Florencia Amat / Aviación Digital. – Cada vez son más las aerolíneas que apuestan por el uso del SAF, el combustible aéreo sostenible. Una de las últimas en anunciar su primer vuelo con SAF ha sido Azores Airlines, el cual conectó Lisboa y Ponta Delgada este pasado 24 de octubre.
El objetivo es claro: operar cada vez más viajes sin emisiones de gases de efecto invernadero de aquí a 2050. Desde 2016, se han realizado más de 370.000 vuelos comerciales utilizando combustibles sostenibles. La petrolera finlandesa Neste es la productora líder de SAF, con una producción anual de 100.000 toneladas del mismo. La empresa espera aumentar su producción a 1 millón y medio de toneladas de aquí al final del año que viene.
Aerolíneas comerciales como KLM, Lufthansa, Delta y American Airlines ya utilizan SAF como complemento al combustible fósil. En cuanto a España, Iberia realizó su primer vuelo con biocombustible en 2011 y su primer vuelo con combustible producido a base de residuos el año pasado.
Vueling también se ha sumado a la iniciativa sostenible y prevé utilizar SAF en el 10% de sus vuelos, un porcentaje bastante más elevado que el 2% que se impondrá en Europa.
El uso de combustible SAF no solo se limita a Europa. Singapore Airlines ya ha firmado un contrato con Neste para la compra de 1,25 millones de litros de combustible sostenible y lleva utilizándolo en todos sus vuelos desde el comienzo de este verano.
Aerolíneas y fabricantes, unidos por la sostenibilidad
Las agencias de vuelos no son las únicas interesadas por el mercado del combustible sostenible. Los principales fabricantes de aeronaves, Airbus y Boeing, también han expresado su voluntad de contribuir a la sostenibilidad comprando importantes sumas de SAF. De hecho, Airbus ya ha realizado varios vuelos operados al 100% en uno de sus motores con combustible sostenible -hecho a partir de aceite de cocina usado- en modelos como el A350, el A319neo, el H225 o el A380. En junio de este año, un Airbus H225 consiguió despegar y volar consumiendo solamente SAF desde sus dos motores, siendo el primer vuelo en helicóptero impulsado totalmente por combustible sostenible.
Boeing también ha cumplido con su parte y a principios de este año compró más de 7,5 millones de combustible SAF. Las aerolíneas Aeroméxico o United Airlines ya han usado este tipo de repostaje en varios de sus vuelos operados por un Boeing 787 o un Boeing 737.
El SAF y su repercusión en los pasajeros
Hay aerolíneas como Vueling que colaboran con Avikor, una plataforma que permite al usuario colaborar con la utilización de SAF en sus vuelos. Al introducir el número de vuelo en la aplicación, Avikor calcula los litros de SAF que se necesitarían para reducir la emisión de CO2 por persona de dicho vuelo y reposta dicha cantidad en el avión. La diferencia de precio, sin embargo, deberá ser abonada por el pasajero y no por la empresa.
Gracias a esta aplicación, Vueling ha podido suministrar más de 20 toneladas de SAF en sus vuelos desde junio hasta ahora. Uno de los impulsores de Avikor y presidente de ALA, Javier Gándara, afirma que “el sector tanto público como privado deben trabajar conjuntamente” para “conseguir la sostenibilidad y seguir manteniendo la asequibilidad de forma que volar no vuelva a ser un lujo al alcance de muy pocos”.
De momento, el uso de SAF acarrea un coste extra para el cliente. Ya no solo por la opción que tienen de pagar la diferencia entre ambos combustibles con plataformas como Avikor, sino por el aumento de precio de los billetes. Al no ser un combustible que se produzca de manera tan masiva como el fósil, sus precios son más elevados. Esto no durará para siempre, en teoría: la producción aumentará y los precios disminuirán.