Aviacióndigital, Sp.- El sábado tuvieron lugar dos importantes eventos referentes de aviación a nivel nacional: la clausura y entrega de los premios de la XLVIII Vuelta Aérea de España y el XXXI Trofeo de S.M. el Rey en modalidad ANR (Air Navegation Race), cuyo escenario fue la sede del RACE (Real Aeroclub de España), situado en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos, y donde los invitados al evento tuvieron la excelente oportunidad de disfrutar de una cena de gala organizada por su presidente, Jesús Muela.
Los nombres de los premiados y finalistas se dieron a conocer en el acto de entrega de galardones, presidido por Jesús Muela, presidente del Real Aeroclub de España, que comenzó con el reconocimiento de un 6º puesto a manos de la actual directora de AESA, Montserrat Mestres, que otorgó el galardón al equipo formado por Agustín Pastor y José María Alijo Díaz con un total de 6621 puntos.
Un 5º puesto fue a parar a Gonzalo Valverde y Michel Rodríguez con 6390 puntos, y que entregó Ángel Villa de la Dirección General de Aviación Civil.
El 4º puesto fue concedido al binomio formado por Cristina Robles y Godo Barrechenea con 5161 puntos, siendo el encargado de hacer la entrega, José Luis Rodríguez, Jefe de Sistemas de ENAIRE.
A continuación, se hizo la entrega a los tres finalistas, siendo el Bronce otorgado por el Coronel del Ejército del aire y miembro de la junta directiva del RACE, Mariano Díaz, para Raúl Prats y Carlos Benito con 4673 puntos, entregando a continuación la Plata Fidel Azofra, Vicepresidente del RACE a la tripulación formada por Eduardo Paternain y Merche Melero con 852 puntos.
El encargado de honor para la entrega del primer puesto, fue el propio presidente del RACE, Jesús Muela, que hizo entrega del Oro al tantas veces premiado Yuri Rabassa que junto con Alicia Orti, consiguieron alzarse con tan merecido galardón, acumulando tan solo 18 puntos.
En entrevista con Aviaciondigital, las tres tripulaciones finalistas han explicado en primera persona lo que ha supuesto para todos ellos poder llevar a cabo esta gran aventura.
Posteriormente, Jesús Muela hizo entrega del XXXI Trofeo de S.M. el Rey en modalidad ANR, que fue a parar nuevamente a manos de Yuri Rabassa y Alicia Orti, que celebraron conseguir otra vez este galardón.
Tras la entrega de diplomas a todos participantes, el acto se dio por clausurado no sin antes hacer un merecido reconocimiento a la Tripulación del helicóptero del ala 78 que ha estado velando por todos los participantes durante la duración de la vuelta, capitaneada por Frank Molero Carrasco, Capitán y representante del Ala 78, que subió en compañía de otros miembros de su patrulla, para recibir tan meritoria distinción.
En esta ocasión, ha sido el aeroclub de Sevilla el designado por el RACE el encargado de organizar el recorrido que han llevado a cabo los participantes, durante los días 6 al 11 de septiembre que dura esta competición. Una ocasión que reunió a participantes y amantes de este deporte aéreo, que han podido disfrutar de una gran experiencia haciendo un homenaje a tierras Baleares, en un trayecto que arrancó desde el Aeropuerto de Córdoba con dirección a la costa mediterránea, haciendo escala en las islas Menorca y Mallorca, y continuando ya de vuelta, con destino al aeródromo de Madrid-Cuatro Vientos.
La vuelta este años ha contado con la presencia de distintos pilotos aficionados que van por libre, junto a otras tripulaciones que han competido dentro una modalidad cuyo punto fuerte este año ha sido la navegación de precisión o “navegación observada”, en la cual los pilotos navegan realizando un circuito sobre el terreno, previamente dispuesto en un mapa y sin ayuda de ningún aparato electrónico o GPS, y en la que solamente se sirven de la lectura de la velocidad y el cálculo del tiempo para determinar una posición.
De esta manera, los competidores tendrán que realizar sus propios cálculos para no salirse de la ruta marcada por la organización, y serán penalizados en función de la falta de precisión del trayecto, o el no cumplimiento de los tiempos establecidos.
Por tanto, la evaluación de la prueba consiste en obtener el menor número de puntos, es decir, haber sido menos penalizado. Los participantes reciben un mapa poco antes de salir a volar, y cuentan con el tiempo justo para sacar la regla y calcular los tiempos iniciales, coger las referencias y encaminar la ruta. Básicamente lo que se busca es seguir una línea y cumplir con todos los tiempos.
Del aeropuerto de Córdoba partieron 16 aviones, de los cuales, llegaron 14 a Cuatro Vientos, pues uno de ellos sufrió un problema con la mecánica, y otro aterrizó fuera de pista en el aeródromo de Mutxamel.
El evento engloba a distintos aeroclubs, y cada uno aporta lo que puede en la medida de sus posibilidades, es decir, este año, el aeropuerto de Córdoba ha ofrecido sus instalaciones desde donde han partido los participantes. Cada piloto apunta su aeronave, y dependiendo de la participación, los organizadores distinguen entre aviones lentos y más rápidos, que son los últimos que despegan, intentando que haya cierta equidad a la hora de puntuarles. Como cada avión, dependiendo de su performance desarrolla distinta velocidad, obviamente los tiempos no son los mismos para todos.
Además, este año se ha contado con la participación de algunos de los modelos clásicos en este tipo de eventos, como dos Cessna 172 y dos Piper PA-28 Cherokee, además de tres ultraligeros, aunque entre los organizadores se hacía especial hincapié en el gran esfuerzo que supone para ellos que AESA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, autorizara para este evento que los tres ultraligeros inscritos pudieran operar como aeronaves de aviación general, y sin las limitaciones propias que se les aplican.
No obstante, entre los participantes de este año, se ha echado en falta poder contar con patrocinadores como el Ejército de Aire y del Espacio, que estuvo presente en la anterior edición, que contó con cerca de 42 participantes, entre los que figuraban una Bonanza del Ejército y numerosos aviones de todas clases, que fueron operando además en distintas bases aéreas. Aunque si han querido destacar el reconocimiento a los pilotos del Ejército por el apoyo ofrecido durante el trayecto sobre el mar.
Hasta hoy, muy pocos sabían de la existencia de la Vuelta Aérea a España, de toda la organización que hay detrás de un evento así, de que esta aventura no se trata de un simple trayecto lineal y que cuenta con una trayectoria; de que hay una cobertura que realiza el Ejército del Aire y del Espacio que es intachable, y de que se compite en distintas categorías, incluyendo a ultraligeros cuyas performances actuales son muy superiores a las de las avionetas.
Un evento cuya edición próxima, esperamos esté marcada por un gran número de participantes.