El pasado viernes, La Sexta emitía un anunciadísimo documental sobre la compañía irlandesa Ryanair. El espectador ajeno al sector, probablemente no comprendiera muy bien el mensaje final. Lo triste es que tampoco los profesionales a los que AD ha preguntado, han percibido un mensaje meridianamente claro, y menos aún, documentado, sobre el supuesto nivel de inseguridad de la compañía que dirige Michael O´Leary. Muy al contrario, algunos de los encuestados nos han indicado que una cierta dósis de austeridad no les vendría mal a algunos directivos del sector aéreo español.
El mensaje que a pesar de todos los intentos se transmitía fue finalmente el de una compañía austera, eficaz a niveles increíbles, pero no insegura. Los famosos "cortos" del pasado 26 de julio, eran desactivados por la estadística que nadie ha desmentido al propio O´Leary. Y en ningún momento se llega al final de una cuestión básica, como fue la secuencia de acontecimientos sobre Madrid-Barajas en la fecha de "autos", donde sí que habría que buscar el fondo de los datos meteorológicos de esa mañana, para comprender totalmente los sucesos de por la tarde. La correcta o no gestión de esos datos horas antes, no es imputable a RYR. Yo escarbaría en esa dirección para aportar algo de objetividad a la información. Por cierto, ningún organismo oficial español (DGAC, AESA, CIAIAC), ni del proveedor de servicios AENA-NA, aparece aportando información en el documental. Tremendo error. O tremendo terror.
El anecdotario en el que se convirtió el documental, a nuestro modesto entender, iba desde la licencia de taxi que utiliza el directivo para llegar a tiempo a sus reuniones o compromisos, hasta la mampara transparente que separa el austero despacho de O´Leary, dentro del austerísimo edificio de las Oficinas Centrales de Ryanair en Dublín, de sus trabajadores, no demasiados por cierto (unos doscientos), que manejan un tráfico de pasajeros anual de unos 80 millones.
Pero en el fragor del documental, asistimos a la aparición, por ejemplo, de un representante de los Técnicos de Mantenimiento de Aeronaves españoles. En lugar de ser preguntado por los 25 minutos de escala de los aviones, desde el punto de vista del mantenimiento en línea, una cuestión que sí puede afectar directamente a la seguridad o no de la operación, la respuesta, que respondería a una pregunta al respecto probablemente, se dirigía a explicar que llevar menos combustible a bordo explica el menor consumo de éste durante la operación. Algo evidente. Pero no hay nada que indicara que en ese cortísimo período de tiempo, con esa presión, dificilmente se puede hacer una revisión como Dios manda a una aeronave, aunque sea básica.
Finalmente el documental era como un collage de noticias relacionadas con la compañía, pero sin la profundización necesaria para demostrar una tesis editorial como su título indica "Ryanair: Al límite", intentando relacionarla con la teórica inseguridad. Esta,verdaderamente, no se ve apoyada por unos datos irrefutables. Sobre todo, si el reportaje no establece una línea comparativa con lo que sucede en nuestro país, por ejemplo. Podríamos hablar de cómo se supervisa aquí la operación. Si se hace eficiente y adecuadamente, por ejemplo.
Habría que preguntarse con mayor profundidad, sobre la cuestión de las presiones a los pilotos. ¿Es exclusiva esta "presión" hacia los pilotos de Ryanair?. En el documental se insiste, y se intenta documentar, la presión de los pilotos de la compañía para que carguen el combustible "estrictamente necesario" para la operación que van a realizar. Incluso aparece una "lista negra" de los pilotos más "cargones". Pero ¿creen Vds. que en las compañías españolas no existen presiones en este u otro sentido?. Por ejemplo si quiere podríamos hablar de límites de actividad excedidos, o pilotos despedidos por dejar en tierra aviones con diferidos reiterados, etc… ¿No es este el caso por ejemplo de los pilotos de SASEMAR?.
Que Ryanair opera al límite, puede considerarse que es una actitud rayana con el límite de lo que se considera seguro. Pero todo dentro del límite normativo que se lo permite.
¿No será más bien que la normativa es excesivamente laxa en determinados aspectos?¿No responde a los intereses de los operadores esa laxitud normativa que permite lo que hace RYR estandarizadamente?. Algo de farisaíco hay en la crítica a Ryanair y de simpleza. ¿No es más cierto que hay algunas compañías españolas, por ejemplo que ven el cielo abierto, nunca mejor dicho, cuando aparece el modelo RYR?. Incluso hay algunas que no sólo contratan vía broker o intermediarios a sus tripulaciones, como se le critica a Ryanair, sino que además tardan meses en pagarles. Esta tardanza en el pago no es una de las críticas que aparecen en este documental.