ESA, EU.- Han sido más de tres semanas de actividad continua en Cumbre Vieja. El sábado 9 de octubre se informó de que partes de la cara norte del cono del volcán se derrumbaron, lo que provocó el desbordamiento de la lava en diferentes direcciones. El domingo 11 de octubre se detectaron 21 movimientos sísmicos, el mayor de ellos de 3,8 grados en la escala de Richter, según el Instituto Geográfico Nacional de España (IGN).
La acumulación de ceniza y polvo en la pista de aterrizaje obligó a las autoridades de La Palma a cerrar el aeropuerto de la isla, según la autoridad aeroportuaria española AENA. Es la segunda vez que se cierra el aeropuerto debido a la acumulación de cenizas desde que comenzó la erupción el 19 de septiembre.
La misión Sentinel-2 de Copernicus ha captado un nuevo río de lava procedente del volcán Cumbre Vieja en unas nuevas e impresionantes imágenes tomadas el 10 de octubre. Estas imágenes de Sentinel-2 han sido procesadas en color real, utilizando el canal infrarrojo de onda corta para resaltar el nuevo flujo de lava.
El Instituto de Vulcanología de Canarias (Involcan) indicó que la colada de lava, con temperaturas de hasta 1240°C, destruyó los pocos edificios que quedaban en pie al norte del barrio de Todoque.
En respuesta a la erupción en curso, se activó el Servicio de Cartografía de Emergencia de Copérnico. Desde su activación, el servicio ha emitido 17 productos cartográficos de seguimiento de la colada de lava que ha afectado a 497 hectáreas de terreno y ha destruido más de 1.100 edificios (hasta el 8 de octubre).
Los satélites en órbita llevan diferentes instrumentos que proporcionan una gran cantidad de información complementaria para comprender mejor las erupciones volcánicas. Los sensores atmosféricos pueden identificar los gases y aerosoles liberados por la erupción, así como cuantificar su impacto medioambiental más amplio.
Esta imagen muestra las emisiones de dióxido de azufre de la erupción del 6 de octubre captadas por el satélite Sentinel-5P de Copernicus, que se desplaza sobre el Océano Atlántico en dirección a América Central. Sentinel-5P puede monitorizar el dióxido de azufre, el aerosol y las cenizas emitidas por las erupciones volcánicas y seguir su movimiento a través de la atmósfera.
El director de la misión Copernicus Sentinel-5P de la ESA, Claus Zehner, comenta: «Esta erupción volcánica demuestra cómo los datos de Sentinel pueden servir de apoyo a diferentes servicios operativos de Copernicus. Las mediciones de dióxido de azufre de Sentinel-5P pueden ser utilizadas por el Servicio de Vigilancia Atmosférica de Copernicus para ayudar a las compañías de aviación a evitar encuentros con cenizas volcánicas y penachos de dióxido de azufre.
«Las mediciones de flujos de lava de Sentinel-2 pueden servir de apoyo al Servicio de Gestión de Emergencias de Copernicus en caso de desastres naturales como una erupción volcánica«.
Las concentraciones de dióxido de azufre se pueden monitorizar mediante la plataforma online Copernicus Sentinel-5P Volcanic Sulphur Dioxide. Utilizando datos del satélite Sentinel-5P de Copernicus, la plataforma muestra las concentraciones diarias de dióxido de azufre procedentes principalmente de fuentes volcánicas. Se puede acceder a la plataforma haciendo clic aquí.