18/07/2011.- La compañía alemana ha dado a luz un tren de propulsión integrado que servirá para la primera serie de aviones híbridos del mundo. La empresa se ha asociado para este pionero proyecto con el fabricante de aeronaves EADS y de avionetas Diamond Aircraft, que han aportado la batería y el avión de pruebas, respectivamente. (Sara Acosta/CINCO DÍAS)
El planeador eléctrico que ha servido para dar alas a lo que podría ser el futuro de la aviación comercial finalizó su primer vuelo con éxito el pasado mes de junio en el campo de aviación Wiener Neustadt, en Viena. El avión con motor DA36 D-Star es el primero que integra un propulsor híbrido eléctrico de serie como tren de propulsión integrado. Hasta ahora, la apuesta por combinar gasóleo o gasolina y electricidad para mover un medio de transporte se había limitado a los vehículos.
"La principal ventaja de estos aviones es que pueden ahorrar hasta un 25% de combustible y de emisiones contaminantes", explica el iniciador del desarrollo de la aviación eléctrica de Siemens, Frank Anton. La otra gran ventaja de los aviones híbridos es que son prácticamente mudos. "Se ahorra mucho ruido en el despegue, un aspecto muy importante, a la vista de las quejas en los aeropuertos", añade Anton.
El despegue y el aterrizaje de un avión son los momentos en los que se necesita mayor cantidad de energía. El sistema híbrido eléctrico de Siemens es capaz de acumular electricidad en la fase de crucero, en pleno vuelo, "lo que garantiza mayor resistencia, y así igualar la capacidad de horas de vuelo de los aviones convencionales", concluye Anton.
Horizonte 2030
Este experto y también piloto augura que los fabricantes de aviones de pasajeros podrán adquirir aeronaves de motor híbrido eléctrico a partir del año 2030. A medio plazo, o sea, a lo largo de esta década, esta nueva tecnología se limitará a las avionetas de entre 4 y 5 pasajeros, que se utilizan sobre todo en viajes de negocios, y a los modelos con capacidad para 10 a 15 personas. La distancia media de vuelo que se podrá alcanzar en los próximos diez años será de entre 500 y 800 kilómetros.
El invento de estos tres gigantes industriales allana el camino a las compañías aéreas, que entrarán en el comercio europeo de derechos de emisión en 2012. A partir de ese año, las aerolíneas que operen en aeropuertos de la Unión Europea deberán comprar y podrán vender permisos de emisión de CO2, como ya es el caso para el sector industrial. Cada operador recibirá una cantidad de emisiones de forma gratuita en función de un ratio que la Comisión Europea debe aún definir y que se basará en la carga transportada por kilómetro recorrido por cada compañía. La aviación comercial genera cerca del 2,2% de las emisiones mundiales, por detrás del transporte marítimo y por carretera.