El aeropuerto de la capital acogió ayer con éxito 'Burgos Fly-in Aero-Retro', una cita que acercó al gran público el mundo de la aeronáutica a través de un recorrido por la evolución de la aviación durante poco más de un siglo. Artículo completo en DIARIO DE BURGOS
No suele ser habitual que el mundo de la aeronáutica esté al alcance de cualquier mirada. Sin embargo, ayer, en las instalaciones del aeropuerto de Villafría, fueron muchos los que pudieron cumplir su deseo de ver el desarrollo de la aviación de cerca. A la espera de datos oficiales, los organizadores calcularon que fueron cerca de 1.500 las personas que se acreditaron para visitar la I Concentración de Aviones y Vehículos Históricos 'Burgos Fly-in Aero-Retro'.
El calor no disuadió a un público muy familiar de acudir a comprobar cómo evolucionó esta industria a lo largo de dos grandes momentos para la sociedad, las dos guerras mundiales. No obstante, junto a un avión Piper L-14 Army Cruiser que se utilizó para realizar evacuaciones médicas durante la II Guerra Mundial, los asistentes pudieron fotografiarse al lado de un Blériot, una aeronave monomotor diseñada en los primeros años del siglo XX y cuya primera versión fue utilizada el 25 de julio de 1909 para realizar el primer vuelo sobre el Canal de la Mancha.
Sin embargo, lo que muchos desconocen es que en tierras burgalesas, Diego Marín Aguilera realizaba el 15 de mayo de 1793 el primer vuelo documentado del ser humano. De esa época solo quedan pruebas por escrito, pero la aviación del siglo XX pasará a la historia con muestras palpables por el hombre.
Para dar a conocer estas piezas de la industria aeronáutica, cuyos originales se fabricaron a partir de la década de los 30, el Consorcio para la Promoción del Aeropuerto de Burgos puso en marcha esta actividad con la colaboración del Real Aero Club de España, el Real Aero Club de Burgos y el Club de Vehículos Históricos de la ciudad. Y es que a los medios de altura se unieron coches, camiones y motos de gran interés en la vida militar y civil de España.
Villafría volvió por un día a sus orígenes militares cuando, en 1928, se aprobó la construcción de un aeropuerto en una ciudad en la que, después de la Guerra Civil, nacería el Ministerio del Aire. Hoy, tan solo el aspecto exterior recuerda que estas joyas de la aeronáutica desempeñaron un papel fundamental en la historia.