(UGEC Blog/Javier Bujalance) Madrid, SP, 21 de julio de 2015.- Quizás sea ésto algo que siempre os habéis preguntado, especialmente, los que viajáis con cierta frecuencia. La pregunta es recurrente: ¿Cuándo reservo? ¿2 meses es mucho o poco tiempo? ¿Y si lo hago a última hora? En esta entrada voy a solucionaros esa duda hablando de un sencillo modelo matemático que aproxima muy bien las variaciones de las tarifas y dándoos un intervalo bastante ajustado de cuándo comprar.
Antes de empezar, mis entradas son para todos los públicos, quiero decir, que para leerlas no hacen falta complejos conocimientos matemáticos ni previos aeronáuticos ni de ninguna clase. Dicho ésto, cero dramas con el modelo matemático, que no es más que una ecuación.
La tarificación dinámica (dynamic pricing, que en inglés suena muy cool) consiste en hallar el precio óptimo del billete en un día determinado para maximizar el beneficio de la compañía en cuestión. Evidentemente, la tarificación la realizan las compañías desde su punto de vista y con criterios internos, además, cada una utiliza sus factores y sus coeficientes propios. Nosotros nos aprovechamos de esa manera de trabajar para fabricarnos nuestras propias gráficas.
Para fijar el precio del billete existen multitud de modelos basados en demanda, precios, capacidades de la flota… Aquí voy a mostraros de manera muy sucinta el modelo basado en la invariabilidad del precio durante el día de venta. Otra de las hipótesis que se ha de adoptar y que es muy importante es que el número de plazas que se reservan nunca excede el número de plazas que oferta la compañía (es una perogrullada necesaria a nivel matemático).
Como ya he mencionado antes, a través de la optimización de la función de beneficios se llega a las conclusiones siguientes:
La demanda decrece con el precio siguiendo una función exponencial negativa.
La tarificación óptima es la que logra mantener la demanda constante
Conforme se acerca la fecha del vuelo, el precio aumenta.
Todas estas cosas ya las sabíamos, es puro sentido común, pero para reforzarlas os traigo un estudio que se realizó en Ryanair en el año 2009 (que seguro que os interesará pues muchos de vosotros utilizaréis probablemente sus servicios). En el caso se utilizó la distribución del precio medio de 550 vuelos en función del tiempo que quedaba hasta que salieran.
Como vemos, a partir de la última quincena el precio se dispara. Aunque no lo parezca estamos hablando de una compañía low-cost. Por otro lado, a continuación vemos una gráfica comparativa entre dos vuelos de 2005 y 2006 en la misma hora y ruta pero en diferente día:
El resultado es muy similar al anterior pero aquí existe una particularidad, aproximadamente a 43 días de la salida. Este hallazgo es aplicable a todas las compañías aéreas actuales, especialmente, teniendo en cuenta que venden la mayor parte de sus billetes por Internet (un solo canal de venta).
La conclusión que se ha extraído de diferentes estudios y que yo mismo he podido comprobar a lo largo de mi vida y durante la Universidad, es que las variaciones se producen en saltos discretos y que puede ser que el precio alcance un mínimo en torno a unos 50-40 días antes del vuelo.
Ea, pues visto ésto, ya sabéis que reservar un vuelo no trata de desesperarse. Mi briconsejo es muy simple: Cuando queden 2 meses para el vuelo, mirad todos los días, durante 3 semanas, siempre a la misma hora (por ejemplo, después de almorzar o al salir del trabajo) los precios y anotadlos; si apreciáis una tendencia decreciente seguidla con atención y en el mínimo atisbo de subida elevada porcentualmente, reservad.
Todo esto parece magia, pero cuando la magia reposa sobre la estadística, los conejos salen de las chisteras.
NOTA: El estudio al que hago referencia es «P Malighetti, S. Paleari, R. Redondi (2009) «Pricing strategies of low-cost airlines: the Ryanair case study». Journal of Air Transport and Management, vol. 15, p. 195-203″
