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abril, viernes 26, 2024

«Cuando ingresé en Binter», ejem…, «cuando ingresé en Naysa», risas…

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Binter operado por NaysaLas Palmas de Gran Canaria, SP, 17 de abril de 2013.- "Mira chaval, a partir de mañana te vas a ir a trabajar a la platanera de al lado, que también es mía". Esta es la impresión del segundo día del juicio del ERE de Binter Canarias; los propietarios, con una mentalidad más propia del siglo XIX, habían decidido que la forma de liquidar una plantilla con más de 20 años de antigüedad, junto con sus derechos laborales, era traspasarla al completo a otra filial creada "ad hoc", ese fue el motivo de crear otra de las empresas del grupo. Por lo menos así ha dado la impresión después de oír las declaraciones del segundo día del juicio.

Algunos lo decidieron libremente, pero los que se resistieron han sufrido como consecuencias el tener que irse al paro. Esas son algunas de las conclusiones después de la declaración del inspector de trabajo que emitió un informe y motivó una denuncia de oficio por parte de la Dirección General de Trabajo de la Consejería de Empleo del gobierno de Canarias, cuya celebración de juicio está pendiente del resultado del que está aconteciendo.

Según el citado inspector, el ánimo mediador consistió en promover un nuevo marco laboral con las partes en conflicto, ya que la doctrina que emana de la reforma laboral es intentar cualquier solución antes que la extinción de los contratos. Pero con la posterior declaración del gerente responsable de Binter Canarias quedó claro que las intenciones de la empresa iban más por la extinción que por la conservación de los puestos de trabajo. Ante estos planteamientos era sumamente difícil que se hubiese llegado a un acuerdo, por parte de la empresa se tenía muy claro cual era la meta.

Se intentó rebatir los argumentos esgrimidos por el inspector, interviniendo por la parte demandada los tres letrados en representación Binter Canarias, Naysa y CanAir; pero de los otros tres letrados en representación de los sindicatos también demandados por ser firmantes del acuerdo, solo uno de ellos hizo una defensa del mismo de tal calibre que por un momento se llegó a confundir si actuaba en representación de los trabajadores o de la empresa.

Por otra parte, la consigna por parte de los representantes de las empresas demandadas consistió en negar la mayor: que todas las empresas pertenecían a la misma unidad empresarial. Pero, a pesar de venir con la lección bien aprendida, el subconsciente suele traicionar y uno por uno confirmaron la existencia de un único grupo empresarial, siendo los mismos propietarios para cada una de ellas, según sus propias respuestas.

Hasta tal punto de esquizofrenia que uno de los responsables a la pregunta de cuando ingresó en su empresa llegó a responder: "cuando ingresé en Binter" y rápidamente corrigió: "en Naysa" Lo que produjo inevitables risas entre los asistentes en la Sala.

Corolario: "Se puede engañar a algunos mucho tiempo, a todos poco tiempo, pero no a todos durante todo el tiempo" Abraham Lincoln.

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