Damasco, SIR.- Dos bases militares rusas en Siria, Jmeimim y Tartus, sufrieron por vez primera un ataque masivo de aeronaves no tripuladas, drones, 10 a la primera base y 3 a la segunda, dirigidas por terroristas desde un diámetro de más de 50 kilómetros de distancia, según informaba oficialmente hoy lunes el Ministerio de Defensa de Rusia. Los drones terroristas, y he aquí la preocupación, han utilizado moderna tecnología de países desarrollados, orientados satelitalmente con coordenadas GPS. El ataque de 13 drones se producía en la noche del 5 al 6 de enero pasado. Las Fuerzas de Rusia habrían destruído 7 drones y se habrían hecho con el control del resto, según señalan oficialmente.
Según el análisis realizado a las aeronaves que se capturaron, éstas tienen capacidad de atacar hasta 100 kms. de distancia del operador de las mismas. El armamento del que iban provistas todavía era algo arcaíco, consistiendo en explosivos simplemente atados a los drones, y con fusibles (de fabricación extranjera) como componentes electrónicos ahora analizándose.
El preocupante precedente que supone este ataque, masivo, con drones, según expertos de defensa rusos, es que se pueden producir éstos «ataques terroristas con drones similares en cualquier país». En este caso la actuación de los militares rusos, señalan de forma oficial, evitó ambos ataques.