Eduardo Gavilán, Aviación Digital, Sp.- Qué difícil es despedirse con un adiós cuando nadie nos prepara para un día así. Siempre pensé que estarías hasta el final. Fernando Espejo, ha sido y será un empresario cordobés y hombre excepcional, cuyo legado quedará grabado en los corazones de todos los que tuvimos el privilegio de conocerlo.
Fernando fue un hombre hecho a sí mismo, ejemplar en todos los sentidos (y peculiar), tanto en el ámbito profesional como en el personal, como humano que era y para ser sincero, también tenía su aquél, supongo que como todos lo tenemos. Lo que sin duda alguna tenía era un gran corazón, tan grande, que le dio a un chavalín como yo, sin experiencia, su primera oportunidad de trabajo allá por los años 90. Fotografía oblicua, lanzamiento de paracaidistas, trasplantes, taxi aéreo, carga aérea y luego a la liga mayor: fumigación y extinción de incendios. Soy lo que soy por mi padre, y por él.
¡Cuántas broncas me echaba, Dio mío! Siempre me decía: “Eduardo en fumigación tienes que sentir el culo, los instrumentos son un añadido, siente el culo, si no te vas a matar”.
Como anécdota, en el primer día de entrenamiento para lo que sería mi primera campaña de incendios, al soltar la descarga se me encabritó el avión (un Thrust Commander con la PT6 34AG, la primera vez que me subía a un bicho así) por no haber puesto el «trim» correctamente y Fernando me dijo por radio, “¿A que el culo te ha dicho que lo has hecho mal?”. Así era Fernando, otra forma de entender la aviación, puede que ustedes crean que era desacertada, pero siempre entendió que, en este trabajo, el hombre y máquina eran uno, y aunque las nuevas generaciones lo sigan sin entender, yo doy fe de que esto era así y en este mundo así seguirá siendo.
Fernando era especial. Su mente ágil y su capacidad para enfrentar desafíos que lo convirtieron en un pionero en su campo y un verdadero referente en el sector de la aviación. Eso sí, peculiar, como hombre de campo (su gran pasión junto con la aviación) era de los que cerraba los negocios estrechando la mano y de los que cerraba los presupuestos según la cabeza le dictaba, supongo bajo el criterio de su propia experiencia y la mirada atónita de los que le rodeaban.
Trabajos Aéreos Espejo llevaba en funcionamiento desde 1981, aunque no fue hasta el 2 de diciembre de 1988, cuando adoptó el nombre de Trabajos Aéreos Espejo S.L.
La compañía fue evolucionando a la vez que lo hacía su fundador. Aunque en un primer momento se centrara en los trabajos relacionados con la Fumigación y los Tratamientos Agrícolas, acabo diversificando debido a la demanda y las crecientes necesidades de expansión del mercado del trabajo aéreo hicieron que la compañía abordara campos como los de la Extinción de Incendios Forestales, de Vigilancia, Aerotaxi y los Traslados Sanitarios.
Fernando nunca se olvidó de la parte humana, eslabón principal de la cadena en cualquier sector aeronáutico. Por eso, la escuela de pilotos fundada en 2003, Corflight School, fue importantísima para seleccionar los pilotos que trabajarían en TAESPEJO. Ahora el testigo del negocio lo llevan mis queridos Ignacio, Paloma y Javier con gran éxito y que de alguna manera mantienen el legado de Fernando.
Entre otros de sus inquebrantables proyectos se situó TAER Ándalus, empresa con pasaporte andaluz. En una de sus entrevistas para el Diario de Córdoba, Fernando ya decía cómo quería que “Córdoba fuera la base de operaciones de una gran compañía que ofreciera un servicio demandado por la sociedad andaluza en general y la cordobesa en particular”. De esta voluntad nació la “sociedad de accionistas mayoritariamente cordobeses que explotaban las infraestructuras actuales y futuras del aeropuerto de Córdoba”.
A partir de aquí nació la compañía aérea Flysur, y en la que tuve el privilegio de ocupar el cargo de consejero delegado de la firma. Con sede en Córdoba, bajo la marca comercial de Flysur, comenzaría uniendo esta ciudad andaluza con Vigo, Bilbao y Barcelona con un ATR 42; explotando su conectividad al máximo y dando rutas a los españoles que las demandaban y que, hasta el momento, no habían visto sus necesidades cubiertas.
Por desgracia, la propia infraestructura del aeropuerto de Córdoba y los problemas financiero del principal accionista PRASA motivadas principalmente por la crisis del ladrillo, hicieron que Flysur no se perpetuase en el tiempo. A pesar de que la aerolínea cerró, y de tener mis desavenencias con Fernando (hasta el punto de no hablarnos durante mucho tiempo), he de reconocer que este proyecto se puso en marcha por su tesón: porque Fernando lo dio todo hasta el último momento para conseguir ofrecer a los cordobeses un servicio aéreo de calidad. Creo que es justo decir que lo consiguió y en gran parte fue sin duda, un gran mérito suyo, de un hombre recordemos que venía del campo.
Hoy, mientras nos despedimos de Fernando, recordamos su vida excepcional y nos consolamos sabiendo que su impacto perdurará para siempre y en muchos de los corazones de los cordobeses, y por supuesto en el mío. Su pasión, su sabiduría y su visión inspiradora seguirán guiándonos en el camino a hacer realidad nuestros sueños. Porque si algo he aprendido de él, es a no renunciar a nada por increíble que pareciera.
Ahora, solo podemos decirle a Fernando que descanse en paz. Su memoria vivirá en cada uno de nosotros, y su espíritu perdurará eternamente en los recuerdos que compartimos aquellos que tuvimos la suerte de conocerle. A continuación, la “Carta del presidente” escrita por Fernando y publicada en su página web, la cual demuestra el grado de implicación que tenía por sus empleados, sus clientes y todos sus allegados:
“Considero un auténtico honor presidir una compañía como Trabajos Aéreos Espejo que, aunque en sus inicios fue creada como una empresa familiar basada en los tratamientos agrícolas con avión, el paso de los años nos ha permitido convertirnos en lo que somos hoy día.
El esfuerzo diario, la humildad, el rigor, la constancia en el trabajo y el maravilloso grupo humano que forma TAESPEJO, son las claves que nos permiten ofrecer el abanico de actividades que actualmente desarrollamos con plenas garantías de éxito. Nuestro principal reto diario consiste en que el grado de satisfacción de nuestros clientes sea el máximo, teniendo como norma de oro que, además del perfecto desarrollo de la tarea requerida, debemos volcar nuestro máximo esfuerzo en la exquisitez y pulcritud en cada trabajo que llevan a cabo nuestras aeronaves, pilotos, ingenieros, mecánicos, para así lograr la perfección de los mismos.
Son ya más de tres décadas en el sector aeronáutico y la ilusión es exactamente la misma que la de los primeros vuelos, con el valor añadido de poder observar diariamente en la compañía todas sus actividades adaptadas a nuestros días, dónde la tecnología, normativa, procedimientos, etc.… han evolucionado de tal manera que la compatibilidad entre la seguridad en vuelo y la exquisitez de nuestros trabajos ha crecido de manera exponencial.
A lo largo de nuestra trayectoria hemos tenido el placer de prestar nuestros servicios en todas las comunidades autónomas de España, así como fuera de nuestras fronteras, tanto en el continente europeo (Francia, Portugal,) como en el continente africano (Marruecos, Argelia, Gabón, Mauritania,) lo cual es motivo de máxima satisfacción para quién dirige un grupo humano de cualquier índole.
Los logros alcanzados en nuestra trayectoria, tales como la obtención de nuestra AOC, Organización CAMO, el Centro de Mantenimiento PARTE 145, nuestros Centros de Formación CORFLIGHT SCHOOL y ATO TA ESPEJO SL, la especialización en la EXTINCIÓN DE INCENDIOS a través del Certificado de Operador Especial COE, la creación de la Organización de Diseño DOA… han significado una auténtica motivación para hacer crecer nuestra compañía y conseguir mejorar día a día el grado de satisfacción de todos nuestros cliente. Gracias a todos, de corazón, por su confianza.”
Ahora toca descansar, aunque sé que allá volverás a volar alto. En mi memoria siempre quedarán los grandes momentos que compartimos, las tantas cosas buenas y malas que vivimos y tu apoyo, tu calma y tu fortaleza.
Amigo mío, te has marchado mucho antes de lo previsto, pero tu recuerdo me acompañará hasta el día que nos reencontremos, para continuar con nuestras charlas de la cantina del aeropuerto de Córdoba, que tenemos todavía que hablar de muchas cosas.