Un reactor privado Falcon 50 provocó ayer momentos de alarma en el aeropuerto de Ibiza al comenzar a desplazarse, sin nadie en su interior, desde el aparcamiento hasta las pistas de operaciones; el jet cruzó perpendicularmente la calle de rodadura y quedó detenido a pocos metros de la pista de despegue y aterrizaje. Artículo en DIARIO DE IBIZA
El incidente, originado según todos los indicios por un descuido de los tripulantes, al no frenar ni calzar correctamente el aparato, no provocó heridos ni daños materiales pese a la intensa actividad de estos días en la terminal, pero obligó a cerrar el aeropuerto al tráfico aéreo durante casi un cuarto de hora, entre las 10.42 y las 10.56, según confirmó el gabinete de prensa de Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA).
La breve suspensión del tráfico aéreo sólo provocó retrasos de cinco minutos en la salida de dos aviones que se disponían a despegar, explicó AENA. Sin embargo, el revuelo que se produjo en el área técnica del aeropuerto fue considerable, según testigos presenciales.
El reactor Falcon 50 aterrizó por la mañana en la isla y sus tripulantes lo aparcaron enfrente del bloque técnico, donde están ubicada la terminal de vuelos privados y las oficinas de AENA. La tripulación se dirigió al área técnica para una escala breve, puesto que tenían previsto despegar enseguida, según fuentes del aeropuerto.
Súbitamente, el avión, matriculado en la isla británica de Man, comenzó a moverse sin nadie en su interior. No ha trascendido si el jet se detuvo al perder la inercia, al cruzar la zona sin pavimentar existente entre las dos pistas o si los operarios del aeropuerto lo pararon de otra forma. «No ha habido ningún peligro», insistió ayer un portavoz de AENA.
El comité de investigación de accidentes se encargará ahora de investigar lo sucedido y de depurar las posibles responsabilidades que pudieran derivarse de estos hechos.