Santa Cruz de Tenerife, SP, 25 de febrero de 2013.- La sospechosa pasividad mostrada por el Gobierno de la Nación ante el proceso de desmantelamiento de IBERIA, gestado alevosa y premeditadamente desde hace tres años, cuando se fusionó con BRITISH AIRWAYS en el Grupo IAG, invita a profundizar en los motivos de dejación de nuestros responsables políticos en su obligación de defender y proteger los intereses españoles por encima de cualquier otra consideración.
¿A quién o quiénes favorece esta suerte de abandono institucional ante la voracidad impune de un flagrante acto de piratería, como los de antaño, a manos de los corsarios ingleses, Sir Francis Drake y Henry Morgan? Por supuesto, el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, artífice y diseñador del expolio, se estará relamiendo de gusto, sabedor de que su graciosa majestad también lo galardonará, una vez culminado el latrocinio, con el título de SIR, al igual que se hizo, cinco siglos atrás, con sus piratas antecesores e ideólogos de los actuales.
Para mayor oprobio de la dignidad de este pueblo vejado por el maltrato institucional, sumido en una crisis prefabricada de la que no es culpable, castigado con recortes inhumanos, y perdido todo prestigio internacional, se ve ahora indefenso ante la agresión empresarial orquestada desde el Albert Hall con músicos contratados con fastuosos sueldos. Son los directivos actuales de IBERIA, seleccionados entre ejecutivos españoles con historiales sospechosos de podredumbre, expertos en "demoliciones", fáciles de comprar con blindajes millonarios y exentos de principios morales que redundasen en una gestión ética y humanitaria para beneficio de la empresa, de los trabajadores y de España. Ignoran los masivos daños colaterales que afectarán a centenares de miles de españoles por la destrucción de los puestos de trabajo de IBERIA, pues sus intereses personales no pasan por conceptos patrióticos; ni siquiera los tangentean (Sus escandalosos emolumentos figuran, sin recato alguno, en el "Registro Contable de IAG")
Desconcertante y sospechosa para el ciudadano normal es la inmunidad y soltura con la que se desenvuelven estos elementos cuyo despotismo y prepotencia no tiene límites a la hora de engañar, amenazar e insultar a los trabajadores. Manejan su rodillo con la alegría de sus millonarios emolumentos y la seguridad de que no encontrarán trabas ni siquiera en la Administración de Justicia de un país supuestamente democrático.
¿Qué explicación puede tener una situación tan aberrante? Sin duda ha de tratarse de una cuestión de intereses espurios, latentes y de alto rango.
AENA en la recámara: No debe ser juicio temerario ni criterio imprudente correlacionar con esta macabra operación la lamentable situación económica de AENA (empresa estatal, "Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea" constituida en monopolio), por la reciente declaración oficial de su privatización inmediata.
De 2009 a 2011 el ente AENA generó una deuda de !14 MIL MILLONES de EUROS! (Atención a la salvajada de las cifras), Producto de una gestión deplorable, obras faraónicas y putrefacción en las percepciones de sus directivos.
Claro está que para privatizar semejante engendro, antes habrá que "sanearlo". ¿Qué mejor oportunidad que malbaratar, en favor de British, la costosísima T-4, la no menos gravosa T-1 (Barcelona), amén de trasvasarles todas las rutas de largo radio, patrimonio y propiedad histórica de IBERIA, para enjugar la impresentable deuda de una AENA en vías de privatización?
Algo así suena tras el juramento de una bandera: "Si lo cumplís, la Patria os lo agradecerá. Si no, mereceréis su desprecio y castigo como indignos hijos de ella…"
Ni siquiera Roma pagaba traidores. (Incluso Escipión ordenó ejecutar a los asesinos de Viriato. Claro, que eran otros tiempos…)
Santa Cruz de Tenerife a 25 de febrero de 2013 bonzoc@hotmail.com