Gran Canaria, SP, 21 de enero de 2016.- En muchas ocasiones el silencio es un síntoma de inteligencia, mayor que cualquier discurso sobre una cuestión dolorosa, sensible y por otra parte que no puede explicarse debido al secreto al que está sometida. La investigación de accidentes en el ámbito militar, por su propia naturaleza -es decir por el carácter secreto de las operaciones y el estado del material militar- describe una línea discontínua en la cadena de mando desde el MALOG, Mando de Apoyo Logístico, del que depende el General Jefe del Mando de Apoyo Logístico, GJMALOG. Esa discontinuidad en la línea en el organigrama, rubrica esa confidencialidad o declaración de secreto en sus Informes y Conclusiones para el CITAAM que depende de él. El General Julián Roldán, el pasado 19 de enero, no estuvo acertado en sus declaraciones puesto que a falta de finalizarse la investigación de la CITAAM (Comisión de Investigación Técnica de Aeronaves Militares) sobre dos accidentes tan próximos en el tiempo como los de los «Super Pumas» del SAR Canarias, no ha hecho gala de la discrección que debería acompañar las palabras del 2º Jefe del Mando Aéreo de Canarias. Este General se atrevió a «opinar» sobre factores causales sin esperar a la finalización del Informe Técnico Militar del accidente. Es decir, y eso sí que es un error de principiante, opino y no de un General de nuestro Ejército del Aire. La nota de la agencia EFE el 19/12/2016, lo dice «atribuyó ayer a fallos humanos, aunque no sólo de los pilotos, los accidentes sufridos por los dos helicópteros del SAR en las islas en 2014 y 2015…» Bochornoso planteamiento. Vuelvo a opinar sin Informe finalizado del CITAAM.
El General con esas palabras abre el baúl de la especulación. Repetimos, sin finalizarse el Informe Técnico. Pero a mayores continúa en su razonamiento vamos a decirlo suavemente, «irresponsable»: «De manera general, hay un fallo humano. Eso no quiere decir que sea (n) de los pilotos, sino del que diseña una pieza, el que la mantiene, el mecánico, el control de calidad o el que pilota…» de nuevo el General abre el baúl de la especulación. En lugar de simplemente abstenerse de fomentar esa especulación, o dar las explicaciones de las que disponga en privado y a los familiares directamente implicados. Otro error no hacerlo así.
Estas palabras realmente se estaban produciendo durante la toma de posesión como 2º Jefe del MACAN. Es decir, se estaban pronunciando en un momento mucho más que inoportuno. Vuelvo a opinar claro.
Pero cuando uno habla de esta manera, y sigue hablando donde quizás no debería estarlo haciendo de estas cuestiones, acaba redondeando la torpeza. Este fue el caso. Este General no tuvo la mejor ocurrencia, ni probablemente tuvo un buen día cuando tomaba posesión del cargo cuando señaló: «No sólo se trata de buscar a quienes han sido los culpables, sino de prevenir para que no ocurra otro accidente que podría ser similar«. Lo dijo, lo entrecomilló la Agencia EFE, y ahora nosotros lo reproducimos y señalamos en negrita. Que se mezcle en el párrafo de la Agencia Estatal de Noticias EFE, con que este General fue instructor de helicópteros de Felipe VI y que pilotó junto a su padre, no hace sino conseguir que los pelos se pongan como escarpias, pero sobre todo, seguir tras señalar esto con el que «no sólo se trata de buscar culpables…», retumba y duele mucho.
Cuando el redoble del discurso se pone más que insoportable, es cuando finalmente reconoce que el no forma parte del equipo de investigación, ya que está en Madrid la CITAAM, pero subrayando que tiene «un gran interés en conocer lo que verdaderamente ha ocurrido«. STOP. ¿Pero no había comenzado su discurso señalando que había sido por «fallos humanos»?.
Finalizó su desacertado discurso desde el punto de vista de aquellos que creemos que ha de finalizar la Investigación Técnica antes de pronunciarse en el sentido que sea, hablando de que «me avalan 5000 horas con ese helicóptero (Super Puma). He vivido el vuelo en todas sus dimensiones y he participado en todas las misiones que puedan imaginar. Es un helicóptero muy seguro, y, además de volar he trabajado muchos años con sus equipos de mantenimiento, por lo que soy el primer interesado en saber cúales son las causas de estos accidentes«. Tambien esgrimió que está aún más preocupado porque ha volado muchos años en esas máquinas y porque, además entre los siete fallecidos en los dos accidentes del SAR había compañeros suyos. Bueno aquí puede tener la disculpa de que desconozcamos sus vinculaciones profesionales de mayor proximidad con algunos de los militares fallecidos, ni dudamos de sus personales sentimientos respecto a sus compañeros, pero en realidad, hubiera sido más acertado hablar y especificar de que realmente todos eran compañeros suyos en el Ejército del Aire.
El General dijo creer que algún día se llegará a conocer las causas porque «los elementos y los medios para investigar los accidentes aéreos disponibles son muchos«, aquí no lo pondremos en duda, pero tampoco hay forma de saber si son muchos o pocos esos medios. Hemos de confiar en la palabra de este General, a priori.
Y vuelve finalmente a señalar «en el tema de la seguridad en vuelo hay una serie de responsabilidades que habrá que depurar, pero de lo que se trata-con la investigación- es de prevenir y evitar que ocurra otro accidente como ese«.
En cualquier caso el secreto de las investigaciones de accidentes aéreos en el ámbito militar llena de opacidad este proceso lo que de no aclararse en profundidad de cara a los familiares, amigos y compañeros, evidentemente la confianza no reinará en el futuro en estas investigaciones. Pero siguiendo el hilo que ha tejido este artículo se evidencia que no hay una coherencia en el discurso de este General, ni mucho menos, y la explosiva mezcla que hace de responsabilidades e investigación técnica hace dudar mucho de que realmente la investigación pueda tener la preeminencia técnica sobre la depuración de las responsabilidades, por cierto, a las que hubiere lugar en Derecho…, que por supuesto si las hay deberán ser depuradas judicialmente.
Y aquí surge la verdadera pregunta final: ¿Se refiere esa «responsabilidad» a la de cualquiera mi General?
En este sentido uno de los mejores artículos para hacernos una idea del punto de vista militar de la investigación de accidentes en ese ámbito, es el aparecido en la web Hispaviación.es titulado «La investigación de accidentes aéreos en la Armada Española» del Teniente de Navío de la Armada Española y Controlador Táctico de Aviones en la Mar (CTAM) Miguel Angel Segovia Benítez.