Madrid, SP, 23 de abril de 2015.- La indignación de los trabajadores de AEMET que prestan sus servicios en las distintas Oficinas de Información Meteorológicas, OMAs, y especificamente en Tenerife Norte, a la respuesta, por así decirlo, del Gobierno ante una pregunta de la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, sobre el drástico recorte de 9 a 6 trabajadores llueve ya sobre mojado, en la peligrosa tendencia de parchear uno detrás de otro los eslabones que componen la cadena de seguridad aérea en nuestro país. De «insultar la inteligencia de la diputada» en la respuesta gubernamental, además de la de los trabajadores de la OMA de Tenerife, de todos los de AEMET y del CSI-F que denuncia esta situación, acusan éstos al Gobierno y directivos de la Agencia Meteorológica del Estado. La meteorología es algo absolutamente sagrado en aviación. La incidencia directa de este factor en la seguridad aérea es algo tan intrínseco a la aviación que decir que «está garantizado» no puede ser simplemente el relleno en un impreso ministerial, cuando los profesionales señalan que no queda aclarado cómo reduciendo la dotación de meteorólogos en Tenerife Norte se puede garantizar el servicio sin poner en riesgo la seguridad, regularidad y eficiencia del tránsito aéreo. A esto no se responde más que con respuestas técnicas contrastadas, en lugar de brindis al sol en lenguaje político.
Pero el debate de fondo, de nuevo, es la posibilidad de privatizar este servicio público esencial para la seguridad aérea, se temen los trabajadores de AEMET. Esto ya son palabras mayores, y privatizar uno de los eslabones de esa cadena de seguridad está indicando evidentemente la consideración que tiene para las autoridades la safety.
La lista de los accidentes en la historia de la aviación en los que la METEO ha sido un factor concurrente, y desencadenante de desastres aéreos, sería de interminable enumeración. Los trabajadores de AEMET están señalando unicamente algo que a todas luces parece lógico, como es que se adapten los horarios especiales, se actualicen, se regularicen, y, en definitiva se adapten a la legalidad vigente, pasando por solventar las anomalías detectadas por la propia ANSMET, que es la Autoridad Nacional de Servicios Meteorológicos para la Navegación Aérea, detectándose gravísimas irregularidades en el Aeropuerto de La Gomera lo que CSIF en AEMET puso en conocimiento de Isabel Maestre de AESA. Se hablaba de riesgo en dicho Informe para la seguridad aeroportuaria, derivada de la falta de cobertura de los puestos de trabajo. Es decir la falta de personal no sustituído. Por sí sólo esto resulta gravísimo de nuevo, tan grave, que en cualquier país con una mínima cultura de la seguridad, cosa que no sucede en España, un Informe Oficial señalando lo que señalaba el de ANSMET, habría supuesto de facto la paralización de operaciones en dicha infraestructura. Vamos, aquello de !SAFETY FIRST!. Aquí, evidentemente el orden de los factores, es decir, !SAFETY LAST! marca una clara tendencia a un resultado nefasto.
Los trabajadores denuncian esto esencialmente porque saben positivamente que la actual falta de personal en el OMA de cualquier aeropuerto merma los niveles de safety con los que se opera a/desde esa infraestructura, afectando incluso a sus sobrevuelos. Al igual que en los accidentes aéreos la tendencia es la de echar la culpa al muerto en primera instancia y sin profundizar en el análisis del accidente, se podría dar la paradoja que en las condiciones en las que se presta en determinadas dependencias veamos finalmente el dedo acusador si se produce una tragedia señalando a un Meteorólogo, que podía facilmente llevar días sin pegar ojo. El titular «El meteorólogo se durmió de servicio…» si Murphy, el que no descansa, anda por la zona, quizás fuera el que simplifique la explicación de lo sucedido mediaticamente, y consumido, indolentemente por los ciudadanos de nuestro país.
PREGUNTA DE LA DIPUTADA ANA ORAMA Y RESPUESTA DEL GOBIERNO
