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septiembre, viernes 20, 2024

Un sobrecargo de JetBlue se escapa por un tobogán hinchable tras discutir con una pasajera

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S.Slater TCPEl avión procedente de Pittsburg acababa de aterrizar en Nueva York, pero Steven Slater decidió despegar. Echar a volar. El motivo puede parecer nimio, pero es fácil de entender. Antes de llegar al 'finger', una pasajera con prisas se levantó para coger su equipaje. El TCP Steven Slater le dijo que se sentara, y la pasajera -además de nerviosa malhumorada- replicó golpeándole con el compartimento de los equipajes en la cabeza… El golpe fue de aupa, porque le abrió una brecha. En un ataque repentino de ira, Slater se fue a megafonía del avión y lanzó un último mensaje que dejó perplejos a los pasajeros: "!A la jodida gilipollas que me dijo que me fuera a tomar por culo!… Ahí te quedas. Han sido unos estupendos 28 años".

A renglón seguido, abrió por su cuenta y riesgo la puerta de emergencia del avión, descendió con sus maletas por el tobogán hinchable hasta la pista del JFK y se despidió a la francesa, arrancándose sobre la marcha la corbata azul del uniforme.

La hilarante escena parece sacada de una mala secuela de 'Aterriza como puedas', pero fue tan real que Steven Slater, el TCP impaciente, se enfrenta a una pena de siete años por "imprudencia temeraria".

No todos están de acuerdo en ese punto. Para muchos, Slater se ha convertido en la quintaesencia del buen americano que no se deja pisotear.

No es ninguna apuesta arriesgada afirmar que los pasajeros se enfadaron con el asistente de vuelo, por el temndo retraso que les causó su fuga, pero desde hace horas, más de un opinólogo – así como los comentaristas de las redes sociales- califican de héroe a Steven Slater.

Un héroe porque hizo lo que a muchos les gustaría, dar una patada a un trabajo degradante y, en ocasiones, humillante.

Hace ya mucho tiempo, sobre todo con la popularización del bajo coste, la masificación y el recorte de gastos, que esta ocupación en las nubes perdió su glamur.

Slater, quien tiene 39 años, trabajaba de sobercargo desde 1994, primero en Business Express Airlines, después en TWA, Delta y JetBlue, pero es un hombre de múltiples vocaciones.

En su blog dice que le hubiera gustado ser diseñador y decorador de interiores. El único libro que recomienda encarecidamente es su página es la guía de desintoxicación de Alcohólicos Anónimos.

Eso lleva a Carlos Fresneda a apuntar en El Mundo la hipótesis de que podría estar bajo los efectos del alcohol, porque -según testigos- el 'azafato' se marchó del avión con una cargamento de cervezas en su descenso en tobogán.

El pasajero Phil Catelinet, 36 años, de Brooklyn, aseguró sin embargo al Daily News que Slater no sólo parecía sobrio sino "bastante feliz" con la decisión de despedirse.

"Ojalá todos pudiéramos dejar un día en trabajo de esa manera".

Tras la fuga del 'azafato', el avión se quedó varado en plena pista, con la puerta de emergencia abierta y el tobogán hinchable desplegado.

El pasaje, procedente de Pittsburgh, no pudo desembarcar hasta media hora después. La compañía tardó otro tanto en comunicar a las autoridades lo sucedido.

Slater tuvo tiempo de coger su coche en el aparcamiento de JetBlue y plantarse en su casa sin más.

Tres horas más tarde, llegó la policía, arropada por una camarilla de fotógrafos que tomaron las instánea del 'azafato' Slater, con pantalones de andar por casa y una camiseta verde, exhibiendo la herida aún sangrante en la frente.

Recuerdo de su última y sonada batalla con el pasaje.

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