Madrid, SP.- Más de 16 años después del accidente del Yak-42, en el que murieron 62 militares que regresaban de Afganistán, las autoridades turcas se disponen a entregar a las españolas restos de las víctimas. El cónsul español en Ankara (Turquía) se trasladó ayer a Trabzon, el lugar donde se estrelló el avión el 26 de mayo de 2003, para asistir a la exhumación de un fémur, que se remitirá al Instituto Anatómico Forense de Estambul, donde se han localizado 23 tarros con muestras de los cadáveres de las víctimas del siniestro.
Una vez recibidos todos los restos, el agregado militar de la Embajada de España en Ankara se encargará de su traslado a España en valija diplomática custodiada. El Ministerio de Defensa ha comunicado el hallazgo a la juez María Tardón, titular del Juzgado Central de Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional, que ha reabierto el caso.
Se espera que la juez ordene la realización de pruebas de ADN para identificar la filiación de cada uno de los restos. El Instituto Anatómico Forense de Madrid ya ha comunicado que no tiene capacidad para realizar las pruebas, por lo que habrá que encargarlas a otro laboratorio.
La entonces ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, aseguró en mayo de 2018 en el Congreso que las autoridades turcas habían hallado una extremidad “que no se sabía a quien pertenecía” y que habían enterrado “por su cuenta y riesgo” antes de que se procediera a la identificación de los cadáveres.