Alba Sanz/Aviación Digital, Sp.- Romper los prejuicios: promover modelos de conducta y cambiar los estereotipos. Así se llama el panel que protagoniza la segunda jornada de la Cumbre Mundial sobre Género en la Aviación 2023, organizada por la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) que pone sobre la mesa, precisamente, unos de los principales problemas que existen en el sector: la perpetuación de la desigualdad, la escasa visibilidad de las mujeres en la aviación, su reducida presencia en los puestos de poder y la falta de referentes.
Concretamente, la Cumbre Mundial de Género en la Aviación 2023 tiene como objetivo reunir a las partes interesadas a nivel mundial para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres en la aviación, sobre todo en lo que se refiere a cargos y puestos directivos.
En este panel, siete mujeres ocupan la mesa de debate. Ellas son la subsecretaria parlamentaria del Ministerio de Transportes de Reino Unido, la Baronesa Vere de Norbiton, la presidenta y jefa ejecutiva de Elevate Aviation, Kendra Kincade, la jefa de política de espacio aéreo y dirección general de aviación civil en españa, Marina Estal Muñoz, la vicepresidenta senior de asuntos públicos en Airbus en Reino Unido y la presidenta de la Asociación de Víctimas de Accidentes Aéreos, Pilar Vera, moderada por la asesora Principal de Relaciones Globales y Embajadora de Género en la Educación en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Marta Encinas-Martín, con la puesta en escena de la directora, Relaciones Institucionales y Cumbre, Coordinadora de Género en el Foro Internacional del Transporte (ITFI), Magdalena Olczak-Rancitelli.
Todas comparten algo que les ha traído hasta aquí: la pasión por la aviación y la determinación de querer acercar este sector a las mujeres. Más aun a las jóvenes y a las niñas que puedan verse perjudicadas por esos mismos estereotipos y barreras contra las que quieren luchar en un panorama, cuanto menos, complejo.
De acuerdo con un estudio realizado por la OACI, solamente el 7% de las mujeres que comprenden las edad entre los 25 y los 65 han elegido una carrera de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, (STEM, por sus siglas en inglés) mientras que la cifra de mujeres participando en el sector de los transportes constituye, a nivel global, menos del 20%
Para la jefa de política de espacio aéreo, Marina Estal, esto se debe a que «los estereótipos son muy persistentes. Tenemos que entender que un estereotipo es un mecanismo para generar una desigualdad».
Explica que, para ella, «hay tres mecanismos importantes: la invisibilidad del sistema de negar el seximo junto con la gran dificultad en detectarlo, ignorar la mentalidad patriarcal creada por hombres que han estado en el poder e ignorar la dureza y cómo nos han calificado como seres inferiores, ignorando nuestra historia y contextualizándonos como inferiores».
Denuncia que, actualmente, «las normas impuestas no esta siendo diseminadas. Se siguen perpetuando y ayuda a reforzar una poderosa industria que genera diferencias entre hombres y mujeres. Tenemos que luchar contra estas diferencias».
Falta de referentes y escasa visibilidad
Para dar respuesta a por qué sigue existiendo un número tan inferior de mujeres que se interesen por estas carreras, Estal hace referencia a la filósofa española Celia Amoros para explicar en sus palabras que «contextualizar es necesario para ver la realidad. Para saber por qué hay pocas mujeres, tenemos que contextualizar la realidad. Hay un problema de modelos, hay una falta de visibilidad y autoridad, además del persistente síndrome de la impostora».
Añade que «algunas mujeres no quieren pagar ese precio porque es un precio alto», por lo que, en muchas ocasiones, optan por otra opción.
Para la vicepresidenta senior de asuntos públicos en Airbus en Reino Unido, Oriel Petry, las mujeres en el sector ayudan a «crear un entorno más colaborativo y de trabajo conjunto. Tienen que ser referentes. Es muy importante no solo hablar de género si no realizar eventos y presencia pública como los de esta Cumbre en la que también haya hombres porque se genera algo muy poderoso. Pueden trabajar de forma conjunta y mezclada. El género y la diversidad son muy importantes ya que mejoran las decisiones».
De hecho, explica, han creado un programa piloto en el norte de Gales para niñas que consiste en «animar a las jóvenes a entrar en este sector. Hablamos a las mujeres locales y les contamos su historia. Por ejemplo, en la Segunda Guerra Mundial la mayoría de las personas que trabajan en las fábricas haciendo aviones eran las mujeres (…) también ofrecemos opciones para que puedan conciliar su vida familiar».
Por su parte la subsecretaria parlamentaria del Ministerio de Transportes de Reino Unido, la Baronesa Vere de Norbiton, afirma que hay que visibilizar los «roles en los que las mujeres pueden hacer una gran diferencia como en Safe and Security. Además de crear embajadoras de aviación, reconocer a las mujeres pilotos y a las ingenieras».
Indica que «debemos compartir sus historias y hacer ejecutar este tipo de prioridades. Todo el mundo tiene que estar envuelto. Tengo la esperanza de que muchas mujeres vengan a trabajar en aviación».
Fomentar la aviación desde pequeñas
En este sentido, este acercamiento para que haya cada vez más mujeres en el sector se produce también gracias a programas como el que ha presentado la controladora aérea y directora general de Elevate Aviation, Kendra Kincade, quien señala que realizan «programas semanales inversivos dirigidos a los niños donde les llevamos a los aeropuertos y hacemos scapes rooms con ellos».
Del mismo modo añade que han creado «un programa de nueve semanas dedicado a las mujeres y enseñado por mujeres totalmente gratis. Aquí desarrollan y aprenden herramientas para llevar a cabo en carreras relacionadas con este sector. Necesitamos más mujeres líderes en la aviación».
Luchar por las víctimas en un mundo de hombres
Para finalizar el panel, la presidenta de la Asociación Internacional de Víctimas Aéreas, Pilar Vera, se ha dirigido a los presentes de una forma muy emocional tras afirmar que su objetivo «es llegar a los corazones».
Ella, que es familiar de una de las víctimas del trágico accidente de Spanair ocurrido en el año 2008, ha explicado que ha acudido a esta Cumbre para pedir que «la asistencia de las víctimas y de las familias ocupe el lugar que merece pero también para que el género sea lo natural y no lo extraordinario».
«Las víctimas y las familias de ellas solo importan en el momento de los accidentes», lo que hace que «las asociaciones de víctimas mueran por cansancio y hastío. Sobrevivir en el tiempo es un milagro».
«Había que lograr que los estados se implicaran por los ciudadanos víctimas de accidentes y eso era a través de la OACI. La igualdad de género en el sector de la asistencia a las víctimas y a las familias es un camino muy doloroso. Si estas atravesando el infierno sigue andando, a pesar de la incrompensión y discrimanción como mujer y hacia las víctimas, siempre seguí caminando», insiste.
«La igualdad de género no existe en este ámbito, es doblemente arriesgado para trabajar por la memoria de tus seres queridos. El peso es insoportable y muy doloroso. Miles de veces me he preguntado por qué seguía adelante en un mundo de hombres donde no existen las mujeres que osan liderar una causa que no entrará los intereses de los Estados ni en el de las empresas privadas», afirma.
«Por mucho que me lo impidan, sabía que terminaría llegando hasta donde estoy. Las claves para acabar con esta desigualdad son la generosidad, el talento, la formación, la estrategia, la educación y la visibilidad. Las personas movemos las organizaciones y podemos cambiar los estereotipos. Será lento pero imparable», concluye.