Santa Cruz de Tenerife, SP, 22 de abril de 2015.- !Ya empezamos! Noticia estrella (20/04/2015).- Titular: Competencia aeroportuaria. Entradilla: «Tener dos aeropuertos en Tenerife no es una ventaja competitiva para la Isla ni para Canarias, sino una seria competencia». Y a partir de ahí, alarma generalizada, desazón colectiva y más de 150 comentarios de lectores en la versión digital, desahogando emociones en un intento de compartir sentido común para tratar de rebatir el contenido del artículo. No es cuestión de reproducirlo, pues para eso está su publicación. Como resumen, la AENA recién privatizada alega que, para incrementar la ya positiva rentabilidad del Reina Sofía, habría que suprimir el aeropuerto de Los Rodeos y centralizar todos los tráficos, chárter, regulares, nacionales, extranjeros y regionales, en el aeropuerto del Sur. A simple vista, el despropósito no merecería mayor atención, pero el escándalo popular ha resultado tan intenso que conviene incidir en la reflexión sobre el cuidado que merece la opinión pública.
En el primer mandamiento del decálogo de las técnicas de manipulación propagandística, denominado: «armas silenciosas para guerras tranquilas» (Noam Chomsky), se define cómo hay que crear un problema donde no existe, para después proponer soluciones. Siguen otros nueve preceptos del mismo cariz encaminados a dirigir tendenciosamente la conciencia popular hacia objetivos preparados de antemano, que no suelen coincidir con los intereses colectivos… donde los medios de comunicación juegan un papel fundamental.
¿Será este ataque inicial un tubo de ensayo para luego rematar aeropuertos poco rentables: La Gomera, El Hierro o La Palma, en virtud de la prioridad que la gestión privada aplica al beneficio económico sobre cualquier otra consideración, incluida la OSP (Obligación de Servicio Público)?
La terrible sensación de desamparo ante tanta voracidad interesada se aumenta por la inoperancia de las instituciones locales, incapaces de afrontar con firmeza y conocimiento suficientes las imposiciones externas, ante las que suele presentarse una sumisión exenta de dignidad, cuando no, llamativas e inútiles protestas para culpar a los demás del fracaso propio.
Último y desolador ejemplo de la desidia oficial: El Tribunal Supremo ha desestimado la suspensión cautelar de la privatización de AENA en Canarias, solicitada por el Gobierno Autónomo. Motivo de la denegación: que cuando se solicitó ya se había completado la operación. No había opción a medida la cautelar sobre hechos ya consumados.
Téngase en cuenta que este proceso de amenaza privatizadora lleva gestándose desde 2010; que en distintos foros de conocimiento técnico se ha insistido, a lo largo de cinco años, en informar a los responsables sobre la que se nos venía encima, para que se pusieran los medios adecuados a la aplicación del Art 33 del Estatuto de Autonomía; que por un exceso de sumisión y falta de conocimiento se adoptó una actitud pasiva al respecto; que se desgastaron todas las energías disponibles en una lamentable campaña anti prospecciones (ejemplo fehaciente de aplicación del decálogo de Chomsky… punto por punto), y luego no quedaron fuerzas para plantar cara al destrozo de la privatización; que se presentó la demanda al TS sin posibilidad de éxito por tardía; que fue un paripé, otro más, para aparentar una firmeza que no existe…
La ultraperiferia no debiera ser pretexto de victimismo continuo, sino motivo de aprovechamiento inteligente de las compensaciones «negociadas».
Esto en Baleares no pasaría… cuanto menos aquel gobierno autonómico ha insertado a dos miembros en el consejo de administración de la privatizada AENA.
22/04/2015 www.elrincondelbonzo.blogspot.com