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octubre, martes 3, 2023

El COPAC presenta los resultados del estudio de salud de los pilotos a sus colegiados

Problemas de sueño y aumento de riesgo de cáncer, principales amenazas de la ‘salud aérea’

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Aviación Digital, Sp. – El pasado 14 de junio el COPAC organizó un Aula Virtual para presentar a los colegiados los resultados del Estudio Epidemiológico en los pilotos de la aviación española de la Fundación Axa, realizado por el grupo de investigación EPINUT de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

María Dolores Marrodán, directora de EPINUT, presentó a los colegiados los resultados de este estudio de salud, el único realizado a los pilotos de aviación comercial en nuestro país hasta la fecha. El estudio ha sido posible gracias a la participación desinteresada de numerosos colegiados.

La idea era que los pilotos, en un ambiente más “familiar”, pudieran plantear sus dudas o comentarios y profundizar sobre este tema de máximo interés a Dolores Marrodán.

Aviación Digital ya publicó el pasado 19 de abril la noticia de la publicación del estudio de la fundación AXA. Con este articulo ampliamos la información con los interesantes comentarios de Dolores y sus conclusiones.

Ya sabemos que los pilotos de aviación comercial constituyen un grupo profesional que trabaja en condiciones particulares, con frecuentes cambios de horario, trabajo por turnos, condiciones ambientales desfavorables, adaptación a los husos horarios, etc. Estas circunstancias pueden provocar fatiga, sobrecarga de trabajo (SO) y somnolencia diurna, factores que pueden afectar a su salud y a la seguridad.

El objetivo de este estudio de salud fue evaluar la prevalencia y la asociación entre estos parámetros y en general el estado de salud del colectivo y las enfermedades más comunes, en una muestra de pilotos españoles de líneas aéreas comerciales (344 hombres y 15 mujeres de los cuales 27 jubilados, con una edad media de 47,7 años).

El estudio se inició en abril de 2019,  con las entrevistas personales en las sedes del COPAC, SEPLA y Facultad de Biología de la UCM, teniendo que hacerse telemáticas (online) a partir de marzo de 2020 por motivos de la pandemia.

Dolores señaló que iniciaron el trabajo con la hipótesis de que se trata de una profesión de una “gran exigenciay que podían identificar los factores de riesgo que potencialmente ponían en riesgo la salud de los pilotos.

La condición nutricional

Los resultados obtenidos ponen de relieve que pilotos españoles tienen una condición nutricional más favorable que la población general. Presentan menores tasas de obesidad por IMC (índice de masa corporal), de hipertensión, de hiperglucemia y de hiperlipidemia que el resto de los españoles.

Este es un aspecto positivo que puede ser consecuencia de la oportuna vigilancia médica a la que este colectivo se somete periódicamente por razones normativas. A pesar de ello, de la muestra analizada se desprende que el 53,6% de los participantes tienen sobrepeso y el 64,6% exceso de grasa abdominal.

Los pilotos, tanto hombres como mujeres, son significativamente más altos, mayor estatura que la población general española y los promedios de sobrepeso y obesidad son mucho menores que la población general. Frente a un 22% de la población, los pilotos estáis en 3,5 %, dato muy favorable”. Estos niveles son comparables a los de un estudio realizado a pilotos suecos, también con baja obesidad.

El análisis de la composición corporal pone de relieve que el grado de hidratación es bajo en 7 de cada 10 participantes. En este punto Dolores “regañó un poco” al colectivo, debido a que este 72% de pilotos estaban por debajo de los niveles de hidratación exigidos por la norma. Es un dato negativo.

La dieta en el colectivo de pilotos obtuvo una puntación Predimed (test de adhesión al patrón mediterráneo) de 9,49 + 1,94 (sobre 14) que los sitúa en un nivel de calidad de alimentación intermedia, puntuación ligeramente superior a la obtenida en otros grupos de población española.

La mayor proporción de participantes se posicionaron con un nivel de adhesión medio a la dieta mediterránea (55,7%), mientras un 29,7% seguían una dieta de óptima calidad.

Todos los pilotos de la muestra cumplieron con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, superando el límite mínimo de actividad física cifrado en 150 minutos de actividad moderada y 75 minutos de actividad vigorosa por semana.

El 57,3% de los participantes se clasificaron como «muy activos» y el 38,2% con actividad moderada respecto al test IPAQ, superando las cifras reportadas para la población general española.

El reto cardiovascular

Aunque los valores medios de las variables serológicas se encontraron en un intervalo de normalidad, casi la mitad de los pilotos (el 46,2%) mostraron un índice aterogénico del plasma (IAP) por encima del valor saludable y, en consecuencia, un cierto riesgo de enfermedad cardiovascular.

Los resultados son que el 10% presentaron hipertensión, “lo que es un buen resultado si lo comparamos con la población que es del 30% al 40%”, el 42,6% hipercolesterolemia, el 9,4% LDL elevado y el 10,6% HDL bajo.

El 8,1 % tenían triglicéridos elevados y el 9,4% glucosa elevada. El marcador de aterogenicidad se mostró muy asociado a los hábitos de alimentación y actividad física, siendo más elevado entre los sujetos más inactivos y con peor calidad de la dieta.

Cabe añadir que un 20% de los pilotos presentaban dos componentes de síndrome fisio metabólico alterados de manera simultánea y un 4,2% en tres de ellos.

En resumen, según Dolores, “los componentes del síndrome metabólico todos son bastante favorables, la hipertensión está en unos niveles bajos, comparables o inferiores al resto de los pilotos (no españoles) y por supuesto muy inferiores a la población general, y para señalar algo negativo, sería que el colesterol está un poco alto, por encima de lo recomendado”.

Las patologías más frecuentes

En cuanto a las enfermedades padecidas a lo largo de la vida de los pilotos, al ser un estudio retrospectivo, los datos tienen que ser tomados con muchísima cautela.

Dolores señaló las relacionadas con los niveles de hidratación, como por ejemplo la xerosis, y que han encontrado “un alto nivel de deshidratación a pesar de los esfuerzos que las personas hacen por hidratarse”.

Las patologías más frecuentemente padecidas a lo largo de la carrera profesional fueron las relacionadas con el oído, las dolencias musculoesqueléticas, las no tumorales relacionadas con la piel u órganos internos, sobre todo con el aparato digestivo.

Entre las primeras enfermedades relacionadas, la pérdida auditiva fue la más prevalente, seguida de la presencia de acufenos o «tinnitus» que está muy vinculada con la hipoacusia.

La otitis y el vértigo fueron referidos en menor proporción. Aproximadamente dos terceras partes de la muestra, padecían desordenes musculoesqueléticos (lumbalgias, dorsalgias, cervicalgias) provocadas por sobrecargas posturales.

Dolores señaló que “los dolores de espalda inespecíficos, lumbares, cervicales, etc” eran patologías muy llamativas y cuestionando si los asientos de los pilotos son todo lo ergonómicos que deberían.

A pesar de que el tamaño muestral aconseja interpretar los resultados con prudencia, del estudio efectuado se desprende que la prevalencia de cáncer ajustada para la edad es superior en pilotos a la que corresponde a la población general española.

Los tipos de cáncer más frecuentes tampoco coinciden con el patrón de la población general, “estando claramente sobrerrepresentados los de próstata, vejiga, piel (melanoma) y tiroides”.

Los efectos de la sobrecarga de trabajo

La sobrecarga del trabajo resultó en los pilotos más de 10 puntos superior al obtenido en el resto de las profesiones analizadas hasta el momento. Las dimensiones que contribuyen al distanciamiento son en concreto las escalas mental, temporal, esfuerzo y rendimiento, que se perciben con mucha mayor exigencia entre los pilotos, en particular por los de corto radio.

Un 28,2% presentó sobrecarga de trabajo por encima del percentil 75. Un 18% de los pilotos presentaba fatiga grave, un 15,8% somnolencia diurna moderada y un 3,9% somnolencia severa.

Se observó una asociación entre la sobrecarga de trabajo, la fatiga y la somnolencia diurna, actores importantes relacionados con la salud de los pilotos y la seguridad aérea.

Un 54,3% de los pilotos de corto radio y un 40,4 % de largo radio consideraban que el tiempo destinado al descanso entre vuelos era insuficiente. En concordancia con este afirmación, el 18% fueron diagnosticados con un alto grado de fatiga y el 21,9 % con cansancio de acuerdo con la escala aplicada (FSS). Esta fatiga percibida, reduce la motivación y limita el desempeño tareas a nivel laboral, social y familiar.

El factor sueño y los ritmos circadianos

La aplicación del cuestionario de Pittsburgh (PSQI), identificó un 60,9% de sujetos con un sueño de mala calidad (puntuación > 5), proporción que fue mayor entre los pilotos de largo radio frente a los de corto radio.

El test de somnolencia de Epworth, confirmo en la misma línea, que un 55,8% de los sujetos presentaba un sueño anómalo, que favorecía la somnolencia en situaciones cotidianas, pudiendo comprometer la atención en situaciones de trabajo.

Por lo que respecta al cronotipo, se ha puesto de relieve que los pilotos españoles son un colectivo relativamente bien adaptado a la disincronía circadiana que pueda derivarse de los cambios horarios relacionados con su actividad laboral.

En particular los profesionales de largo radio, que puntuaron significativamente más alto en las dimensiones de vespertinidad y amplitud. Este es un dato relevante ya que estas tipologías son más adaptativas frente a las fluctuaciones en los ritmos circadianos, que favorecen la fatiga y eventualmente pueden desencadenar problemas de salud o errores en el trabajo.

La conclusión de Dolores a la vista de los resultados es que “ la calidad del sueño no es buena”.

La salud mental

La puntuación promedio obtenida al aplicar la prueba de salud mental general (GHQ-12), se encontraba en un rango indicativo de ausencia de morbilidad psicológica, es decir, fuera del rango patológico. Sin embargo, resultó sensiblemente superior a la reportada para población general española.

En realidad, no se trata de salud mental si no de bienestar mental, estoy a gusto, me encuentro bien o no”, matizó Dolores.

La puntuación promedio al aplicar la mencionada prueba (4,54 + 3,31) está en un rango que indica ausencia de morbilidad psicológica. Sin embargo, este número es casi cuatro veces superior al observado en población general española.

Además, un 43,3% de los pilotos, obtuvieron puntuaciones consideradas de riesgo (superiores al percentil de 90) cifras de prevalencia de «malestar psicológico» solo comparables a otras profesiones caracterizadas por alto nivel de exigencia o estrés psicológico, como los sanitarios que atendieron a los enfermos Covid en fase aguda de pandemia o anestesistas y mucho más elevadas que las del resto de profesiones analizadas hasta el momento.

En conclusión, Dolores refiriéndose a estado de salud de los pilotos españoles, “gente que se cuida, que se vigila, que tiene una alimentación muy buena y que hace bastante ejercicio”.

Para Carlos, decano del colegio, manifestó que “quizás el aspecto más importante, preocupante, e insidioso en el sentido que se le presta poca atención y pasa desapercibido a veces, es el malestar psicológico. La carga mental, el estrés en nuestra profesión, que es muy exigente, junto a la responsabilidad, genera una fatiga y cansancio psicológico que se le presta poca atención”.

También hubo una referencia a la radiación cósmica que los pilotos reciben a lo largo de su vida profesional; la propuesta de Dolores sería facilitar un dosímetro personal durante un periodo de tiempo, de manera que podamos comprobar que si la radiación que se recibe realmente coincide con la medición estimada que actualmente se aplica.

En cuanto a los pilotos de trabajos aéreos, si bien es cierto que ha habido una pequeña representación de pilotos de helicópteros en el estudio, Dolores manifestó su interés en “meter mano” a este tema, ya que considera que el trabajo singular de los pilotos de extinción de incendios, por ejemplo,  merecería un trabajo específico, “lo tenemos en reserva” concluyó Dolores.

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