Una alta funcionaria denunció en 2007 «manipulación» en las adjudicaciones. El importe de los expedientes presentados por Cabello asciende a más de 130 millones. Para acceder al artículo completo PINCHA AQUI.
Las adjudicaciones de contratos que realizó Aena a distintas empresas cuando Magdalena Álvarez era ministra de Fomento están en entredicho. Una alta funcionaria de esta sociedad pública, dependiente de ese Ministerio, denunció en 2006 irregularidades en los informes de evaluación de algunas de las propuestas que optaban a los concursos públicos abiertos por Aena para hacer obras en los aeropuertos.
Así consta en las cartas que esta profesional remitió al antiguo presidente de la sociedad, Manuel Azuaga, a las que tuvo acceso este periódico. La funcionaria en cuestión era la responsable de la División de Evaluación Técnica de Ofertas, un departamento que se creo, precisamente, para velar por la independencia de las empresas adjudicatarias. Sin embargo, después de ocho meses advirtiendo a Azuaga de la situación, la funcionaria dimitió.
Su nombre es María Teresa Cabello Gascó, y en la primera carta que dirigió al anterior presidente de la empresa pública, fechada el 7 de septiembre de 2006, le advirtió de que, desde agosto de 2005, estaba siendo «sometida a presiones por parte del director de Administración y Finanzas [Miguel Ángel Ávila]» para modificar la relación de puntuaciones que se daba a las empresas.
Atendiendo a las cinco cartas enviadas por Cabello Gascó a Azuaga y a algunos de los expedientes presentados por esta funcionaria para corroborar sus acusaciones, Ávila solicitaba la modificación de los informes técnicos «una vez realizada la apertura económica» de la oferta.
Ante la pregunta del porqué de esas modificaciones, la respuesta del director financiero era: «Por el interés de Aena», según explicaron a este diario fuentes cercanas a la División de Evaluación Técnica de Ofertas.
Un año después de que comenzasen estas irregularidades, María Teresa Cabello se negó a seguir modificando ninguna puntuación, informando de la situación a Azuaga. «Tras negarme a seguir modificando los informes técnicos, el director de Administración y Finanzas recurre a otras estrategias para conseguir sus objetivos», escribió Cabello. Es más, alertó al ex presidente de Aena de «una manipulación».
A partir de ese momento, la Mesa de Contratación de Aena comenzó a solicitar segundos informes técnicos de las ofertas, paralelos a los elaborados por el aérea creada expresamente para ello. Estos segundo informes se realizaban con posterioridad a la apertura de las ofertas económicas, según denunció a Azuaga Cabello Gascó, «lo cual rompe las más elementales garantías de objetividad y transparencia del proceso de adjudicación».
En este sentido, la funcionaria alertó de que «este segundo informe podría encaminarse a que, de forma arbitraria, pudiera ser posible adjudicataria o no una determinada empresa ofertante».
Ocho meses después de su primera carta, María Teresa Cabello presentó su dimisión, el 21 de mayo de 2007, tras considerar que la situación era «insostenible» porque seguían produciéndose las mismas presuntas irregularidades en los procesos de adjudicación. «Continúan sucediéndose actuaciones que no comparto en los procesos de evaluación técnica», escribió, para después apuntar que ello le obligó a poner a disposición de Azuaga su puesto como responsable del departamento.
El importe total de todos los principales expedientes que presentó Cabello para corroborar sus acusaciones asciende a más de 130 millones de euros y se refiere a proyectos realizados en los aeropuertos de Málaga y Barcelona. No obstante, también adjuntó expedientes menores relativos a mantenimiento, reformas y ampliaciones en los aeropuertos de La Coruña, Fuerteventura, Madrid-Barajas, Bilbao, Sevilla y Alicante, entre otros.
Este periódico se puso en contacto con Aena para conocer la situación de esas denuncias. Fuentes de la empresa pública aseguraron a EL MUNDO que, tras las advertencias de María Teresa Cabello, se realizaron las investigaciones oportunas y se corroboró que no existían irregularidades.
No obstante, fuentes internas de Aena, próximas a la División de Evaluación Técnica, confirmaron que en 2008 y en 2009 siguieron solicitándose segundos informes antes de adjudicar los proyectos. Es más, esas mismas fuentes señalaron a este diario que desde que María Teresa Cabello dio a conocer las presuntas irregularidades, Aena dejó de digitalizar los documentos.
Miguel Ángel Ávila sigue manteniendo su puesto como director de Administración y Finanzas. En la época de Azuaga era también responsable de la contratación, cuyo director adjunto era Ginés Ramírez. En la actualidad, es éste el máximo responsable de contratación.
Las cartas de aviso
La responsable de la División de Evaluación Técnica de Aena envió al antiguo presidente, Manuel Azuaga, cartas, entre 2006 y 2007, avisándole de presuntas irregularidades en la contratación