Florencia Amat / Aviación Digital, Sp. – El adiós de Víctor Manuel Aguado nos deja un agridulce sabor de boca. El representante de España en el Consejo de la OACI ha querido despedirse de su cargo a lo grande ante el propio Consejo a través de un emotivo discurso que, además de recordar sus logros – todo ello sin renunciar a la humildad -, resalta la importancia de la OACI como una organización clave en la seguridad operacional de la aviación.
Víctor Aguado es sin duda un referente en el campo de la aviación mundial. El reconocimiento que merecidamente se le da en el sector fue confirmado con la entrega de la Encomienda de la Orden de Isabel La Católica por parte de Su Majestad el Rey, y entregado por el embajador de España en Canadá hace algunos meses, directamente en las instalaciones de la OACI.
Además de Representante Permanente de España en el Consejo de la OACI, Aguado ha sido Vicepresidente Primero del Consejo y Presidente de varios Comités del Consejo: Comité de Transporte Aéreo, Comité de Cooperación Técnica, Comité de Finanzas, Comité de Apoyo Conjunto. Antes de incorporarse al Consejo de la OACI, Aguado fue Director General de EUROCONTROL, entre los años 2000 y 2008.
Por si no fuese poco con este extenso currículum, el cual no consta ni en una quinta parte en este artículo (puedes leer todos los cargos que ha ocupado en otro artículo de Aviación Digital) Víctor Aguado ha sido en gran parte el impulsor de los avances en el apoyo a las víctimas de accidentes aéreos, por supuesto acompañado de Pilar Vera. Ha sido Presidente del Grupo Especial de Trabajo para desarrollar la Política de la OACI sobre Asistencia a las Víctimas de Accidentes Aéreos y sus Familias.
Víctor Aguado ha dejado una huella imborrable en cada organización que ha pisado. Ya sea en Aena, OACI o EUROCONTROL, no cabe duda que su profesionalidad ha impulsado el crecimiento y el éxito de las mismas, dejando un legado notable que será muy difícil erosionar.
En nombre de Aviación Digital, y esperamos que también de los lectores, solo nos queda desearle a Víctor Aguado tranquilidad y felicidad en esta nueva etapa de su vida, llena de oportunidades y de tiempo para disfrutar de un merecido descanso. Sus enseñanzas y sus ganas de trabajar – y lo más importante, de trabajar duro y bien – perdurarán en el tiempo.
Aquí el discurso que dio el representante de España en la sede de la OACI el pasado 19 de junio:
«Mr. President, colleagues members of the Council, Secretary General, as shared a few days ago, the 9 th of June, according to my birth certificate, brought me to the age limit for a civil servant of the Spanish Administration.
It has been an honor to have served as Rep of Spain for quite a number of years. It has been an honor to have been working closely with you Mr. President, with you Mr. SG, and from the outset my appreciation to all the members of this Council and members of the Secretariat supporting our work, interpreters, precise writers, technicians…
I enjoyed Montreal, I like the Belle Province, I felt and feel at home in Canada. So much I like Canada that I wonder if in a previous life I was a Canadian.
Mi primer contacto con OACI se produce en la universidad, en 1973 probablemente en la asignatura de Regulación del Transporte Aéreo. Confieso que le presté muy poca atención, pues a esa edad estaba más interesado en las nuevas tecnologáas, el diseño de vehículos espaciales y los vuelos a gran velocidad.
En 1979, trabajando en Boston, me acerqué a Montreal a traer a un amigo que era miembro del Panel de expertos en Aeropuertos. No llegué a entrar en el edificio de la calle Sherbrooke, entonces sede de OACI. Seguía sin prestarle mucha atención al trabajo de OACI.
Fue en 1993, en un encuentro fortuito con un Rep de España que me animó a integrarme en la Comisión de Navegación Aérea. Creí que iba a ser una experiencia corta, de un año o incluso menos. La experiencia se alargó.
Después de cuatro mandatos como Presidente de la ANC decidí volver a España en el año 2000, pero los vientos me desviaron hacia Bruselas donde también tuve el honor de dirigir Eurocontrol. Y al final de mi mandato allí en el año 2008 vuelvo a esta casa como Representante.
He conocido a todos los Presidentes del Consejo, con la excepción de Edward Warner que falleció en 1958, y a muchos de los SGs. De todos he sacado lecciones que me han servido en mi navegar.
Edward Warner decía en 1945, «we are in the Council individually charged with attention to national interests, but we are also charged, individually and collectively with the whole world’s interest in a healthful development of civil aviation”. Algo que subscribo plenamente que ha servido en mi trabajo aquí.
Calculo que he colaborado en este Consejo con más de 200 Representantes que se han venido rotando a lo largo de los años, creando vínculos de gran amistad.
En este tiempo de mis dos mandatos, OACI se ha enfrentado a un gran número de retos y se han logrado importantes resultados.
De la época en la ANC estoy especialmente orgulloso de haber contribuido a las primeras normas internacionales para el uso satelital en la navegación aérea, lo que llamamos CNS/ATM, en una continuación del excelente trabajo realizado por el Comité FANS. Eso nos valió ser reconocidos con el premio NavCom Laurel Award. El premio consistía en un trofeo y también en una dotación monetaria con la que creamos el hoy llamado Walter Benaghi ANC Laurel Award.
También en aquella época se formularon el Plan Global de Navegación Aérea, y el Plan Global de Seguridad.
Mención aparte tiene la recomendación que se hizo al Consejo de crear el Programa Universal de Auditoría de la Seguridad, USOAP. El apoyo del Secretariado, ANBureau, la visión del Presidente del Consejo y la colaboración de todos los miembros del Consejo lo hicieron posible en 1998.
Pero también se lanzaron entonces las reuniones anuales con la industria de la aviación y se hicieron los primeros viajes de la ANC a las regiones y países para tener información de primera mano.
En esta más reciente segunda época en el Consejo, también estoy satisfecho y orgulloso de haber colaborado y contribuido a avanzar las reflexiones sobre el Marco de Rendición de Cuentas, las lecciones que podemos extraer para la preparacion de futura Asambleas, la formulación de la Sostenibilidad del Presupuesto, a enfatizar la importancia del Apoyo a la Implementación de normas y planes en los diferentes países, a proponer la creación del Comité de Gobernanza, y participar en los avances en la protección del medio ambiente, habiendo llegado a acuerdos históricos sobre el CORSIA y más recientemente el Objetivo a Largo Plazo de descarbonizar la aviación en el 2050. Algunos de ustedes recordaran lo que llegamos a llamar «el espíritu de Madrid ».
Especial mención requiere el trabajo realizado en el ámbito del Apoyo a Víctimas y Familiares de Accidentes de Aviación, un frente que no había sido abordado y en el que OACI se ha volcado en años recientes.
Señoras y señores, en 1944 fueron 52 delegaciones las que se reunieron en Chicago para hacer de la aviación un instrumento de desarrollo económico y de paz. Hoy OACI tiene 193 estados miembros y a las Asambleas acuden más de 2000 participantes. El mundo se ha hecho mas diverso, multipolar y se enfrenta a retos de dimensión planetaria. En 2019 se contabilizaron más de 4,3 billones de pasajeros, y este año después de la pandemia Covid 19 superaremos esa cifra. La población mundial supera los 8 billones de personas y se estima que menos del 10% han tenido acceso al avión. El crecimiento de este sector, crecimiento sostenible, será un reto hercúleo.
Mientras la Convención de Chicago permanece sólida como una luz de faro que ilumina nuestro transitar, el escenario de la aviación evolucionará en un continuo de mutaciones a los que OACI deberá acompañar.
Los Estados retienen la autoridad regulatoria, pero lineas aéreas, aeropuertos y proveedores de servicios han sido privatizados y/o corporatizados. El trabajo de OACI necesitará ser inclusivo, integrando todos los agentes, fomentando alianzas globales que a su vez apoyen el mandato que la Organización tiene.
Mirando al futuro, y siempre con la seguridad de la aviación como « raison d’être » de la OACI, habra que enfrentarse a nuevos retos. Permítanme que les mencione siete de ellos:
- 1. La sostenibilidad es inevitable. Nuevos combustibles, sistemas de propulsión emergentes, armonización de las operaciones con rutas y procedimientos optimizados.
- 2. El uso del espacio aéreo, mas allá de las operaciones comerciales tradicionales, incluyendo la movilidad urbana, el uso extenso de los drones, los vuelos a niveles altos y suborbitales, traerá un conjunto de nuevos actores y será necesario definir un concepto de operaciones que los incluya.
- 3. Los sistemas globales de vigilancia, navegación y comunicaciones serán una realidad. Ya lo vemos con Aireon, con Solar Weather, GPS/Galileo/Glonass, etc, y muchos otros que irán apareciendo.
- 4. La optimización de las operaciones, reduciendo el gasto de combustible y de emisiones, se basará en un intercambio masivo de información en tiempo real, lo que requerirá reforzar al máximo la ciberseguridad.
- 5. La Inteligencia artificial cambiará nuestras vidas, facilitará las operaciones pero necesitará de una regulación que permita garantizar los niveles de seguridad operacional.
- 6. Tendremos que aprender las lecciones de la crisis del Covid 19. No hay duda que existirán nuevas pandemias y, por el momento, nuestro ecosistema no está preparado para afrontarlas. La Asamblea 41 ha pedido a la OACI que se conciba un marco de gestión de crisis, « crisis management framework », y también pidió que se institucionalizaran los arreglos que hoy existen en CAPSCA, siempre reforzando la relación con la WHO.
- 7. Finalmente, no perdamos de vista que el sistema de aviación debe servir a las personas. No nos olvidemos de los pasajeros en sus tránsitos y también de esos pasajeros cuando sufren incidentes y accidentes. No nos engañemos, no existe aviación sin líneas aéreas, sin servicios de navegación y sin aeropuertos, pero todos ellos no existirían sin pasajeros.
Como resumen, es esta mi despedida:
Los tres pilares de OACI. OACI se fortalece con los tres pilares que definen su misión:
- 1. Adopción de normas y métodos recomendados
- 2. Auditoría a los Estados
- 3. Apoyo a la implementación de normas y planes
Las dos responsabilidades del Consejo. El Consejo, tal y como se contempla en la Convención de Chicago, tiene dos responsabilidades principales:
- 1. La adopción de normas y métodos recomendados
- 2. La supervisión de la organización velando por su gobernanza
Y les propongo tres deseos:
- 1. Mantengan en el Consejo un contacto permanente con los Estados miembros
- 2. Escuchen a la industria incluyendo a sus actores emergentes
- 3. Asuman al máximo las nuevas tecnologías que permitan a esta organización ser incluso mas efectiva y eficiente
Cierro mi intervención con una cita de un anterior Presidente del Consejo, Dr. Assad Kotaite: «aviation diplomacy requires leadership, patience, a sense of timing and opportunity, and also stamina”. Sin duda se trata de una cita con valor actual.
Muchas gracias Sr. Presidente.»