Aviación Digital, Sp. – La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha publicado este 6 de diciembre un resumen de la situación del mercado aéreo del 2022, así como sus previsiones para el 2023. El levantamiento de las restricciones causadas por la pandemia ha hecho que el sector se recupere considerablemente este año, y se espera que esta tendencia al alza se mantenga el año que viene.
Según el comunicado de IATA, en 2022 las aerolíneas continúan sin ver beneficios, tal y como pasó en 2021. Sin embargo, las pérdidas netas este año son de unos 6.900 millones de dólares (USD) frente a los 42.000 millones perdidos en 2021 y los 137.700 millones en 2022. Esta reducción de pérdidas se traducirá, según los analistas, en un beneficio neto de 4.700 millones en 2023. Una cifra no muy grande pero, teniendo en cuenta que no se registran beneficios desde 2019 (26.000 millones de dólares), supone un paso enorme.
Un resumen de este año
El control sobre el aumento del precio del combustible ha sido uno de los factores que ha permitido que las aerolíneas se puedan recuperar un poco frente al año anterior. Las previsiones este mes cambian con respecto a las de junio, y son más positivas: se prevé un crecimiento del 8,4% del rendimiento en el sector de pasajeros, frente al 5,6% que se esperaba en verano.
Otros sectores como el rendimiento de la carga aérea harán que los datos de 2022 sean un poco más prometedores que los de años anteriores. El transporte de mercancías ha hecho que las pérdidas monetarias no sean tan terribles este año: se podrían alcanzar hasta 201.400 millones de dólares de ingresos por esta vía, datos muy similares a los de 2021 pero mucho mayores que los de 2019.
No todo son buenas noticias. El gasto en combustible ha acabado siendo mucho mayor al previsto en junio, alcanzando una factura de 222.000 millones de dólares. La menor demanda de combustible (ya que ha decrecido el número de pasajeros) ha hecho que este número no sea incluso aún más elevado.
El precio del petróleo se sitúa en máximos históricos, una media de 138,8 dólares por barril
Willie Walsh, director general de IATA, afirma que “el hecho de que las aerolíneas sean capaces de reducir sus pérdidas en 2022 —a pesar del aumento de los costes, la escasez de mano de obra, las huelgas, las interrupciones operativas en muchos aeropuertos principales y la creciente incertidumbre económica— dice mucho del deseo y la necesidad de conectividad de la gente. En algunos mercados clave, como China, las restricciones se están prolongando más de lo previsto, lo que empeora el pronóstico de la demanda de pasajeros. Terminaremos el año en torno al 70% de los volúmenes de pasajeros de 2019. Pero con la mejora del rendimiento en ambos segmentos —carga y pasajeros—, las aerolíneas entrarán en la antesala de la rentabilidad».
¿Qué esperar del 2023?
«A pesar de las incertidumbres económicas, hay muchas razones para entrar con optimismo en 2023. Una inflación menor de los precios del petróleo y la continuidad de la demanda reprimida deberían ayudar a mantener los costes bajo control en un escenario de fuerte tendencia de crecimiento. Pero con unos márgenes tan estrechos, un cambio insignificante en cualquiera de estas variables podría llevar a la industria a territorio negativo. La cautela y la flexibilidad serán fundamentales», cree Walsh.
Las restricciones chinas afectan mucho al tráfico de pasajeros y a las consiguientes revenidas económicas, ya que este sector asiático es muy influyente en el mundo de la aviación comercial. Teniendo esto en cuenta, se espera que el número de pasajeros supere en 2023 los 4.000 millones, tendencia que no se da desde 2019. La repercusión de los costes energéticos en el consumidor hace que los rendimientos en el sector de pasajeros se reduzcan mínimamente, aunque el número de estos aumente.
El rendimiento del sector de carga también descenderá, debido también al aumento de la capacidad de carga de los aviones. Las medidas para frenar la inflación se suman a este factor, lo que dará lugar a una posible caída del 22,6% en los rendimientos. A pesar de ello, siguen siendo niveles superiores a los prepandemia.
Que los costes vayan a crecer ligeramente menos que los ingresos supone un punto positivo para la correcta recuperación de las aerolíneas. El coste medio del combustible de aviación pasará a estar en 111,9 dólares por barril, lo que da a entender que existirá una estabilización de la oferta de combustible. Los costes unitarios no relacionados con el combustible caerán el año que viene, según las previsiones.
Temas como la perseverancia de las medidas “COVID cero” en China, el aumento de tasas o intereses en la financiación de las infraestructuras sostenibles o el riesgo de recesión en la economía de varios países del mundo son algunos de los riesgos a los que el sector aéreo deberá enfrentarse en 2023.
Ganancias -o pérdidas- por regiones
En Europa, el conflicto ruso-ucraniano ha hecho que el sector aéreo esté más agitado que nunca. En 2022 se registrarán pérdidas por 3.100 millones de dólares, las cuales se compensarán con un beneficio de 621 millones de dólares al año siguiente. No es el caso de las aerolíneas americanas, las cuales recibieron beneficio tanto este año como en las previsiones para el siguiente, en gran parte por sus medidas no tan restrictivas ante el COVID (comparado con otras regiones).
Las aerolíneas asiáticas (comprende el área de Asia-Pacífico) registrarán pérdidas tanto este año como el siguiente, a pesar de notar una mejoría en 2023. Las restricciones chinas y la pérdida de actuación de las aerolíneas de este país son el factor más acusado que explica la falta de beneficios en el sector. Se espera que el relajamiento de estas medidas en 2023 contribuya a la mejora de la economía de esta región, aunque esta no se materialice hasta 2024 en adelante.
Las aerolíneas de Latinoamérica y África son otras que, de media, tampoco recibirán. beneficio en 2023. La causa es principalmente los estragos de la pandemia, así como la vulnerabilidad económica de muchos de los países que componen esta región. Sorprendentemente, el mercado de Oriente Medio se recuperará el año que viene, obteniendo beneficio. En el informe de IATA podemos leer que “la región se ha beneficiado del desvío de algunas rutas a consecuencia de la guerra en Ucrania, y sobre todo, de la demanda de viajes reprimida, que aprovecha las amplias conexiones globales a medida que se reabren los mercados internacionales de viajes”.