Admiro profundamente el valor que le ha echado esta gente para salir a la calle y pelear con uñas y dientes para que les den una explicación que sea verdad, y no la ristra de patochadas que les han soltado y, sobre todo, para que las muertes de los suyos sirvan para prevenir futuros accidentes, que es para lo que sirven las investigaciones de verdad en lugar de para quitarse, literalmente, muertos de encima sin cambiar nada como sucede en España.
Porque no tienen por qué hacerlo.
Podrían encerrarse en sus casas o seguir con sus vidas, los que puedan, en lugar de pasear en carne viva por organismos oficiales, juzgados y sitios varios, todos desagradables, exigiendo que se les preste la atención que merecen.
Es curioso que las víctimas, en lugar de despertar nuestro instinto de protección, resulten tan incómodas.
Porque son la prueba viviente de que somos más vulnerables de lo que queremos creer, porque ponen de manifiesto nuestros fallos, sin los cuales ellos no serían jamás víctimas.
Me avergüenzo públicamente y les pido mil veces perdón por no haber sabido cuidarlos mejor.
Porque damos por sentado que cuando montamos en un avión…
Los pilotos y tripulantes están descansados y tranquilos y tienen capacidad para decidir si cambian o no de avión o cuanto combustible cargan porque las compañías no les presionan para ahorrar…y no es verdad.
Los mecánicos tienen tiempo y medios para hacer las revisiones que tocan durante el tiempo que sea necesario…y no es verdad.
Los fabricantes van a corregir los fallos que detecten aunque les cueste un pastón porque están en juego vidas humanas..y no es verdad.
Los controladores hacen su trabajo con toda la seguridad de unos procedimientos bien diseñados y están también descansados y tranquilos…y no es verdad.
Que si un avión vuela es porque la compañía respeta las leyes a rajatabla y éstas nos protegen…y no es verdad.
Que no hay leyes incomprensibles y carentes de otra lógica que no sea económica porque no es posible…y si lo es. Ahí están.
Que los organismos oficiales velan porque se cumplan las normas de seguridad…y no es verdad.
Que los protocolos de evacuación y los aeropuertos sirven porque los han diseñado señores más listos que nosotros…y no es verdad.
Que la explicación oficial de las causas del accidente es suficiente porque es "oficial"…y no es verdad.
Vivimos en un país en el que desgraciadamente todo lo oficial está corrompido, prostituido, y hace mucho tiempo, demasiado ya, que no cumple las funciones para las que se creó.
Y hoy ellos son víctimas, pero mañana podemos serlo todos si no cambiamos las cosas.
En un aeropuerto cualquiera, en el metro en Valencia, en un tren en Santiago.
El principio es exactamente el mismo.
Y si alguien quiere ayudar, que una su voz a la de esta gente, que cuantos más sean más fuerza tendrán. Tendremos.
Para exigir a los políticos que espabilen y que hagan lo que tienen que hacer de una puta vez por todas.