe, un nuevo telégrafo. Se trataba de un simple mástil en cuyo extremo había una aguja giratoria que podía adoptar hasta 36 distintas posiciones. Mediante un tubo óptico para la observación, al que se incorporaba un retícula, se podían leer los signos grabados correspondientes a cada posición. En 1800 una R.O. de Carlos IV, permitiría la puesta en funcionamiento de la primera línea de telegrafía óptica en España. Hubo un período de paralización que duró hasta 1844, año en que se encargó a José María Mathé, un coronel de Estado Mayor, la instalación de la línea de Castilla, uniendo Madrid, con la frontera francesa. Este había diseñado un sistema propio de telégrafo, diseñado por él, que acoplado a las torres «repetidoras» se adosaba un bastidor con tres franjas negras alternadas con tres blancas. En el extremo de éstas se movía verticalmente una pieza denominada indicador, que era capaz de adoptar doce posiciones distintas con respecto a las franjas blancas y negras. El sistema de telegrafía óptica de Mathé triunfó en España, y tras la puesta en funcionamiento de esta línea a la frontera, en tan sólo diez años, la red en España llega a ser tan extensa como la francesa. La cuestión es que este sistema estaba limitado lógicamente por el alcance visual de una torre a otra.

Paralelamente se estaba desarrollando la telegrafía eléctrica o de cable. Le experiencia del coronel Mathé en telegrafía óptica, hizo que fuera en 1852 consultado por el Gobierno español, para la realización de un estudio de los sistemas que se habían desarrollado hasta entonces. Aunque en un principio su recomendación fuera para el telégrafo de dos agujas de Wheatstone, finalmente la aparición del sistema de Samuel Morse en aquellos años se simplificaba enormemente el envío de mensajes más complejos y de forma prácticamente instantánea. Logicamente se adoptó este sistema dadas sus ventajas. La red telegráfica radial, en principio inundó España, partiendo de la capital, alcanzando a finales del siglo XIX una extensión de 32.494 kms.

Orígenes de la telefonía en España

La primera comunicación telefónica en España, se realizaría tan sólo un año después de la presentación el 8 de octubre de 1877 del teléfono de Bell y Gray en Filadelfia. Tuvo lugar en Cuba, entre la casa de un industrial local y el cuartel de bomberos. El salto de ultramar a la Península se produciría ese mismo año, a requerimiento de la Dirección de Telégrafos de Madrid. Ese mismo año una conferencia entre Barcelona y Gerona inauguraría las comunicaciones a larga distancia, y en Barcelona la primera urbana. Al año siguiente los primeros ensayos en Madrid, y uno de los primeros usuarios sería el propio Alfonso XII, para comunicarse con María de las Mercedes, su prometida en aquel momento, que se encontraba en el Palacio de Aranjuez. El desarrollo en principio de la telefonía, tras un Decreto de 1882 que permitía operadores privados y públicos, era caótico. Esto se resolvió cuando en 1924, se decidió unificar el servicio, concediendo su explotación a una sóla compañía, que era la Compañía Telefónica Nacional de España. El modelo de desarrollo sería el que recomendó Eduardo Estelat y Torres, a instancias de Alfonso XIII, de la compañía norteamericana ITT. Alfonso XIII reconocería a este senador, su aportación al desarrollo de la telefonía en España, nombrándole Gentilhombre de Su Majestad.

Contexto del desarrollo de las comunicaciones y su implementación en la Academia de Ingenieros de Guadalajara

Estos antecedentes nos pueden situar en el contexto nacional adecuado para comprender como una vez trasladada en 1833 la Academia de Ingenieros a la ciudad de Guadalajara, se fueron integrando las distintas técnicas de comunicación a distancia. Resulta curioso un hecho simbólico que me he encontrado a la hora de investigar esta inclusión en las asignaturas que se fueron cursando. El nexo que une las comunicaciones pasa por la utilización de las palomas mensajeras.

La telegrafía óptica, por cuestión cronológica, es el primer sistema de telecomunicación que se abordó en los estudios en el ámbito de la Academia. Es de suponer, que a partir de mediados del siglo XIX, cuando como hemos apuntado se comienza a desarrollar la telegrafía eléctrica en España, ésta disciplina técnica se incorporaría a las disciplinas impartidas en el centro. Hasta 1879 no tendría lugar el primer intento de introducción sistemático de la denominada «telegrafía alada», la Colombofilia en el ámbito militar. Prácticamente coincidiendo en el tiempo con las primeras transmisiones y recepciones telefónicas, con hilo.

Resulta curioso comprobar como las transmisiones sin hilo, radiotransmisiones, de radiotelegrafía y radiotelefonía, no tendrían lugar hasta los albores del siglo XX, y por lo tanto es a partir de entonces cuando parece como si las palomas mensajeras hubiesen servido de nexo, inalámbrico, a la irrupción de las comunicaciones radioeléctricas, frente a las que se venían realizando antes de la utilización de la mensajería alada mediante cable o hilo.

La telegrafía sin hilos: De Terranova a Guadalajara

Un gran salto de las telecomunicaciones ha sido sin duda alguna el paso de la telegrafía y telefonía con hilos, a la inalámbrica. En esta apasionante historia también el protagonismo estuvo desde un primer momento, liderado por españoles, paralelamente a los avances que se estaban produciendo en el resto del mundo. Guadalajara también participó en esta aventura, increíble, que a buen seguro hizo soñar e imaginar, a soñadores natos como Emilio Herrera, toda una mítica figura de la ciencia aeronáutica y aeroespacial española, que se formó entre los muros de esta Academia.

En diciembre del año 1901, Marconi había acometido la gran empresa de transmitir señales desde Poldhu en Inglaterra, a otra estación en Terranova (Canadá). 3.500 kilómetros de distancia. El 12 de diciembre se conseguiría la hazaña, siendo la primera comunicación transatlántica realizada por ondas de radio, sin uso de cables de ningún tipo. A finales de 1903 la compañía de Marconi tenía instaladas más de 40 estaciones entre la costa inglesa, sus colonias, Estados Unidos y otros países europeos.

En 1899 el Cuerpo de Telégrafos, en colaboración con el Batallón de Telégrafos, situado en Guadalajara, habían iniciado ensayos de «telegrafía sin alambres». En este hito de las telecomunicaciones en España, habían intervenido protagonizándolo el comandante Cervera, el oficial Peláez y el telegrafista Cadavid. Ante los Reyes se realizó una demostración en el Cuartel de la Montaña de Madrid, con el sistema diseñado y los dispositivos ideados por Julio Cervera, sobre una distancia de 5 kilómetros. Un año después, en 1900 se iniciaron las pruebas de la comunicación sin cable entre Ceuta y Tarifa (32 kilómetros de distancia).

A partir del año 1902 se realizarían las primeras pruebas de comunicaciones para navíos de la armada o en 1903 se instaló una estación radioeléctrica en el yate real Giralda, que tenía un alcance de 200 kilómetros, sobre una estación instalada sobre un automóvil del Ejército.

A partir de 1907 se reguló por vez primera este servicio con la Ley de 26 de septiembre, autorizando el establecimiento en España del servicio radiotelegráfico como monopolio del Estado, en dependencia del Ministerio de Gobernación, estableciendo 24 estaciones costeras, y las de uso militar y de Marina.

Pero algo que debió ser trascendente para esta historia de las telecomunicaciones militares, es el paso de Julio Cervera Baviera por la Academia de Guadalajara, a partir de 1878. Cervera había nacido el 26 de enero de 1854 en Segorbe y murió en Madrid en 1927. Ingeniero, comandante del arma de caballería habendo cursado estudios de ciencias físicas en la Universidad de Valencia.

Julio Cervera según últimas investigaciones realizadas, es el inventor de la radio, o al menos un precursor, concretamente once años antes de que Marconi lo hiciera. Cierto es que Marconi inventó antes que Cervera la telegrafía sin hilos, pero eso eran sólo señales. Cervera inventó después lo que conocemos hoy día como radio, al transmitir la voz humana -y no señales- sin hilos entre Alicante e Ibiza en 1902. Al día de hoy, parece ser que finalmente Sin embargo, hay que tener en cuenta que 15 años antes que Marconi, Nikola Tesla inventó la radio y por tanto, 4 años antes que Julio Cervera. Tras la usurpación de Marconi en la patente, Nikola Tesla llevó a los tribunales a Marconi ganando el litigio ante el Tribunal Supremo de los EEUU y quedando como el auténtico inventor de la radio.

Otra notable contribución de este Ingeniero formado en Guadalajara, fue la creación en 1903 de la Escuela Libre de Ingenieros en Valencia, una de las primeras experiencias de educación a distancia de todo el mundo.

El inicio del servicio móvil aeronáutico en España

El servicio móvil aeronáutico viene definido como el servicio de radiocomunicaciones que se realizan entre estaciones de tierra y estaciones embarcadas a bordo de aeronaves y entre sí.

En 1901 cuando Marconi realizó la primera transmisión transatlántica, aún no existían los aviones. Pero en 1899 ya había utilizado transmisores y receptores colgados de globos cautivos. No sería descabellado pensar tras la constatación de Cervera por Guadalajara, que alguna experiencia en ese sentido se hubiera realizado en el Parque de Aerostación. Más aún si tenemos en cuenta que el ingeniero Torres Quevedo comparte con Cervera el desarrollo del telemando –el Telekino- para dar órdenes a distancia, evitando la exposición de los pilotos, a los vuelos de prueba. Esta era su idea original. Mientras Cervera tenía una aplicación más militar, al telemando, como era la de dirigir torpedos con fines bélicos evidentemente.

Por tanto, es de suponer que si esta tecnología estaba siendo desarrollada por científicos e ingenieros que estuvieron por Guadalajara a principios de siglo, no sería una especulación excesivamente exagerada pensar que se podría intentar embarcar en globos o dirigibles, equipos para la transmisión. Es más resulta casi obligado pensarlo de esta manera. Otra cuestión es el secretismo que este tipo de experiencias pudieran exigir desde el punto de vista militar.

En agosto de 1910, cuando ya ni Cervera ni Torres Quevedo estaban en Guadalajara, John McCurdy y Frederick Baldwin, colaboradores de Bell en una sociedad aeronáutica experimental, realizaban la primera transmisión radiotelegráfica desde un avión en vuelo arrastrando una antena de quince metros desde su biplano cerca de Nueva York.

Guadalajara es cuna de las radiocomunicaciones en España

La importancia de la Academia de Ingenieros de Guadalajara, para el posterior desarrollo de las comunicaciones a distancia, tiene todos los elementos para concluir que estamos ante un nuevo hito tecnológico que se desarrolló entre sus muros.

El impulso de las distintas guerras a las telecomunicaciones, también se dio en España. El salto adelante que supusieron las radiocomunicaciones, han acompañado a éstas hasta la irrupción de las realizadas en la actualidad vía satélite. Que no dejan de ser radiocomunicaciones.

Casualmente, es cuando se crea el Servicio de Aerostación, cuando Marconi había desarrollado su sistema de telegrafía sin hilos, pero 20 años después casi del ingreso de Julio Cervera en la Academia de Ingenieros. Tambien en nuestro país. Una de las primeras aplicaciones se daría en las marina de guerra. Ya en abril de 1899, un representante de Wireless Telegraph Company, que era la explotadora de las patentes de Marconi, estuvo en España realizando una serie de pruebas ante las autoridades militares. El comandante de Ingenieros Julio Cervera, fue comisionado para viajar a Inglaterra y Francia. Convencido tras su periplo de la necesidad de fabricar en España equipos de radio, se comenzaron a fabricar los primeros en el Cuartel de la Montaña, vía el Batallón de Telégrafos. Podemos concluir que las primeras experiencias radio, también eran conocidas, desde sus albores, por el Batallón de Telégrafos de Guadalajara, y por tanto la Academia de Guadalajara estuvo a la vanguardia de este desarrollo fundamental de las comunicaciones del siglo XX.

Para apoyar la presencia e importancia de la Academia en todos los desarrollos de las radiotelecomunicaciones, hemos de decir que en el año 1900, el capitán de Ingenieros, don Isidro Calvo y Juana, que era profesor de la Academia, publicó en la ciudad el primer libro editado en nuestro país sobre Telegrafía sin hilos. Titulado «Aplicaciones de las oscilaciones hertzianas a la telegrafía y telefonía eléctricas sin hilos conductores». Pero 50 años antes, en 1851, un teniente coronel de Ingenieros, en Barcelona, donde había construido varias líneas de telégrafos-con hilo-, había publicado el primer «Tratado de Telegrafía Eléctrica», editado en España. Tambien procedía de la Academia de Ingenieros de Guadalajara.

Los Ingenieros formados en nuestra Academia, podemos concluir que ya estaban especializados en la Telecomunicaciones, aunque propiamente la Ingeniería de Telecomunicación, no se constituyera como estudios propios hasta al menos los años 20 del siglo siguiente.

La radio supone el punto de inflexión para la inmediatez en las comunicaciones, y la precisión de los contenidos transmitidos. De incalculable valor para la transmisión de las necesarias órdenes en la actividad militar. En el año 1902, el Ejército español, implantó estaciones radio a ambos lados del Estrecho, siendo ensayados los emisores y receptores de Cervera, Marconi y Popoff. Es decir, desde el primer momento, nuestro Ejército ya estaba experimentando lo más avanzado en radiotelecomunicaciones del mundo. Las pruebas obtuvieron unos resultados bastante aceptables.

CONCLUSION

Como conclusión podríamos decir que la importancia desde el punto de vista aeronáutico como cuna de la Academia de Ingenieros de Guadalajara, se va acrecentando según avanzan las investigaciones en curso, corroboradas por los documentos y la importante presencia constatada de estos científicos-militares como fueron los Ingenieros militares. Primeros pilotos, primeros ingenieros aeronáuticos, de telecomunicaciones, etc… Todos los necesarios elementos para la construcción de lo que hoy en día es la aviación, ya estaban presentes desde el momento preciso en que los aviones comenzaron a surcar los cielos. El puzle necesario para el desarrollo de una aviación segura completa sus piezas dentro de los estudios que se cursaban en esta Academia. Con una importantísima base matemática y física, estos ilustrados tecnológicos, eran capaces de trascender a la apasionante historia que se avecinaba, seguramente de intuirla. La de la aviación comercial y militar que hoy conocemos. Desde la Aerostación a la Aviación, el hilo conductor de esta historia tecnológica nos conduce finalmente a los protagonistas que iban surgiendo de esta Academia Ilustrada y Politécnica de Tecnología que representó la Academia de Ingenieros de Guadalajara. Ese hilo conductor, ese alambre se rompió en la trágica noche de 1924 en que un incendio destruía el edificio. Afortunadamente, a partir de 1900, ya no eran necesarios los cables para la transmisión. Desafortunadamente, ese incendio, parece que destruyó las esperanzas de un futuro tecnológico en y desde la Academia para la ciudad de Guadalajara ¿Es aún demasiado tarde?

(Este artículo está dedicado a mi tío D.Eduardo Gavilán Estelat, un Ingeniero de Telecomunicaciones, un pionero de la televisón en España, país al que supo servir sin servirse en ningún momento de su gran posición técnica. Todo un ejemplo para mí, en los tiempos que vivimos).

ARTICULO APARECIDO con motivo de la exposición: La Universidad de Alcalá y la Academia de Ingenieros de Guadalajara (Ed.Andrés García Bodega).Páginas 110-120. Alcalá de Henares 2011.

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