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marzo, martes 19, 2024

Saab y Patria, los pilares industriales sobre los que descansa la Defensa de Suecia y Finlandia

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Atalayar / Juan Pons.- Los gobiernos de Estocolmo y Helsinki cuentan con una base tecnológica nacional para asegurar el sostenimiento de sus Fuerzas Armadas. El grupo sueco Saab y el finés Patria abarcan las esferas de la industria militar terrestre, aeronáutica, naval y electrónica. El Reino de Suecia y la Republica de Finlandia están a las puertas de formalizar su adhesión al Tratado de Washington y de ser recibidos con los brazos abiertos por los 30 países que ya integran la OTAN.

Sus muchas décadas de neutralidad han llevado a los gobiernos de Estocolmo y Helsinki a buscar su propia autonomía estratégica y a dotarse de capacidades militares que, en esencia, son de naturaleza defensiva. En consecuencia, cada uno de los dos países ha construido unas Fuerzas Armadas acordes con los riesgos de cada momento, pero sustentadas hasta donde les ha sido posible por una base industrial y tecnológica de carácter nacional. 

Y para cumplir esa misión están Saab y Patria, que son los dos principales grupos empresariales del sector de una y otra nación. Ambas corporaciones gozan de la particularidad de que prestan servicios globales y abarcan prácticamente todas las esferas de la industria militar en sus vertientes terrestre, aeronáutica, naval y electrónica, aunque el potencial de la sueca Saab es muchísimo mayor que el de la finlandesa Patria.

El liderazgo indiscutible del tejido industrial militar de Suecia lo ejerce la compañía aeroespacial y de defensa Saab, que desde octubre de 2019 tiene como presidente ejecutivo a Micael Johansson. Matemático de 62 años, en 2021 ha conseguido un volumen de negocio de 3.657 millones de euros (62% procedente de exportaciones), lo que supone un crecimiento del 11% respecto al año anterior. 

Saab es el acrónimo de Svenska Aeroplan AktieBolag y fue creada en 1937 en Linköping, localidad a unos 200 kilómetros al suroeste de Estocolmo. Con capacidad para diseñar, desarrollar, fabricar y mantener una amplia gama de productos y servicios, su foco está puesto en cinco áreas tecnológicas: aeronaves y aviones de combate, sistemas de armas, equipamientos de mando y control, plataformas navales y sensores. Su fuerza laboral a principios de 2022 asciende a 18.153 empleados (15.000 en Suecia) y el resto principalmente en Estados Unidos, Australia, Sudáfrica, Alemania y el Reino Unido. 

El máximo exponente industrial de la defensa integral de Suecia

El gobierno sueco y su ministerio de Defensa son los principales clientes de Saab. Sus Fuerzas Armadas están repletas de sus plataformas, sistemas de armas y equipamientos: el avión de combate JAS-39 Gripen, el sistema de alerta temprana y control aerotransportado con radar Erieye o GlogalEye, lanzagranadas Carl-Gustaf y AT4, la familia de misiles RBS, el sistema radar Giraffe, las corbetas Visby y los submarinos de la clase Gotland, por citar algunos ejemplos. La defensa aérea de Suecia en su conjunto, al igual que el control de su tráfico aéreo civil, también son obra de Saab.

Con larga experiencia en los campos de la simulación y el enmascaramiento a través de su veterana familia Barracuda©, tres campos tecnológicos son estratégicos y críticos para Saab: los submarinos, los aviones de combate y los sistemas de mando, control y guerra electrónica, cuyo diseño y construcción recae en sociedades suecas. En plena expansión internacional, cuatro son sus mercados estratégicos: Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y, desde enero de 2022, también Alemania

Estados Unidos porque la familia de radares Giraffe está a bordo de seis clases de barcos de guerra de la Marina de Estados Unidos. Además, junto con BoeingSaab ha desarrollado el avión entrenador T-7A Red Hawk, seleccionado por la Fuerza Aérea norteamericana para sustituir al Northrop T-38 Talon, un contrato de 9.200 millones de dólares que supone la fabricación de 351 aparatos. 

El programa bilateral T-7A ha llevado a Saab a levantar una factoría en West Lafayette (estado de Indiana), donde fabrica el fuselaje posterior del avión, que entrega a la cadena de montaje de Boeing en su fábrica de San Luis (Misuri), cuyo primer ejemplar de serie fue presentado en sociedad el 28 de abril pasado. Su apuesta por Alemania es reciente. Saab consiguió en julio de 2021 un contrato por valor de 464 millones de euros para modernizar las cuatro fragatas Brandenburg F123 de los años 90, en las que va a instalar sus radares Giraffe 4A y 1X y su sistema de combate Ceros 200.

Las capacidades industriales de Finlandia son mucho menores que las de Suecia. La mayor parte de tejido finés está formado por pequeñas y medianas empresas de propiedad privada y los gobiernos de Helsinki han optado por adquirir en el exterior sus principales plataformas y sistemas de armas. Todo ello ha provocado que las  compañías de defensa del país nórdico estén centradas en un reducido número de áreas. Una de ellas es Sako, especializada en el desarrollo y fabricación de fusiles de precisión de uso civil y militar.

El sostén de la defensa del país de los mil lagos

La compañía de mayor importancia es Patria ‒palabra latina de hondo significado para los finlandeses‒, que fue fundada en 1921 y que está orientada al sostenimiento de las principales plataformas y sistemas de armas de las Fuerzas Armadas finlandesas y a su adaptación a los requisitos nacionales, para así garantizar su utilización en cualquier situación. El grupo estatal noruego Kongsberg adquirió en marzo de 2016 al gobierno de Helsinki el 49,9 por ciento del capital de Patria, que mantiene el resto del accionariado y el control de la compañía.

Su plantilla es de 2.800 personas y su facturación en 2021 se situó en 547 millones de euros, con exportaciones que basculan cada ejercicio entre el 40 y 60 por ciento del volumen de negocio. Ha ampliado en los últimos años su presencia internacional y ya dispone de instalaciones en Suecia, Estonia y Bélgica. El Patria Belgium Engine Center de Lieja se dedica al mantenimiento de los motores Pratt & Whitney F100 de los cazas F-16 de la Fuerza Aérea belga y en la base aérea de Florennes colabora con la empresa belga SABCA en la reparación de los citados cazas. 

El presidente ejecutivo de Patria es desde julio de 2019 el economista Esa Rautalinko, de 59 años, que a principios de 2022 ha reorganizado la compañía en dos grandes unidades de negocio: Finlandia, dedicada al mercado nacional, y Global, al internacional. El Grupo desarrolla su actividad en siete áreas, la más conocida es la dedicada a la producción de vehículos de combate de ruedas 8×8 y 6×6, en servicio en el Ejercito de Tierra finés y en los de Croacia, Emiratos, Eslovaquia, Eslovenia, Letonia, Macedonia del Norte, Polonia, Suecia y Sudáfrica. 

Pero sus principales actividades están ligadas a brindar soporte técnico de ciclo de la vida a los aviones y helicópteros finlandeses (F-18, Hawk Mk66, NH90), sus sistemas de armas, equipos electrónicos de reconocimiento, vigilancia, mando y control terrestres, navales y aéreos. También se dedica a fabricar aeroestructuras para terceros clientes. Patria posee el 61,8% de Millog, una sociedad con 1.200 empleados que, a través de su filial Senop Optronics, desarrolla productos optronicos, como cámaras termográficas de visión nocturna y equipos de adquisición de objetivos.

El mayor proyecto en curso de Patria es la actualización del ciclo de vida de los cuatro patrulleros lanzamisiles Hamina de la Armada finlandesa. Otra iniciativa de semejante importancia es su acuerdo entre el gobierno de Letonia para desarrollar de forma conjunta un programa de vehículos blindados basados en el Patria 6×6, que supone la producción de más de 200 vehículos hasta 2029. Un séptimo campo de actuación ligado a Patria es el de las municiones, motores cohete y servicios de desmilitarización para clientes militares y civiles, actividad que ejerce a través de Nammo, compañía cuya propiedad comparte al 50 con la noruega Kongsberg. La sociedad tiene 30 factorías en 12 naciones, una de ellas en España, en Palencia, planta que adquirió a finales de 2012 a la norteamericana General Dynamics, que en 2001 la había comprado a la empresa estatal nacional Santa Barbará.

SourceAtalayar
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