Perfecta la organización, desde el primero hasta el último detalle. En RIAT se trata, a diferencia de otros festivales con intereses diferentes, de hacer participar a todos en el soberbio espectáculo de los vuelos y por ello se acondicionan unas zonas en el mismo borde de la pista para que nadie se pierda nada. Los que madrugan tienen el premio adicional de poder ocupar una primera fila.
A las 07:30 de la mañana del sábado ya hay un atasco importante en los accesos a la base aérea de Fairford (y eso que está diluviando) situada a 120 millas de Heathrow, para ir entrando ordenadamente en los enormes aparcamientos campestres.
Ante la previsión muy pesimista y algo confusa de las webs meteorológicas, se me ocurre consultar el TAFOR, que era el siguiente:
EGVA 160730Z 1609/1618 22012KT 9999 BRK010 TEMPO 1609/1611 5000 -RA BRK006 BECMG 1611/1613 SCT025 PROB30 TEMPO 1613/1617 26015G25KT
Hay que tener fe para estar de mala manera aguantando una manta de agua durante 4 horas con un cielo negro y confiar en que el meteorólogo de la base va a acertar, aunque sea inglés (lo digo porque en eso son muy buenos). Bueno, pues lo clavó, dejó de llover exactamente a las 11:00z, quedó un día precioso y todo el mundo al aire.
Lo bonito del Air Tatoo es que el afortunado visitante puede disfrutar de una exhibición variadísima en las épocas, velocidades y tipos de aeronaves, combinando además con escenarios meteorológicos inesperados. Aquí te aparece un Chinook de la RAF que se coloca en todo tipo de posiciones imposibles para dar paso a un F-16 turco, un Rafale, dos Typhoon en una especie de misión de combate simulada, !un Lancaster con un Sptfire en formación!, un enorme Vulcan majestuoso, más y más aviones.. y muchísimas patrullas. La Frecche Tricolori resulta apabullante en su perfección y estética, y los Red Arrows lo bordan. Cierra el programa una exhibición de Brietling que parece sacada de una película, con bailarinas volando sobre los biplanos Stearman y cruzándose con los jet L-39 Albatros.
Fue una auténtica decepción para los pocos españoles que asistimos que la Patrulla Águila no actuara. Abría el programa de vuelos a las 10:00am y a esa hora tanto el sábado como el domingo llovía a cántaros. Supongo que la organización no encontró la manera de hacerles un hueco. También echamos de menos una mayor presencia de aviones históricos británicos.
En fin, aunque hay que reconocer que los ingleses te cobran por respirar, a cambio obtienes un espectáculo exquisito. Exposición estática enorme, tiendas de todas las chucherías aeronáuticas posibles, desde escudos de escuadrones hasta piezas de aviones antiguos, y en definitiva una exhibición que bien justifica la visita. Aviación con mayúsculas.
Pepe Zárate
www.pilotosdeiberia.com